En otra galaxia

Primera sorpresa: entrar en Jamboree a las diez de la noche y encontrar la sala abarrotada para escuchar a un m¨²sico del pa¨ªs. No es habitual. ?ltimamente Jamboree solo se suele llenar con los conciertos internacionales que salpican su programaci¨®n, en el resto la sala se suele ver o medio llena o medio vac¨ªa seg¨²n el humor de cada m¨²sico afectado. Una situaci¨®n que deber¨ªa sonrojar a cualquiera que, por estas tierras, se diga aficionado y que, al final, sea incapaz de desplazarse hasta la plaza Reial para o¨ªr a m¨²sicos locales que, no nos enga?emos, pueden sonar tan bien o mejor que los importados.

La segunda sorpresa: todo lo que vino despu¨¦s.

El trompetista Raynald Colom presentaba su ¨²ltimo disco pero el formato escogido para la presentaci¨®n poco ten¨ªa que ver con el utilizado en la grabaci¨®n. Sobre el escenario de Jamboree solo el pianista Aru¨¢n Ortiz y el recitador Core Rhythm rodeaban al trompetista que, adem¨¢s, se hab¨ªa tra¨ªdo un pu?ado de artilugios electr¨®nicos. Ya desde las primeras notas dio la impresi¨®n de que el reciente disco, magn¨ªfico por otra parte, era cosa del pasado y que Colom ha dado ya varios pasos adelante hac¨ªa un nuevo universo musical.

Todo el concierto fue como dejarse arrastrar a otra galaxia. Una fascinante sensaci¨®n de estar flotando entre la tradici¨®n del mejor jazz y diversas puertas abiertas de par en par a la experimentaci¨®n. La mezcla de los dos instrumentos ac¨²sticos con los samplers pregrabados y las manipulaciones electr¨®nicas de la trompeta discurrieron con apabullante naturalidad, como si no pudiera ser de otra manera. E igual sucedi¨® con la incorporaci¨®n de una voz casi coloquial, ni cantada ni ritmada, que se introduc¨ªa entre los instrumentos para puntuar verbalmente aquello que la m¨²sica suger¨ªa.

El esp¨ªritu de un Thelonooius Monk reinventado y un disparatado Round midnight para el recuerdo marcaron una sesi¨®n densa y perturbadora.

No, los que en la noche del viernes llenaron Jamboree no se hab¨ªan equivocado.