Un viaje con el maestro Padilla
Eugenia Montero publica relatos basados en la m¨²sica del compositor almeriense
Minutos despu¨¦s de que la madre de Jos¨¦ Padilla (Almer¨ªa, 1889-Madrid, 1960) le diera a luz en su c¨¦ntrico piso de la capital, la banda municipal desfilaba por su puerta. La ciudad celebraba el inicio de las obras del ferrocarril. La comadrona comprendi¨® la se?al y pronostic¨® que aquel beb¨¦ se dedicar¨ªa a la m¨²sica. No se equivocaba.
Jos¨¦ Padilla no solo vivi¨® por y para la m¨²sica, sino que su obra constituye un legado de incalculable valor que ha trascendido fronteras y que hoy sigue inspirando a otros artistas en diferentes disciplinas, no solo la musical. La Unesco declar¨® su obra Patrimonio de la Humanidad en el centenario de su nacimiento.
¡°He nacido con una maleta en la mano¡±, dec¨ªa Jos¨¦ Padilla a su familia y justificaba as¨ª los innumerables viajes y experiencias vividas en varios continentes. Todos ellos alimentaron sus creaciones, la mayor¨ªa con un marcado car¨¢cter mediterr¨¢neo. Eugenia Montero, sobrina nieta del compositor, ha decidido dar forma a algunas de estas vivencias en el libro El dibujo del alma, compuesto por 16 relatos basados en su obra y otras tantas ilustraciones del pintor Modest Cuixart, autor de una notable colecci¨®n de cuadros inspirados en la m¨²sica de Padilla. La publicaci¨®n se acompa?a del CD Padilla mediterr¨¢neo, con m¨²sica dedicada a los pa¨ªses del arco mediterr¨¢neo que visit¨® el compositor, en los que actu¨® y que marcaron toda su producci¨®n.
La sobrina nieta del m¨²sico ha buceado en sus recuerdos en ¡®El dibujo del alma¡¯
¡°La m¨²sica es lo que inspira todo¡±, explica Montero, escritora, bailarina e impulsora de la casa museo dedicada a su t¨ªo abuelo en Madrid. Le describe como un hombre ¡°muy sensible y muy temperamental, como su m¨²sica¡±, dice. ¡°La m¨²sica transmite la personalidad del artista de manera muy sincera. En ella no hay posibilidad para el disfraz¡±, a?ade.
La figura de Jos¨¦ Padilla es compleja y vers¨¢til. Compuso temas como La violetera, Valencia, El relicario, Princesita, ?a c'est Paris llamada coloquialmente La Marsellesa de los parisinos o Estudiantina portuguesa, cantada en la Revoluci¨®n de los Claveles de Portugal, pero tambi¨¦n es autor de partituras que se han incluido en la banda sonora de unas 300 pel¨ªculas. Algunas de ellas dirigidas por grandes cineastas como Akira Kurosawa, Mario Rossi, Federico Fellini, Jean-Luc Godard, C¨¦dric Klapisch, Ermanno Olmi, Woody Allen, Martin Brest o Ridley Scott.
Precisamente, uno de los relatos tiene que ver con una experiencia con este director. Eugenia Montero envi¨® el CD Padilla mediterr¨¢neo a Ridley Scott, quien en una semana le respondi¨® y le transmiti¨® su deseo de incluir alguna de las obras en su pel¨ªcula Los impostores, protagonizada por Nicolas Cage. Esa pieza, que lleva por t¨ªtulo El amor eres t¨², se la regal¨® Padilla a su esposa en Venecia el a?o en el que naci¨® la Mostra. Italia marc¨® mucho al compositor almeriense, pero Par¨ªs fue su segundo hogar. All¨ª comenz¨® su fama.
¡°Tuvo la inmensa suerte de ganar mucho dinero¡±, dice Montero. En 1928 firm¨® un contrato por 25 millones de francos para realizar una gira por Am¨¦rica. Un viaje que le llev¨® a Buenos Aires y fruto de ese encuentro nacieron sus tangos y vidalitas. ¡°Le gustaba vivir bien. Era generoso y derrochador, pero por encima de todo estaba la m¨²sica¡±, resume Montero.
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