Avalancha de opositores para ser enterrador
121 aspirantes, algunos de Levante y Andaluc¨ªa, a una plaza de sepulturero en el ayuntamiento pontevedr¨¦s de Baiona
Pocos casos habr¨¢ de ni?os que de mayores quieran ser enterrador. Sin embargo, con el paro desbocado, un horizonte macroecon¨®mico m¨¢s bien gris oscuro y un goteo extenuante de malas nuevas, cualquier oferta de trabajo parece buena. Eso es lo que debieron de pensar las 121 personas que aspiran a ocupar la plaza de ¡°operario del cementerio¡± ¡ªla eufem¨ªstica denominaci¨®n oficial¡ª en el municipio pontevedr¨¦s de Baiona. Algunas de ellas incluso est¨¢n dispuestas a atravesar la pen¨ªnsula para hacerse con un empleo fijo, remunerado con algo m¨¢s de 1.000 euros mensuales. Los hay que proceden de Alicante, Castell¨®n, ?lava, Granada y Menorca. Con todo, la mayor¨ªa son del sur de Pontevedra, una provincia que seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) sufre un 25% de desempleo.
Es sintom¨¢tico que la mayor¨ªa de candidatos, 33, sean de Vigo, cuando tradicionalmente el flujo laboral circulaba a la inversa; eran los trabajadores de la comarca de Val Mi?or los que iban a la capital industrial a buscar trabajo.
En el Ayuntamiento no se sorprenden de la cantidad de solicitudes, aunque s¨ª de que se hayan presentado licenciados y t¨¦cnicos superiores. La media de edad se sit¨²a entre los 30 y 40 a?os y solo cuatro del m¨¢s de un centenar de instancias son de mujeres. Las competencias que se exigen son gen¨¦ricas: nociones de alba?iler¨ªa, fontaner¨ªa, jardiner¨ªa. Deber¨¢n pasar una prueba te¨®rica (un examen tipo test sobre la Constituci¨®n y otras cuestiones del ordenamiento jur¨ªdico) y una pr¨¢ctica. Los que no posean el t¨ªtulo Celga 2 tambi¨¦n tendr¨¢n que hacer un examen de gallego.
El puesto exige prueba pr¨¢ctica, examen de gallego y de la Constituci¨®n
¡°Vocacional no es¡±, enfatiza uno de los aspirantes, que prefiere mantener el anonimato. Otros contactados directamente declinaron hacer declaraciones. Alrededor de la treintena, este t¨¦cnico superior resume lo que le ha llevado a optar a la plaza ¡ªtambi¨¦n se ha presentado a la de recogida de la basura y conductor de barredora¡ª: est¨¢ en paro desde noviembre de 2010, cuando expir¨® un contrato en la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica Mi?o-Sil asociado al Plan E, sin prestaci¨®n desde hace siete meses y habita en la residencia familiar. ¡°Nadie se imagina con 15 a?os que a los 30 va a estar as¨ª; a lo mejor a los 40 estoy como pensaba estar a los 30¡±, sintetiza un desencanto que extiende al resto de su generaci¨®n.
Relativiza la generalizada reticencia a trabajar rodeado de tumbas ¡ª ¡±el muerto no te va hacer nada¡±, ironiza en tono negro¡ª, aunque admite algo de ¡°mal rollo¡± ante una hipot¨¦tica exhumaci¨®n. En cualquier caso, el Ayuntamiento incide en conceder carta de normalidad al puesto. Dado que en la villa suele haber un enterramiento cada dos semanas, la mayor parte del tiempo se dedica a labores de mantenimiento, e incluso el empleado puede ser requerido para realizar otras funciones, como operario de limpieza.
Aunque su aspiraci¨®n es encontrar un trabajo acorde con su formaci¨®n y trayectoria laboral, el candidato dice que no le caer¨¢n los anillos si consigue la plaza de enterrador. ¡°Sobrevivir¡±, sentencia, esta vez sin ¨¢pice de sarcasmo. A apenas diez metros de la entrada del cementerio, en el campo de f¨²tbol municipal, otra de la caras del desempleo juvenil; dos ma?anas laborales a la semana un grupo de m¨¢s de 20 j¨®venes se re¨²nen para matar el tiempo jugando a ser messis, cristianos u orellanas.
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