Vuelve Celestina, suma sacerdotisa del individualismo
Atalaya estrena en Valladolid una versi¨®n de Ricardo Iniesta del cl¨¢sico de Fernando de Rojas
La alcahueta por excelencia, aquella tan diestra en artima?as y enredos que hasta supo adue?arse del nombre de su oficio para darle el suyo propio, ha vuelto con nuevos br¨ªos. Celestina subir¨¢ el 1 de marzo al escenario del Teatro Calder¨®n de Valladolid de la mano de Ricardo Iniesta y la compa?¨ªa sevillana Atalaya. El director de escena firma tambi¨¦n la adaptaci¨®n de la obra de Fernando de Rojas (Toledo, 1470-1541) que ha pasado de las 65.000 palabras originales a 10.500. "El texto es rabiosamente moderno. Es una met¨¢fora de lo que est¨¢ sucediendo ahora con la crisis, del culto al individualismo m¨¢s exacerbado. La obsesi¨®n de los personajes por el dinero, tal y como est¨¢ ocurriendo ahora en nuestra sociedad, hace que todos se vayan a pique. Solo se salvan las dos prostitutas, las ¨²nicas que son solidarias", comenta Ricardo Iniesta tras uno de los ¨²ltimos ensayos de Celestina. La tragicomedia en la sala TNT de Sevilla, el centro de investigaci¨®n teatral que abri¨® en 2008 en el distrito norte, una de las zonas m¨¢s desfavorecidas de la ciudad.
La versi¨®n de Iniesta, Premio Nacional de Teatro en 2008, pone de manifiesto los dos grandes motores que mueven a los personajes que tan bien dibuj¨® Fernando de Rojas: avaricia y lujuria. La propuesta del director de escena, fundador de Atalaya en 1983, rezuma erotismo, el mismo que ¨¦l confiesa que sent¨ªa al leer por primera vez el texto. "Cuando yo era adolescente no hab¨ªa Internet ni revistas porno ni siquiera exist¨ªa Intervi¨², as¨ª que mis fantas¨ªas er¨®ticas comenzaron con Areusa", desvela. Pero es la crueldad, con una gran presencia en la obra junto a los citados pecados capitales, lo que hace a los personajes de La Celestina tan reales.
"En Celestina hemos apostado por el lenguaje de lo grotesco y lo cruel, tan presente el montaje que hicimos de Divinas Palabras, de Valle-Incl¨¢n. Pero tambi¨¦n est¨¢n las huellas del expresionismo de Artaud, que tanto influy¨® en Grotowski y en Kantor", asegura el director citando a buena parte de su Olimpo personal.
"La Celestina es un texto tan anticlerical que siempre me pregunto c¨®mo la Inquisici¨®n no quem¨® a Fernando de Rojas. Sus personajes, como Calixto, quien jura que no es cristiano, sino melibeo, reniegan de la religi¨®n. En el texto hay continuas alusiones al destino y a la fortuna. Rojas es totalmente revolucionario para su ¨¦poca. Se r¨ªe del honor que luego ser¨¢ el gran motor del teatro del Siglo de Oro", explica Iniesta, un trabajador obsesivo que estrenar¨¢ Celestina. La Tragicomedia -su 16? montaje al frente de Atalaya- despu¨¦s de 142 ensayos, 800 horas de trabajo sin tregua.
La obra es una met¨¢fora de lo que est¨¢ sucediendo ahora con la crisis Ricardo Iniesta, director de escena
La actriz Carmen Gallardo, uno de los puntales de los inicios de Atalaya que ha vuelto a la compa?¨ªa, da vida a Celestina. La vieja alcahueta se mueve junto a otros seis actores en un espacio esc¨¦nico, tambi¨¦n obra de Iniesta, de lo m¨¢s apropiado para los tiempos que corren. Tanto las casas palaciegas de Calixto y Melibea, como el lupanar de Celestina se construyen a partir de las mesas de hierro del bar del TNT, elementos que los actores mueven a la velocidad del rayo con tal precisi¨®n que hace que el espectador contenga la respiraci¨®n, como si se tratase de un espect¨¢culo de la Fura dels Baus. Silvia Garz¨®n encarna a una Melibea que quiere ser due?a de su cuerpo y de su propio destino, muy alejada de las versiones que la muestran como d¨®cil doncella; mientras que Calixto es Ra¨²l Vera. El resto de los actores (Jer¨®nimo Arenal, Manuel Asensio, Lidia Mauduit y Mar¨ªa Sanz), que durante los 100 minutos de la obra apenas abandonan el escenario, se desdoblan a una velocidad pasmosa para convertirse tambi¨¦n en el coro de voces que rodea a la tragicomedia. Un recurso para el que Iniesta ha contado con la colaboraci¨®n del Chorea Teatro de Polonia y de la soprano Esperanza Abad. El vestuario de Carmen de Giles, que evidencia el tr¨¢nsito de la Edad Media al Renacimiento durante el que naci¨® el texto, se completa con el trabajo de caracterizaci¨®n y peluquer¨ªa de Manolo Cort¨¦s, tan concienzudo que, en ocasiones, es dif¨ªcil reconocer a los actores cuando cambian de personaje.
La obra estar¨¢ en Valladolid hasta el 4 de marzo e iniciar¨¢ despu¨¦s una gira por Espa?a. Pasar¨¢ por Castell¨®n, Reus, Girona¡ Volver¨¢ a Andaluc¨ªa por El Ejido (Almer¨ªa), donde se representar¨¢ el 11 de marzo. En el Teatro Lope de Vega de Sevilla podr¨¢ verse del 12 al 22 de abril.
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