Se?or¨ªas, responsabilidad
Al igual que Feij¨®o en Galicia, Rajoy externaliza responsabilidades para escapar a sus promesas
Seis meses despu¨¦s de que las elecciones generales del 20-N dieran mayor¨ªa absoluta al PP ya sabemos que el milagro econ¨®mico de Rajoy no logra bajar la prima de riesgo ni el paro. Hoy, muchos ciudadanos que confiaron en los conservadores, se sienten decepcionados y desesperanzados ante un gobierno cuya ¨²nica pol¨ªtica es la improvisaci¨®n y la externalizaci¨®n de responsabilidades, y que utiliza la crisis para devaluar nuestro nivel de vida y nuestros derechos.
Siguiendo el manual corporativo del PP, al igual que Feij¨®o en Galicia, Rajoy comenz¨® externalizando responsabilidades para escapar de sus promesas electorales. La herencia recibida y las cuentas falseadas del Gobierno anterior, sirvieron de argumentos para justificar el primer recorte de servicios y la subida de impuestos. A continuaci¨®n acus¨® al modelo territorial de despilfarrador, pese a que los mayores desfases est¨¢n en comunidades y municipios gobernados por el PP y que, en general, los desajustes se derivan m¨¢s de la ca¨ªda de ingresos por la crisis que del incremento injustificado del gasto.
Para justificar la subida de las tasas universitarias, el ministro dispar¨® contra la universidad p¨²blica por no formar bien a los alumnos o no estar entre las mejores del mundo. Un mensaje ciertamente desesperanzador para los miles de estudiantes que se forman en nuestras universidades y a los que este gobierno reduce las becas e incrementa la matr¨ªcula. Es obvio que la universidad, como el modelo territorial, precisan optimizar recursos, mejorar resultados y evitar solapamientos y duplicidades, pero estas reformas no pueden justificar que el Gobierno desacredite a la universidad p¨²blica al tiempo que recorta sus recursos. Recortar, encarecer, desacreditar y limitar el acceso a la sanidad y educaci¨®n p¨²blica, solo produce efectos positivos en la cuenta de resultados de la sanidad y las universidades privadas, a costa de perder bienestar social y limitar la democratizaci¨®n de la cultura y la salud.
D¨ªa a d¨ªa, la b¨²squeda de escusas y culpables est¨¢ provocando una crisis institucional de consecuencias impredecibles. Recientemente, el Gobierno ha anunciado urbi et orbi que el Banco de Espa?a no es de fiar y, como consecuencia, unas auditoras privadas, algunas de las que certificaron como solventes entidades quebradas poco tiempo despu¨¦s, en dos meses van a determinar la salud de nuestro sistema financiero. No debe resultar extra?o que tras este anuncio se hunda la Bolsa, aumente la prima de riesgo y los capitales extranjeros abandonen Espa?a. As¨ª, ante los problemas econ¨®micos y las dudas que el propio Ejecutivo pone a nuestras cuentas, no debe sorprender que cada d¨ªa m¨¢s voces adviertan del riesgo de rescate.
Mientras la situaci¨®n financiera y econ¨®mica del pa¨ªs se deteriora, el presidente no da la cara y su gobierno improvisa decisiones que provocan contradicciones y desmentidos en sus filas. La imagen del presidente del Gobierno huyendo de los periodistas por los pasillos del Congreso, es un ejemplo gr¨¢fico que no proporciona certidumbre ni aporta un ¨¢pice de credibilidad y rigor a su pol¨ªtica econ¨®mica. Del mismo modo, debilita las instituciones y la econom¨ªa que sea el nuevo presidente de Bankia, cual ministro de Econom¨ªa, quien anuncie una inyecci¨®n de 23.000 millones de dinero p¨²blico en su entidad, mientras el anterior gestor pone en solfa la intervenci¨®n y el Gobierno ni revela el volumen de recursos p¨²blicos ni su procedencia, al tiempo que rechaza comparecencias e investigaciones.
En los ¨²ltimos meses, desde la monarqu¨ªa al poder judicial, pasando por la pol¨ªtica, el modelo auton¨®mico y local, la autoridad financiera o la universidad, han debilitado claramente su imagen social y su autoridad moral, poniendo en evidencia la debilidad del Estado y sus instituciones. Por ello, resulta mas necesario que nunca dar explicaciones, asumir responsabilidades, pedir disculpas por los errores cometidos y renovar el funcionamiento de las instituciones y de nuestro sistema pol¨ªtico. En este sentido, es urgente investigar la ocurrido en el sector financiero, tanto en Bankia como en Novagalicia Banco. Es imprescindible que los responsables de esta desfeita den la cara, que respondan de su gesti¨®n y que devuelvan las millonarias e inmorales indemnizaciones que se llevaron.
Despu¨¦s de una legislatura de involuci¨®n democr¨¢tica y econ¨®mica, el presidente Feij¨®o tiene la oportunidad de reconciliarse con Galicia aportando luz y taqu¨ªgrafos sobre la gesti¨®n de unas cajas que ya han precisado m¨¢s de 3.600 millones de euros de dinero de los contribuyentes. Tiene en sus manos hacer un uso responsable de la confianza de sus electores y constituir la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre las cajas gallegas, o puede utilizar su mayor¨ªa parlamentaria para volver a rechazarla evitando que se rindan cuentas en esta legislatura. Es posible que esta comisi¨®n de investigaci¨®n no inicie la recuperaci¨®n econ¨®mica, pero en nada perjudicar¨¢ al futuro de la entidad, mas bien al contrario, ser¨¢ un paso decisivo para restaurar la credibilidad y confianza de los ciudadanos en la pol¨ªtica y el control democr¨¢tico.
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