Recortes y universidades
Es menos grave retrasar el AVE que desmantelar un laboratorio o dejar los colegios sin recursos
Los recortes que estamos viviendo en el gasto y los servicios p¨²blicos son poco inteligentes y justificables. Primero, porque la prisa con la que Bruselas y Berl¨ªn nos obligan a recortar el d¨¦ficit es una medicina inapropiada para un paciente como la econom¨ªa espa?ola, con una muy d¨¦bil demanda y v¨ªctima de una ya larga recesi¨®n. Lo que tocar¨ªa hacer es dar m¨¢s tiempo para volver al d¨¦ficit del 3%, aprobar est¨ªmulos fiscales en los pa¨ªses con mejor posici¨®n, empezando por Alemania, y contar con un Banco Central Europeo m¨¢s activo e intervencionista. La posibilidad de cambio pol¨ªtico en Francia posibilita que la necesaria estabilidad presupuestaria no siga aplic¨¢ndose desde el dogma.
Segundo, la Administraci¨®n central podr¨ªa poner encima de la mesa soluciones distintas para cumplir los objetivos de d¨¦ficit. Con un gasto p¨²blico bajo en perspectiva internacional, lo l¨®gico ser¨ªa actuar m¨¢s por el lado de los ingresos y menos recortando gasto. Incluso por el lado del gasto ser¨ªa m¨¢s razonable blindar educaci¨®n e I+D+i y recortar obras de infraestructura en curso. Es menos grave que el AVE tarde dos a?os m¨¢s en llegar a destino que desmantelar un laboratorio, cancelar contratos de investigadores o cercenar los recursos humanos de los colegios. Lo primero es recuperable. Lo segundo, no. La educaci¨®n de las personas y la ciencia responden a procesos de maduraci¨®n lenta que exigen estabilidad. No es bueno el cambio continuo de las leyes educativas y las que afectan a la ciencia. Es peor que su soporte financiero sea variable e impredecible.
Tercero, no es razonable que para la sanidad y la educaci¨®n se impongan soluciones homog¨¦neas para todas las comunidades aut¨®nomas (CC AA). En ambos casos, se trata de competencias que se alimentan de los presupuestos auton¨®micos. Todo el mundo sabe que la situaci¨®n financiera de las diversas CC AA es muy diferente. Hay quien est¨¢ con d¨¦ficit muy por encima del l¨ªmite pactado y quien est¨¢ por debajo. Galicia no necesita lo mismo que Castilla- La Mancha. Aqu¨ª los ajustes comenzaron en 2009 y la Xunta repite por activa y por pasiva que la situaci¨®n est¨¢ controlada. Si es verdad, y yo quiero creerlo, no necesitamos el decreto publicado el s¨¢bado pasado. En cada territorio deber¨ªan aplicarse las medidas oportunas. Eso ser¨ªa el respeto al autogobierno y la comprensi¨®n de sus implicaciones: los costes pol¨ªticos de los ajustes deben asumirlos los titulares de la competencia respectiva. Las soluciones uniformes van en contra de la cultura federal y en contra de los intereses electorales de Alberto N¨²?ez Feij¨®o. El activo principal de su gesti¨®n en materia econ¨®mica, el rigor presupuestario, se queda en nada si cuando toca disfrutar de sus ventajas, se imponen las mismas obligaciones que a los dem¨¢s. La Xunta deber¨ªa forzar cambios en el decreto para incorporar modulaciones en su aplicaci¨®n.
Todo lo anterior no significa que haya que defender el inmovilismo y el statu quo. En particular, el sistema universitario gallego tiene desaf¨ªos ante s¨ª que van m¨¢s all¨¢ de la crisis presupuestaria. Para sintetizar, hablar¨ªa de tres. En primer lugar, la especializaci¨®n. No es ning¨²n problema tener siete campus. Lo malo es que no est¨¦n especializados y no busquen la complementariedad. Dicho en otras palabras, es claramente preferible siete campus con perfil claro y un mapa de titulaciones dise?ado con sentido de pa¨ªs, que tres campus id¨¦nticos en su oferta. En segundo lugar, los incentivos. La cultura del caf¨¦ para todos, del igualitarismo mal entendido, genera resultados ineficientes. Es bueno que se hable abiertamente de perfiles investigadores y docentes del personal, de cumplimiento de objetivo y rendici¨®n de cuentas, de rankings¡ Hay que discriminar. En tercer lugar, internacionalizaci¨®n como medio y como fin. Sobre esto sobran explicaciones.
Proyectos como "campus vida" en Santiago, "campus do mar" en Vigo o "campus da auga" en Ourense son el futuro. Apostemos por ello.
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