Caixanova utiliz¨® cartillas para vender preferentes como dep¨®sitos
Empleados de Caixanova aseguran que sufr¨ªan presi¨®n para vender las preferentes
El procedimiento de venta de las controvertidas participaciones preferentes a miles de ahorradores por parte de la antigua Caixanova incluy¨® pr¨¢cticas que iban mucho m¨¢s all¨¢ de lo recomendable para este tipo de productos, calificados de alta complejidad por la propia Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Varios clientes de la antigua entidad ahora integrada en Novagalicia Banco explicaron a EL PA?S que al invertir sus ahorros en las preferentes recibieron de la entidad una cartilla que les confirmaba lo que les hab¨ªan dicho: su dinero estaba en un dep¨®sito que ten¨ªa liquidez inmediata y que nunca podr¨ªa perder valor. Adicae confirma que hay casos en toda Galicia de ahorradores que recibieron cartillas de Caixanova. No hay constancia de que Caixa Galicia utilizase este m¨¦todo para comercializar las preferentes.
Durante a?os los ahorradores no se preocuparon y aquellos que ped¨ªan el reembolso de su dinero lo consigu¨ªan sin problemas. A mediados del a?o pasado la situaci¨®n cambi¨® y los que quer¨ªan el reintegro del dinero empezaron a recibir largas de los directores de sucursales. Cuando ya se dieron cuenta de que era evidente que algo raro suced¨ªa, se comenz¨® a hablar de las participaciones preferentes y pronto descubrir¨ªan que su dinero estaba en este producto que la propia CNMV solo recomendaba ofrecer a inversores avezados y previa realizaci¨®n de un test de idoneidad, que la mayor¨ªa de entidades financieras nunca realizaron.
Muchos empleados de Novagalicia y familiares compraron las preferentes
La pasada semana el presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, dejaba caer durante una entrevista radiof¨®nica que los directores de sucursales que ofrec¨ªan el producto a los que consideraban sus mejores clientes ten¨ªan su cuota de responsabilidad en lo que hab¨ªa sucedido. Sin embargo, Novagalicia Banco aclar¨® hace unos d¨ªas que sus empleados eran los primeros en estar convencidos de las bondades del producto que vend¨ªan. Seg¨²n una estad¨ªstica interna de la entidad, la mitad de los empleados de las oficinas han adquirido este producto o se lo han vendido a alg¨²n familiar directo. Este dato ser¨ªa la prueba de que los empleados realmente cre¨ªan que las participaciones preferentes tendr¨ªan siempre liquidez inmediata, tal y como ellos garantizaban a los clientes. Varios directores de sucursales consultados aseguran que nunca pensaron que el producto pod¨ªa ser controvertido porque estaba avalado por la solvencia de las propias cajas. La fusi¨®n de ambas entidades y los cambios de normativa, que han acabado con la entrada de capital p¨²blico en Novagalicia Banco, han dejado a los ahorradores en un limbo que les impide recuperar su inversi¨®n.
Un responsable de una oficina de la antigua Caixa Galicia del ¨¢rea de Santiago apunta que en su caso recomend¨® a los clientes que no invirtiesen la totalidad de sus ahorros en las preferentes porque sab¨ªa que su l¨ªquidez no estaba garantizada al 100%. De todas formas, este empleado confiesa que se siente responsable por haber recomendado el productos a sus mejores clientes que ahora ven que no pueden recuperar su dinero. A?ade que nunca crey¨® que la evoluci¨®n financiera de la entidad pudiese conducir a esta situaci¨®n.
¡°Mientras no se solucione el futuro de la empresa no habr¨¢ una soluci¨®n¡±
Clodomiro Montero, responsable de Banca de la CIG, explica que los empleados de ambas cajas se limitaron siempre a seguir las instrucciones facilitadas por la direcci¨®n de las entidades y por eso se vendieron las preferentes a peque?os ahorradores. ¡°No es cierto que hubiese unos incentivos especiales por vender este tipo de productos, tal y como se ha dicho¡±, explica Montero, quien insiste en que los empleados son los primeros interesados en que se arregle este asunto ya que son tambi¨¦n quienes m¨¢s sufren la presi¨®n de los afectados. La semana pasada las constantes protestas obligaron a cerrar las oficinas de Novagalicia Banco en Moa?a, epicentro de las movilizaciones, pero estas se van extendiendo a otros lugares como Ourense, Vigo o A Coru?a. Montero apunta lo que casi todo el mundo intuye aunque nadie se atreve a dejarlo claro: ¡°Mientras no se solucione el futuro de la empresa y su capitalizaci¨®n, no va a haber una soluci¨®n para los afectados por las preferentes¡±.
Por el momento, adem¨¢s de las protestas en la calle, a los clientes no les queda otra alternativa que explorar los caminos que tienen para tratar de recuperar su dinero. Desde Adicae insisten en que las reclamaciones a los servicios de atenci¨®n al cliente de cada entidad y ante la CNMV son las mejores opciones, aunque sin descartar la v¨ªa judicial. La citada asociaci¨®n tambi¨¦n recuerda que hay muchas entidades, aparte de las antiguas cajas, que han comercializado ¡°productos t¨®xicos¡± en Galicia y ponen como ejemplo acciones preferentes y obligaciones emitidas por empresas como Uni¨®n Fenosa, Repsol, Telef¨®nica y Audasa.
¡°En teor¨ªa no hab¨ªa que dar libretas pero se hac¨ªa en algunos casos¡±
Un director de una antigua oficina de Caixanova en la provincia de Pontevedra explica que las presiones que recib¨ªan los empleados para colocar las preferentes a los ahorradores eran ¡°muy fuertes¡± y siempre se les dec¨ªa que era un producto con l¨ªquidez inmediata y garantizado ¡°al 100%¡±.
Los problemas comenzaron a intuirse con la ¨²ltima emisi¨®n de participaciones preferentes, realizada en 2009, cuando la CNMV increment¨® su vigilancia sobre un producto que, por su complejidad, no deb¨ªa distribuirse a ahorradores que no quer¨ªan estar sujetos a los vaivenes del mercado.
El director, que prefiere mantenerse en el anonimato, se?ala que los empleados del nuevo banco ni siquiera tuvieron conocimiento de que la entidad iba a dejar de pagar los intereses que produc¨ªan las preferentes hasta el ¨²ltimo minuto. ¡°El d¨ªa antes de que se anunciase que ya no se pod¨ªan pagar los intereses todav¨ªa nos dec¨ªan que aguantaramos el tipo y les dijesemos a los clientes que se iba a encontrar una soluci¨®n. Nos dejaron con el culo al aire¡±, explica el empleado.
Aunque este director de oficina es consciente de que a los suscripitores de este tipo de prductos no hay que facilitarles una cartilla, explica que a algunos s¨ª que se les facilitaba una libreta. Se supone que la intenci¨®n era que tuviesen constancia de su inversi¨®n con un formato al que estaban m¨¢s acostumbrados. El problema es que la cartilla reforzaba la idea de que el producto contratado era un dep¨®sito y no las temidas preferentes, de las que la mayor¨ªa solo escucharon hablar hace unos meses, cuando estall¨® el esc¨¢ndalo.
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