¡°?De d¨®nde saco yo ocho euros?¡±
Usuarios del Sergas aceptan con resignaci¨®n el copago de medicamentos, aunque rechazan que los recortes afecten a los pensionistas
Mientras espera en el centro de salud de Cambre (A Coru?a) para una cura diaria, a Ana le entra el agobio cuando se le menta el fin del gratis total de la sanidad para los pensionistas. Deber¨¢n pagar parte de su medicaci¨®n. Ley¨® en el peri¨®dico que no le afecta por tener una pensi¨®n no contributiva. ¡°?Pero si no es as¨ª?¡± Con 300 euros al mes, no le dan las cuentas: ¡°Casa, comida, luz, agua, la limpieza del nicho, la ropa no que me la dan, el bus de l¨ªnea¡±... El autob¨²s le conduce cada semana a un ambulatorio de A Coru?a.
Ana se resigna. ¡°Tendremos que apretarnos m¨¢s el cintur¨®n. En vez de tomar un caf¨¦, tendr¨¢ que ser un vasito de agua, y pagar un euro en la farmacia¡±. Ser¨¢n ocho al mes como m¨¢ximo para los pensionistas con menor renta ¡ªlas no contributivas quedan excluidas¡ª, le indica la periodista. ¡°?Carajo! ?Ocho euros! ?Y de d¨®nde se sacan?¡±.
Al igual que Ana, a Mar¨ªa Roca le entra el desasosiego. ¡°La verdad es que estoy asqueada. Ya lo voy asimilando que habr¨¢ que pagar, pero...¡±. La pregunta es la misma: ¡°?De d¨®nde lo saco?¡±. Cuando termine con su cita diaria en el centro de salud de Monte Alto, en A Coru?a, tiene que ir al banco ¡°a ver si hay suerte¡± y cobra la pensi¨®n antes del d¨ªa 1, que es festivo.
La mujer hace n¨²meros cada d¨ªa para estirar al m¨¢ximo sus 500 euros mensuales. A su cuenta, relata, viven una hija de 55 a?os sin empleo ni perspectiva de tenerlo, tras cerrar la f¨¢brica donde trabaj¨® toda la vida. Tambi¨¦n su nieto, otro parado. Mar¨ªa toma seis pastillas diarias, adem¨¢s de necesitar pa?ales. ¡°La cartera ya no da para todos y no s¨¦, ni falta me hace, cu¨¢nto me cobrar¨¢n por los medicamentos porque me cabreo¡±. Lleva bast¨®n. Y cuando le dicen que ahora tambi¨¦n ser¨¢n de pago las muletas, andadores o sillas de rueda, espeta: ¡°Es el acabouse. Pues que me lleven directo a San Amaro¡±, el cementerio local.
Ana, 300 euros al mes: ¡°Tendr¨¦ que apretarme m¨¢s el cintur¨®n¡±
¡°Telita, ocho euros¡±, exclama en Cambre Lolita. Con 78 a?os, nueve medicamentos a diario y a cargo de un hijo con incapacidad laboral permanente, destaca que al quedarse viuda ya se dividi¨® por dos su renta. Y a?ade: ¡°A m¨ª me parece que muy pronto van a juntar el dinero porque somos un mont¨®n de personas a las que nos lo van a quitar¡±.
¡°No hay m¨¢s remedio¡± y ¡°tampoco hay derecho¡± son las respuestas m¨¢s repetidas cuando se interpela a pacientes del Sergas por el copago de medicamentos que tendr¨¢n que afrontar los pensionistas. Hay rechazo, pero tambi¨¦n resignaci¨®n. Y mucha incertidumbre e intranquilidad por el c¨®mo, cu¨¢ndo y sobre todo cu¨¢nto supondr¨¢. Aunque, invariablemente, todos los usuarios consultados, sean jubilados o en activo, rechazan los recortes ¡°a los que menos tienen¡±. ¡°A los pensionistas no deber¨ªan, muchos no tiene para comer¡±, dice Jos¨¦, a¨²n en activo y a favor de encarecer los f¨¢rmacos a ¡°los que por suerte s¨ª trabajan¡±. ¡°Es necesario porque se gast¨® m¨¢s de lo que se ten¨ªa y somos todos responsables, pero lo que va a pasar es que muchos pensionistas no coger¨¢n su medicina porque no pueden¡±.
¡°Siempre les dan a las clases de abajo. Cotizamos toda la vida para al jubilarnos tener sanidad gratuita. A los de arriba, los que m¨¢s ganan, no les afecta, van a cl¨ªnicas privadas¡±, subraya desde Cambre Mari Luz, con cuya familia viven sus suegros, de 87 y 84 a?os. En las conversaciones, todos dicen que antes de cobrar a los pensionistas hay que recortar m¨¢s los sueldos de los pol¨ªticos. Josefa, mientras atiende a su madre y su t¨ªa, ambas octogenarias, lo tiene claro: ¡°?Por qu¨¦ no se lo quitan ellos del sueldo y se convierten en mileuristas, como la gran mayor¨ªa de los espa?oles, aunque s¨®lo sea durante un a?o? Saldr¨ªamos del bache enseguida¡±. La mujer acepta que hubo descontrol con los medicamentos, ¡°pero fue hace a?os, ahora no¡±. Aunque Lolita no lo tiene tan claro. Antes que cobrar por la medicina, deber¨ªan evitar recetarle de m¨¢s, dice. ¡°Tengo siete cajas en casa porque el que va a la farmacia por m¨ª no sabe que a¨²n me quedan, que no debe coger todo lo que aparece en el ordenador¡±.
¡°?Pagar tambi¨¦n por las muletas? ?Que me lleven directa al cementerio!¡±
¡°Nos lo buscamos nosotros, yo vi a muchos coger medicamentos en la farmacia y luego tirarlos en el contenedor¡±, espeta desde la sala de espera de Cambre Jos¨¦ Manteiga. Con 66 a?os y cotizando desde los 14 para una pensi¨®n de 600 euros, se encoge de hombros cuando oye a Mari Luz decir que le parece injusto que paguen los jubilados. Hubo para Jos¨¦ ¡°demasiado abuso¡± del gratis total de la sanidad. ¡°Muchos ven¨ªan de Venezuela s¨®lo para operarse aqu¨ª sin pagar¡±.
En Monte Alto, Josefa, horrorizada pero resignada, tiene claro que "la culpa es de todos por votar lo que se vot¨®¡±. ¡°Cuando estaba en la oposici¨®n no dec¨ªa nada y ahora nos hunde a los pensionistas¡±, a?ade. ¡°Hubo un abuso de miedo, son los ocho a?os los que nos hundieron, todos tenemos que apretarnos el cintur¨®n¡±, interrumpe otra usuaria. Josefa comenta: ¡°Pues que lo paguen quienes m¨¢s cobren ?Que me importa que Conde Roa vaya a la c¨¢rcel? Que devuelva lo que estaf¨® a Hacienda¡±. Nadie cita por sus nombres a Zapatero o a Rajoy. Pese a su enfado, por la mucho que le parecen ocho euros al mes, Mar¨ªa excusa al Gobierno: ¡°La culpa viene de los otros¡±.
Pero Carmen, mientras acompa?a a su marido incapacitado en Cambre, defiende que la respuesta a tanto d¨¦ficit es el voto. ¡°Seg¨²n lo que hagan, lo pagar¨¢n¡±. Y entre la incertidumbre, se cuela el miedo al futuro. ¡°?C¨®mo hemos llegado a este extremo?¡±, se pregunta la anciana t¨ªa de Josefa. Su sobrina ve negro el futuro. ¡°Si les cierran las puertas a ellas, que son ya muy mayores, ?Quien me la abrir¨¢ a m¨ª?¡±.
Preguntas en las oficinas de farmacia
En los mostradores de las farmacias, son decenas las preguntas de los pensionistas que a¨²n carecen de respuesta. A¨²n se desconoce c¨®mo se aplicar¨¢ el pago del 10% de las medicinas, con un tope mensual de 8 o 18 euros en funci¨®n de la renta. Los boticarios s¨®lo tienen de momento, a t¨ªtulo de informaci¨®n, el peque?o recuadro que se public¨® en prensa precisando que quedan exentos parados de larga duraci¨®n y pensiones no contributivas ¡°Estos d¨ªas es matem¨¢tico, la pregunta siempre: ?A¨²n es gratis?¡±, cuenta Mar¨ªa, farmac¨¦utica de la costa coru?esa. Asegura que no hay cabreo, porque ¡°la gente est¨¢ resignada¡±. Muchos, la mayor¨ªa, se congratulan al enterarse de la cuant¨ªa. ¡°Ocho euros, aun menos mal. Si puedo seguir yendo gratis al m¨¦dico, es bueno¡±. Algunos incluso defienden la medida. ¡°Con todo lo que llevo, cuatro como yo y arruinamos la Seguridad Social¡±.
El 87% de los pensionistas gallegos, seg¨²n la Xunta, cobran menos de 18.000 euros anuales, y por lo tanto pagar¨¢n el m¨¢ximo de ocho euros al mes por sus f¨¢rmacos. Pero pocos saben que el Gobierno estableci¨® que deber¨¢n adelantar el dinero si sus medicamentos cuestan m¨¢s que ese tope mensual que deben pagar. Y que las autonom¨ªas podr¨¢n tardar hasta seis meses para devolverles el dinero. ¡°Y si me muero antes, ?le devolver¨¢n a mis hijos lo que adelant¨¦?¡±, se inquieta Celia. Seis meses son una vida para los ancianos, precisa. El presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, prometi¨® ayer, en una entrevista con Europa Press, ¡°buscar v¨ªas¡± para que los pensionistas en Galicia no adelanten el dinero de sus f¨¢rmacos. Pero nadie sabe c¨®mo se va hacer. Los colegios de farmac¨¦uticos, contrarios a la medida, tambi¨¦n se interrogan.
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