La noche quiere escapar al apag¨®n
Este fin de semana se endurece la Ley del botell¨®n: es el revulsivo que los due?os de bares esperan para huir de la crisis que les ahoga junto a una legislaci¨®n muy restrictiva
¡°?Roqueros: el que no est¨¦ colocado, que se coloque; y al loro!¡± es una famosa frase de Tierno Galv¨¢n en un festival de m¨²sica de 1984. Cada ¨¦poca tiene sus gui?os a la palestra. El viejo profesor apostaba por el aire que pod¨ªan insuflarle los punkis a la gris capital franquista; hoy las Administraciones est¨¢n m¨¢s alineadas con los vecinos molestos por el ruido de los bares. Roqueros, al loro con colocarse parece el lema en Madrid desde hace a?os.
A pesar de la conflictiva relaci¨®n con pol¨ªticos y vecinos, la noche en la ciudad hab¨ªa experimentado en el arranque de siglo un momento optimista. Mutilada en sus horarios, la oferta se hab¨ªa transformado y la caja era buena. Para confirmarlo, basta recordar a ese tipo cool que se paseaba resacoso por toda oficina predicando que los jueves eran los nuevos viernes y los mi¨¦rcoles los nuevos jueves. De eso, crisis mediante, se ha pasado al karaoke en el sal¨®n de casa. Las perspectivas no parecen mejores tras el anuncio de una subida del IVA; una mala noticia que se une al globo sonda sobre un cierre del metro a medianoche, la Ley del tabaco y el endurecimiento de las ordenanzas de ruido en el centro de la ciudad. Los locales aseguran estar en cifras de negocio de 1997, con una ca¨ªda de beneficios del 40% desde 2007. El Ayuntamiento no aporta datos.
¡°El Ayuntamiento nos pide cada d¨ªa m¨¢s y ellos dan menos¡±. Sentado en una mesa del Caf¨¦ La Palma, Germ¨¢n Hughes, su due?o, cuenta que se las ha visto de todos los colores con la ley a pesar de tener un local bien insonorizado y respetar los horarios. Durante un oasis de cinco a?os en mitad de los 18 que lleva abierto, estuvo funcionando sin licencias por una tardanza administrativa. ¡°Mejor¨¦ el aislamiento invirtiendo 80 millones de pesetas, y en lugar de arreglarme r¨¢pido los papeles, me tuvieron ese tiempo sin licencias¡±.
Estas quejas no son excepcionales en un sector que se considera maltratado a pesar de sus prestaciones. ¡°El ocio nocturno produce 30 veces m¨¢s que la agricultura de la regi¨®n¡±, asegura Vicente Pizcueta, portavoz de Noche Madrid, asociaci¨®n que re¨²ne a los empresarios del ramo. ¡°La noche es uno de los pocos sectores en el que los espa?oles lideramos¡±, prosigue. "No se puede atacar a una industria productiva; al rev¨¦s¡±.
Tres leyes a debate
- Los empresarios esperan que el cambio en la la Ley del botell¨®n acabe con la venta ambulante de alcohol y rebaje el ruido que molesta a los vecinos. Desde este domingo ya no podr¨¢n convalidarse multas (de 300 a 600 euros) por cursos de concienciaci¨®n sobre el alcohol.
- En el otro extremo, esperan que el centro no se convierta en zona de protecci¨®n ac¨²stica especial. Eso implicar¨ªa restricciones en licencias y la posibilidad de adelantar horas de cierre.
- La otra ley contestada por los bares es la del Tabaco. Piden zonas de fumadores segregadas dentro de los locales.
El Distrito Centro est¨¢ en el coraz¨®n de la disputa. La zona tiene 150.000 residentes y m¨¢s de 2.400 bares, restaurantes, discotecas y cafeter¨ªas. Una proporci¨®n apabullante, seis veces superior a la media de Madrid. A los vecinos, este ratio no les hace gracia, pero los comercios contestan que aportan unos 1.000 millones de euros anuales a la econom¨ªa del distrito.
Los empresarios se han levantado contra la declaraci¨®n de zona de protecci¨®n ac¨²stica especial del Centro, que proh¨ªbe abrir negocios ruidosos, las reformas en los ya existentes, y establece la necesidad de contar con miles de aparcamiento para clientes de los locales (hasta el equivalente al 27% del aforo en algunos supuestos). La normativa ha abierto canales para posibilitar, en el peor de los casos, el cierre de locales una hora antes, aunque el Ayuntamiento asegura que esta medida no entra en sus planes. Los empresarios se han agrupado en la Plataforma por el ocio y movilizado pegando carteles por todo el centro con la leyenda El Ayuntamiento apaga Madrid.
Los locales proponen alternativas para reducir el ruido, como cortar al tr¨¢fico la Gran V¨ªa (calculan que eso bajar¨ªa la contaminaci¨®n ac¨²stica en 10 decibelios), mejorar las normas de aislamiento en los domicilios (ventanas de doble vidrio) o crear zonas dentro de los bares para fumadores. A este ¨²ltimo respecto, es innegable que la Ley del tabaco tuvo una incidencia en los gritos y conversaciones intempestivas. Nada m¨¢s entrar en vigor, las quejas por ruido crecieron el 19%, mientras que los requerimientos por ruido en locales cay¨® el 3%.
Guerra al botell¨®n
Y luego est¨¢ el botell¨®n. Los hosteleros aguardan esperanzados que este s¨¢bado suenen las doce campanadas. A partir de esa hora entra en vigor un endurecimiento de la ley que pondr¨¢ fin a la posibilidad de convalidar multas por cursos de concienciaci¨®n sobre los peligros del alcohol.
Para entender su insistencia en esa reclamaci¨®n, basta por acercarse a medianoche a la plaza de San Ildefonso, cuando las terrazas comienzan a cerrar para cumplir con la normativa. Los clientes pueden apurar la cerveza sentado en una silla y, cuando los camareros se llevan los muebles, sentarse en el suelo a beber una lata de las que venden los comerciantes ambulantes. Comienzan entonces las grandes conversaciones de la noche madrile?a:
¡ª?China, c¨®mo se dice ¡°dos cervezas fr¨ªas¡±?
¡ªPing pi dio.
¡ªPues ping pi dio.
Ambientadas con un radiocasete con Bar¨®n Rojo, las cervezas contin¨²an hasta las cinco de la ma?ana. Estas son las paradojas que los due?os de locales aseguran que les cuestan el negocio. Temen a los lateros especialmente por el servicio que hacen a los fumadores que salen a la puerta de los bares a echar un cigarrillo. Muchas veces, mientras lo hacen se compran una lata, conversan, hacen ruido...
El ocio nocturno produce 30 veces m¨¢s que la agricultura de la regi¨®n¡±, asegura Vicente Pizcueta
Estos argumentos, sin embargo, no convencen a todo el mundo. La plataforma Vecinos Madrid Centro acusa a los empresarios de estar desmarc¨¢ndose de sus responsabilidades, como si los lateros o las aglomeraciones en la puerta de los bares fuera algo ajeno a ellos. Son problemas ¡°imputables a la actividad de los locales¡±, insiste la asociaci¨®n. Los vecinos no aprecian los argumentos econ¨®micos y responden que, si la noche produce dinero, ellos tambi¨¦n trabajan, pero para hacerlo primero necesitan dormir.
Los empresarios no quieren pol¨¦micas, aunque en privado muchos admiten que los habitantes del centro deben comprender que es necesario aceptar que la zona implica ciertas molestias, si estas no rebasan lo razonable. Dionisio Lara, vicepresidente de Noche Madrid, dejaba caer en una rueda de prensa sobre el ruido esta semana que vivir en el centro ¡°no es vivir en la sierra¡±.
Mientras se dirime el conflicto, la cultura est¨¢ siendo una de sus v¨ªctimas colaterales. La Noche en Vivo, asociaci¨®n de locales con m¨²sica en directo, pide que la ley sea m¨¢s cuidadosa con ellos argumentando que no son simples bares de copas. ¡°La cultura de la ciudad se hace todos los d¨ªas, no solo en el Conde Duque y tantos contenedores culturales vac¨ªos que est¨¢ construyendo la Administraci¨®n¡±, se queja Hughes. Los conocedores del problema aspuntan que la falta de miramientos con estos establecimientos es una de las razones de que ciudades como Barcelona hayan tomado la delantera en la creaci¨®n de una escena propia, o incluso la organizaci¨®n de grandes festivales.
Los locales proponen alternativas para reducir el ruido, como cortar al tr¨¢fico la Gran V¨ªa o ventanas de doble vidrio en los domicilios
La cosa est¨¢ mal, s¨ª, pero¡ En el apartado constructivo, algunos empresarios piden huir del pesimismo. David Novaes, uno de los socios del Siroco y propietario de m¨¢s negocios en el centro lo explica: ¡°La crisis est¨¢ siendo muy dura y nos est¨¢ obligando a reinventarnos¡±. Su sala, que reabri¨® en septiembre despu¨¦s de una profunda reforma para mejorar el sonido y crear un espacio lounge, ha ido probando estrategias. ¡°Por ejemplo, para atraer gente m¨¢s temprano y aumentar las horas de negocio, intentamos que las tardes fueran de afterwork, pero no funcion¨® porque no hay oficinas cerca¡±. Ensayo-error. Otros intentos les han salido mejor, como el giro hacia el clubbing y las sesiones de dj's antes de la madrugada para calentar el ambiente. ¡°Nos va bien porque tenemos un equipo joven, intentamos probar nuevas ideas, diversificar la oferta¡ Pero no hay que olvidar que tomar decisiones y hacer cambios en este sector cuesta caro¡±. Resultado de esta mentalidad positiva, Novaes ¡ªque vive en el barrio, haciendo buena la afirmaci¨®n de los empresarios de que las categor¨ªas vecinos/empresarios no son estancas¡ª aprecia el giro de Malasa?a hacia una mayor oferta presionado por la exigencia. ¡°Antes hab¨ªa 200 locales iguales; ahora es menos cl¨®nico¡±.
La recuperaci¨®n de la tarde, de un p¨²blico m¨¢s maduro, espect¨¢culos para complementar la copa¡ La noche sigue buscando f¨®rmulas, pero sabe que el problema con vecinos y Administraciones es el que definir¨¢ su situaci¨®n. Lo intentan, pero los due?os de los bares saben que son unos c¨®mplices inc¨®modos para cualquier alcalde. Defienden el alcohol, el humo y acostarse tarde: ?qu¨¦ m¨¢s se les puede pedir?
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