El declive de la Democracia Feijoniana
El presidente gallego nos prometi¨® una caja, empleo y una Xunta mejor. Seguimos esperando
Siempre conviene guardarse de los idus de marzo porque no traen m¨¢s que desgracias. La Democracia Feijoniana har¨ªa bien en tener presente esa sabia lecci¨®n de la Historia. En su d¨ªa, constatamos la desaceleraci¨®n de aquel gran proyecto de restauraci¨®n popular que lideraba brillantemente el emergente presidente Feij¨®o. Su estrella medi¨¢tica empez¨® a languidecer y el hoy presidente Rajoy, despistado sin duda por la sibilina corte madrile?a, comenz¨® a olvidar aquellos comienzos dif¨ªciles, donde eran los dos mano a mano contra Zapatero. Desde entonces, lejos de corregirse, la tendencia ha empeorado. Hoy los s¨ªntomas apuntan claramente al declive. Como dir¨ªa Harrison Ford, pasamos a Defcon2.
?Profesores, m¨¦dicos, conductores de ambulancias, trabajadores sociales, alcaldes, mariscadores, padres, hijos, sobrinos. No queda colectivo de los unos y los otros al cual la Democracia Feijoniana no haya exasperado. Hasta los funcionarios m¨¢s amantes del orden le denuncian por retorno al franquismo. Incluso sus votantes y mandos intermedios en el siempre levantisco Ourense han rechazado airados el papel de extras en la superproducci¨®n Sogama 2, el Sur tambi¨¦n incinera.
La Democracia Feijoniana ten¨ªa una misi¨®n en la Tierra: derribar a Zapatero. Cumplido su objetivo esencial, era l¨®gico que se abriera un per¨ªodo de cierto desconcierto hasta fijar otra misi¨®n hist¨®rica. Pero el tiempo pasa y ya no queda mucho donde escoger. Ninguno de los grandes proyectos estrat¨¦gicos de la restauraci¨®n popular ha funcionado.
El presidente Feij¨®o nos prometi¨® una caja, empleo y una Xunta mejor. Seguimos esperando. La gran caja gallega conforma hoy una leyenda urbana de la que nadie sabe nada y nadie tuvo nunca nada que ver. Jam¨¢s existi¨®. Feij¨®o ni siquiera estaba ?Caja? ?Qu¨¦ caja? La Galicia din¨¢mica que iba a ser la locomotora del empleo y el crecimiento en Espa?a, gracias a ideas tan geniales como anular un concurso e¨®lico cuando a¨²n hab¨ªa cr¨¦dito y volver a resolverlo cuando ya no le prestan ni al T¨ªo Gilito, se ha convertido en una de las econom¨ªas que m¨¢s y mejor tira del paro. Tampoco ayuda que el Gobierno amigo es m¨¢s bien poco amigo y cuando echa una mano, siempre es al cuello.
De su gran proyecto inicial, a la Democracia Feijoniana ya solo le sigue funcionando la austeridad. Por eso desteje de d¨ªa cuanto teje de noche en una Administraci¨®n que prometi¨® hacer mejor, m¨¢s eficaz y m¨¢s barata. Pero hoy est¨¢ an¨¦mica y cabreada. Y tampoco est¨¢ claro si nos sale menos cara.
A falta de buen gobierno que vender, el discurso oficial se emplea a fondo para convencernos de que la oposici¨®n supone un riesgo que no nos podemos permitir. Como cuando el declive del imperio romano, se espera que el miedo a los b¨¢rbaros frene la ca¨ªda. Pero en las elecciones siempre se juzga al gobierno, no a la oposici¨®n. Pachi V¨¢zquez est¨¢ a punto de recoger los frutos de su perseverancia y paciencia. En el nacionalismo se va disipando el humo y el presunto gran cisma va quedando en lo que realmente es: un problema de Beiras,
Entre todas las se?ales de decaimiento, ninguna tan preocupante como la evidencia de que en el asunto de la convocatoria de las elecciones, Feij¨®o ya cuenta como otra v¨ªctima del devastador S¨ªndrome Touri?o, una peligrosa y agresiva variante del cl¨¢sico S¨ªndrome de Monte P¨ªo. Al tradicional alejamiento de la realidad exhibido por los inquilinos de la sede presidencial, se suma una obsesi¨®n compulsiva por hablar de un tema, la fecha de las elecciones, que no le importa a nadie m¨¢s que a ellos, hacerlo como si el mundo entero contuviese el aliento esperando su decisi¨®n y manejar argumentos tan solventes como ¡°si las coloco en mayo mejor, porque es el mes de las flores¡±, o ¡°si las coloco en noviembre peor, porque es Santos y el personal anda deprimido¡±.
Supone un gesto m¨¢s que significativo la decisi¨®n de aplazar el congreso popular hasta despu¨¦s de las dichosas elecciones. Feij¨®o es un pol¨ªtico inteligente. Sabe que igual que le toc¨® iniciar el ciclo ascendente popular, le puede tocar arrancar el ciclo descendente. Mejor dejar abierta la puerta de salida, por si acaso.
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