¡°En Bilbao descubr¨ª qu¨¦ es el miedo¡±
El torero Joselito presenta un libro en el que repasa su vida con sinceridad y profundidad ¡°Antes de torear, yo era un camello precoz¡±
¡°Antes de torear, yo era un camello precoz¡±. Con esta crudeza repasa su vida Jos¨¦ Miguel Arroyo (Madrid, 1969) en el libro Joselito, el verdadero, que ha presentado en Bilbao ante un buen n¨²mero de aficionados taurinos, reunidos en el Club Deportivo.
La reflexi¨®n del torero madrile?o se extiende durante m¨¢s de trescientas p¨¢ginas, en las que no guarda secretos y se sincera a la hora de referirse a su infancia, marcada por la ausencia de la madre, a la que nunca vio hasta ser adulto, y el cuidado de un padre que le brind¨® una educaci¨®n rodeada de bares, drogas y malas influencias.
Al hilo de sus primeros pasos en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, Joselito aprovech¨® para destacar los valores formativos que encierra la profesi¨®n de torero. ¡°En los toros se aprende respeto, se valora el sacrificio y el honor, se ense?a a tener fuerza de voluntad; valores que no est¨¢n muy potenciados desgraciadamente en nuestra sociedad actual¡±, sostiene con firmeza el madrile?o.
Durante sus a?os de figura, Joselito siempre destac¨® por su aire rebelde, poco amigo de los t¨®picos y con una personalidad muy marcada. ¡°No tuve una infancia normal; conoc¨ª a mi madre el d¨ªa que sufr¨ª una cornada en el cuello ya de matador¡±, destaca. Por eso, quiz¨¢s tenga una visi¨®n particular tambi¨¦n del futuro de la fiesta. ¡°Lo veo bien, con optimismo, porque todos los excesos producen la reacci¨®n contraria y, ahora mismo, los ataques contra los toros son desmesurados; hay muchas cosas que pueden gustar o no, pero no por eso hay que abolirlas¡±, sostiene antes de puntualizar la actitud de los profesionales en la prohibici¨®n sufrida en Catalu?a: ¡°Quiz¨¢s despertamos un poco tarde, pero la decisi¨®n era pol¨ªtica y ya estaba tomada de antemano¡±.
En Bilbao vivi¨® algunas tardes de triunfos, pero su mayor recuerdo lo guarda fuera del ruedo. ¡°Aqu¨ª descubr¨ª por vez primera lo que es el miedo de verdad. Estaba en la habitaci¨®n del hotel, solo, horas antes de la corrida y ten¨ªa los dedos congelados, con una sensaci¨®n que a¨²n no conoc¨ªa¡±, relata con emoci¨®n sus sensaciones de una tarde de 1988 que siempre tendr¨¢ grabada.
En el libro tampoco esconde sus convicciones sociales o pol¨ªticas. ¡°En El Pa¨ªs Vasco hay un p¨²blico muy entendido, con una personalidad seria, muy marcada, que sabe lo que le gusta y tan exigente como entregada cuando algo le gusta¡±, recuerda de unas tierras a las que acudi¨® desde muy joven. ¡°Con apenas catorce a?os ya ven¨ªa a torear y me toc¨® ver pueblos con cierto aire enrarecido y politizado, pero al final ¨¦ramos muy j¨®venes y s¨®lo nos fij¨¢bamos en lo que ten¨ªamos que hacer en la plaza¡±, matiza.
Con el traje de luces colgado ¡ª ¡°ahora no tengo valor para pon¨¦rmelo¡±¡ª, su vida se centra en ser ganadero. ¡°El toro me lo ha dado todo, as¨ª que mi forma de responder es dedicar mi tiempo a criarlo¡±, sentencia dejando clara su forma de entender la vida.
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