La leyenda de Albert Hammond
El legendario compositor brit¨¢nico act¨²a ma?ana en el Palau de la M¨²sica
Es dif¨ªcil ponerle la m¨¢s m¨ªnima objeci¨®n a un tipo como Albert Hammond (Londres, 1944). Su ¨¢lbum de regreso, Legend, solo incluye un tema nuevo, cuenta con una n¨®mina de colaboradores de lo m¨¢s discutible (Ron Sexsmith, Al Stewart o Cliff Richard, pero tambi¨¦n-glups-Dani Mart¨ªn, Rosario o David Summers) e incurre en esa autocomplacencia que tan bien casa con las campa?as de marketing de los grandes almacenes. Pero el venerable m¨²sico brit¨¢nico lo explica todo con tanta naturalidad, tan libre de sentirse en la obligaci¨®n de justificarse, a sus respetabil¨ªsimas 67 primaveras, que no cuesta mucho entender esta suerte de auto homenaje, cuya pr¨®xima parada es ma?ana s¨¢bado en el Palau de la M¨²sica valenciano: ¡°Lo hago porque no necesito nada, ya lo hice todo en la vida. En realidad, por amor al arte¡±, nos explica en su correct¨ªsimo castellano gibraltare?o, por tel¨¦fono desde Sotogrande, ¡°entre Marbella y Algeciras, cerca de la playa¡±, en un d¨ªa que califica como ¡°fr¨ªo pero lindo y de cielo azul.¡±
El creador de Never Rains In Southern California, compositor a sueldo alejado de los focos desde hace d¨¦cadas, explica que el mono de escenario le vino porque ¡°tras quedarme en casa desde que mi hijo naci¨®, componiendo y produciendo a otra gente¡±, lleg¨® un momento en el que ¡°al pasar 31 a?os y verle sobre un escenario, dije qu¨¦ bonito es eso, yo tengo ganas de volver a hacerlo tambi¨¦n. Y llegu¨¦ a una edad que si no lo hago ahora, no lo voy a hacer nunca. Todav¨ªa canto bien, todav¨ªa estoy en forma, tengo la energ¨ªa, y solo era cuesti¨®n de meterme en un estudio y grabar.¡± El hijo al que se refiere es Albert Hammond Jr., guitarrista de The Strokes, la c¨¦lebre banda neoyorquina de la que se confiesa no solo fan (no pod¨ªa ser de otra forma), sino hasta avalista personal: ¡°Yo llevaba la m¨²sica de los Strokes, cuando empezaron, a las compa?¨ªas, y ellos me dec¨ªan que ¡°si estos son los pr¨®ximos Rolling Stones, eso es que no tenemos ni idea de m¨²sica¡±, y yo les dec¨ªa que no sab¨ªa por qu¨¦ estaban en la m¨²sica, con esa falta de conocimiento.
Los llev¨¦ a Sony y a varias compa?¨ªas, que no la entend¨ªan.¡± De modo que no fue hasta que les lleg¨® el ¨¦xito en el Reino Unido que los Strokes comenzaron tambi¨¦n a ser profetas en su tierra, algo que Hammond inscribe en esa constante iniciada con gente ¡°como Buddy Holly, Everly Brothers o Jimi Hendrix, quienes hasta viv¨ªan en Inglaterra ante su falta de aceptaci¨®n en su pa¨ªs¡±.
Reacio a editar material nuevo a su nombre (¡°ahora mismo estoy preparando un ¨¢lbum de versiones de Joe Cocker o Diana Ross¡±, confiesa), el ¨²ltimo trabajo compositivo del gibraltare?o fue el segundo ¨¢lbum de la brit¨¢nica Duffy, una experiencia a cuyo hilo trata de desmentir la fama de producto prefabricado de la joven, ya que ¡°ella dicta por donde quiere ir, de forma que uno no le dice lo que tiene que hacer. Escribimos todo el LP en Espa?a, menos un tema. No fue un ¨¦xito tan grande como el primero, pero eso pasa mucho en el mundo de la m¨²sica. Y fue muy lindo trabajar con una chica 40 a?os menos que yo.¡± No le molesta que casi todo el mundo aqu¨ª le asocie a It Never Rains In Southern California, porque ¡°fue la primera canci¨®n m¨ªa que la gente conoci¨® en Espa?a¡± y considera que ¡°no es ni antigua ni vieja, es como los ¨¢rboles a los que nunca se les caen las hojas, los evergreens¡±, esos cl¨¢sicos ¡°por los que te eligen para el Hall Of Fame¡± al igual que, y aqu¨ª se le ensombrece la voz por ¨²nica vez en toda la charla, ¡°el trabajar con gente que ya no est¨¢, como Johnny Cash o Roy Orbison, a los que yo recuerdo todos los d¨ªas.¡±
Sobre su concierto del Palau, solo avanza que ¡°ser¨¢n dos horas de ¨¦xitos, en dos idiomas. Interpretados como si estuvi¨¦ramos en el sal¨®n de mi casa¡±, rematando su argumentaci¨®n con la seguridad de que ¡°la m¨²sica salva vidas, y quiero compartir el escenario con el p¨²blico¡±. Pues que as¨ª sea.
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