Una escuela con clase
El espect¨¢culo es un viaje en el tiempo y una evoluci¨®n en el baile
Tiene a gala el Festival de Jerez ser el ¨²nico evento que presta desde sus inicios atenci¨®n a la escuela cl¨¢sica espa?ola de danza. No siempre, dada la escasez de producciones de este car¨¢cter, resulta f¨¢cil encontrar trabajos que correspondan al prop¨®sito. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, gracias al empe?o de un pu?ado de j¨®venes creadores, se viene disfrutando de dignos proyectos que intentan rescatar, cuidar e incluso actualizar este vasto y rico patrimonio cultural. El espect¨¢culo que nos ocupa, dedicado a la escuela bolera, constituye un dign¨ªsimo trabajo en ese sentido, al ofrecer -de una manera pulcra, documentada y hasta divertida- un viaje en el tiempo y una exposici¨®n clara, una suerte de clase pr¨¢ctica magistral, del nacimiento y evoluci¨®n de una forma de bailar que nos ha definido en el tiempo.
La idea inicial ha necesitado de un gran esfuerzo colectivo para llegar a plasmarse en un espect¨¢culo en el que solo seis bailarines soportan el peso de un gui¨®n muy fluido, pero con mucho peso coreogr¨¢fico, y que pasa de un siglo a otro con puntuales paradas en hechos hist¨®ricos o maestros de la propia escuela, siempre sobre el tapiz de una composici¨®n musical (grabada) que se inspira ¨Cy recrea de forma manifiesta- melod¨ªas de los siglos XVIII y XIX. Hay que aclarar que estamos en el reino de las zapatillas de ballet, las polainas, o los zapatitos de tac¨®n que se deslizar¨¢n sobre el lin¨®leo. En el universo del punta-tac¨®n, del braceo, el contoneo y las casta?uelas, de los saltos y cabriolas con pasos brillantes y vistosos. Son los rasgos, de gran complejidad y dif¨ªcil ejecuci¨®n, que maravillaron a los viajeros rom¨¢nticos ¨Cde hecho, muchos cuadros evocaban los grabados de esa ¨¦poca- y que tambi¨¦n enamoraron allende nuestras fronteras. Lo que en su tiempo fue conocido como espa?ol.
Es lo que encontramos en este trabajo que parte del mismo C¨¢diz durante el asedio franc¨¦s de 1812, cuyo bicentenario celebramos. Todo ello con la idea de ofrecer el lento tr¨¢nsito que va desde el baile folcl¨®rico a la constituci¨®n de una escuela de baile a trav¨¦s de un sencillo hilo argumental. Un teatro gaditano de la ¨¦poca. El Acero, y una imaginaria compa?¨ªa francesa atra¨ªda por las formas espa?olas. La figura de Amparo ?lvarez La Campanera, artista y maestra, y los tambi¨¦n maestros Otero y, sobre todo ?ngel Pericet, sobre cuya herencia ha basado Fran Velasco la composici¨®n de todas las coreograf¨ªas. Consumidos dos siglos de evoluci¨®n, aunque sus cambios puedan quiz¨¢s parecer imperceptibles para el ojo profano, la parte final nos ofrecer¨¢ la visi¨®n contempor¨¢nea de esta escuela, m¨¢s estilizada pero tan pl¨¢stica como siempre ha sido.
Sobre esa base argumental, se va exponiendo una parte del repertorio bolero, el m¨¢s representado tradicionalmente y que ha seleccionado Roc¨ªo Coral: de las antiguas seguidillas populares a los iniciales jaleos. Luego, el vito, los panaderos, el zapateado de Mar¨ªa Cristina, las sevillanas boleras, el jaleo de Jerez, el bolero l¨ªrico... Bailes y danzas, sin las que no se entender¨ªa lo que hoy somos en este arte, engarzadas de forma fluida en un todo continuo y ameno.
muDANZAs BOLERAs 1812-2012
Idea original y direcci¨®n art¨ªstica: Sharon Sapienza. Asesora de direcci¨®n: Roc¨ªo Coral. Coreograf¨ªa: Francisco Velasco. Artistas invitados: Francisco Velasco, Pen¨¦lope S¨¢nchez. Elenco: Elena Mi?o, Daniel Morillo. Myriam Manso, Sergio Bernal Gui¨®n: Juan Vergillos, Sylvie Nys. Composici¨®n musical: Agust¨ªn Diassera, Paco Cruzado.
Teatro Villamarta de Jerez (C¨¢diz), 5 de marzo de 2012
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