La pitada general pol¨ªtica
Bankia, D¨ªvar, reforma laboral, manipulaci¨®n de las instituciones: si hubiera un plan para deslegitimar al Estado, no podr¨ªa ser mejor
Desde luego, lo que no falta son motivos para una pitada general pol¨ªtica. Un escueto repaso de la actualidad de las ¨²ltimas semanas basta para dibujar el escenario que la provoca, la reclama. La m¨¢xima autoridad judicial del pa¨ªs, Carlos D¨ªvar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo del Poder Judicial, ha sido pillado con las manos en la masa pag¨¢ndose largos fines de semana de lujo en Marbella con el dinero de todos; el rey Juan Carlos ha sido descubierto cazando elefantes en ?frica en el mismo momento en que el Reino de Espa?a estaba en grave riesgo de quiebra financiera; el ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, ha sentenciado que el gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, el regulador del sistema bancario espa?ol, se equivoc¨® nada menos que en la forma de afrontar la crisis financiera; mientras garantiza 23.500 millones de euros de dinero p¨²blico para resolver la quiebra de Bankia, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se niega a que se abra una investigaci¨®n parlamentaria sobre el enorme pufo financiero de la entidad que dirig¨ªa Rodrigo Rato, aquel mago de la econom¨ªa de los Gobiernos del PP en la etapa de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Es dif¨ªcil dar con una mejor demostraci¨®n de la concepci¨®n patrimonial que tiene la derecha del Estado. O controla las instituciones o las? desprestigia lo que haga falta.
Es dif¨ªcil dar con una mejor demostraci¨®n de la concepci¨®n patrimonial que tiene la derecha del Estado. O controla las instituciones o las? desprestigia lo que haga falta.
Parece dif¨ªcil encontrar una mejor demostraci¨®n de la concepci¨®n patrimonial del Estado que anima a la derecha. O controla las instituciones centrales del Estado o est¨¢ dispuesto a desprestigiarlas lo que haga falta. Es lo que ha hecho en casos tan delicados como el del Tribunal Constitucional, cuya renovaci¨®n parcial congel¨® hace cuatro a?os para mantener una mayor¨ªa contraria al Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a. Es lo que esta haciendo ahora, al echar fango sobre el Banco de Espa?a, justo en el momento en el que estalla la fusi¨®n bancaria surgida de las grandes cajas de ahorros controladas por Gobiernos regionales del PP, las de Valencia y Madrid. Es tambi¨¦n lo que acaba de hacer al cambiar la ley que rige los nombramientos del consejo de RTVE, para hacerlo depender directamente del Gobierno y no del Parlamento.
Pero por muy dif¨ªcil que parezca, a¨²n hay mayores muestras de esta concepci¨®n patrimonial del Estado que caracteriza al PP. La burbuja inmobiliaria fue causa y consecuencia a la vez de una borrachera de poder y dinero que ha extendido como mancha de aceite la cultura de la impunidad en el disfrute del Estado como fuente de beneficio econ¨®mico personal, tanto da si legal o no. No es por azar que la red G¨¹rtel de financiaci¨®n irregular del PP y sus m¨²ltiples derivaciones surgiera de la Comunidad de Madrid y derivara a la de Valencia. Tampoco lo es que haya sido en las Islas Baleares gobernadas por el PP donde estas concepciones salpicaran incluso al yerno del Rey. Pol¨ªtica y dinero, juntos y revueltos.
Claro que hay motivos para una pitada general pol¨ªtica como la del s¨¢bado en el estadio Calder¨®n de Madrid. Ah¨ª est¨¢n Bankia y D¨ªvar. El Tribunal Constitucional ya deshizo el Estatuto catal¨¢n, como quer¨ªa el PP. El Gobierno ya ha retomado el control de RTVE. Francisco Camps ya fue absuelto. Las relaciones laborales ya han sido desreguladas. La sanidad p¨²blica ya da menos. La ense?anza ya cuesta m¨¢s. Los sueldos ya son m¨¢s bajos, y los precios, m¨¢s altos. Las pensiones ya est¨¢n congeladas. ?C¨®mo no va a haber pitada general? Si hubiera un plan para la deslegitimaci¨®n del Estado, no podr¨ªa ser mejor. Lo extra?o es que solo haya una pitada general.
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