Mucho baile en el consorcio impulsor
El primer conocimiento del proyecto Hiriko que tuvo el Gobierno vasco fue a finales de 2009, a trav¨¦s de la posteriormente fracasada Epsilon Euskadi, que traslad¨® al Ejecutivo la existencia del proyecto y su intenci¨®n de participar en ¨¦l con el desarrollo del prototipo e ingenier¨ªa.
Cuando meses mas tarde lo presentan al Gobierno a trav¨¦s de una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro para el fomento de un sector automovil¨ªstico en ?lava, Afypaida, y Denokinn, el l¨ªder t¨¦cnico del proyecto, que manifiesta tener un modelo cedido por el Instituto Tecnol¨®gico de Masachussets, MIT, que ser¨¢ la base de un proyecto de desarrollo para fabricar un veh¨ªculo el¨¦ctrico en ?lava. En aquella presentaci¨®n es cuando los impulsores del proyecto fueron m¨¢s all¨¢ de la propuesta de un veh¨ªculo electrico y lo vincularon a una soluci¨®n para los problemas de movilidad en el centro de las ciudades. Le incorporaron el concepto de movilidad sostenible.
El Gobierno, por prudencia, apost¨® por subvencionar, pero a?o a a?o
Tras esa reuni¨®n el Proyecto Hiriko se presenta a la convocatoria del programa Etorgai 2010, con un consorcio empresarial que respaldaban la iniciativa y en el que hab¨ªa diez empresas: Afypaida, CIE Legazpi, Cegasa, CIE Mecauto, CIE Udalbide, Guardian Llodio, Inyectametal, Microelectr¨®nica Maser, Orbelan plasticos, y Trasformaciones Metal¨²rgicas.
Pero entre la presentaci¨®n del Proyecto Etorgai y la resoluci¨®n del mismo, se produjo un acontecimiento relevante para Industria. El departamento recibi¨® una comunicaci¨®n de siete de los diez socios notificando su renuncia al proyecto. Solo quedaban Afypaida, Guardian Llodio y Microlectr¨®nica Maser. ¡°La renuncia a la ayuda parece venir provocada por los problemas generados por la propiedad intelectual y el retorno de inversi¨®n para el proyecto empresarial por parte de las empresas participantes en la misma¡±, cit¨® el consejero en una intervenci¨®n parlamentaria.
El sistema propuesto y que, al parecer, no convenci¨® a la mayor¨ªa era similar a los del dise?o de aviones. Ten¨ªan que adelantar toda la inversi¨®n para cubrir los costes de ingenier¨ªa, y despu¨¦s recuperarla con la venta de coches, quiz¨¢s tres o cuatro a?os m¨¢s tarde. Pese al baile de socios y la desconfianza que los mismos mostraban en el proyecto, el Gobierno se avino a subvencionarlo por un ¡°principio de prudencia¡±, por el potencial estrat¨¦gico del mismo, y por el car¨¢cter de I+D avanzado.
A la convocatoria de ayudas de 2010 se presentan m¨¢s empresas dentro del consorcio como Megatech y BBV sistemas, y a la convocatoria de 2011, vuelve a optar, como la primera vez, un consorcio de once firmas entre las que hay algunas creadas por los propios socios iniciales como Basque Robot Wheels, o BIB formada por personal procedente de la original Denokinn. El Gobierno, por prudencia, apost¨® por subvencionar a?o a a?o el proyecto.
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