La incomodidad de los jarrones chinos
El PP inicia su andadura con la presencia de Arenas en el Parlamento
Nadie ha sabido aclarar con certeza cu¨¢ndo desaparecer¨¢ de la escena andaluza Javier Arenas, el pol¨ªtico que supuso toda una revoluci¨®n en el PP auton¨®mico y que ha llevado el partido a las cotas m¨¢s altas de poder. Fue Felipe Gonz¨¢lez el que acu?¨® la m¨¢xima de que quienes lo han sido todo en una formaci¨®n, por mucha deferencia que se les tenga, se convierten en objetos inc¨®modos para los nuevos gestores. ¡°Soy como un jarr¨®n chino en un apartamento peque?o. No quieren romper el pu?etero jarr¨®n y echarlo a la basura, pero donde quieran que lo pongan, estorba¡±, brome¨® el dirigente del PSOE que ha ejercido el hiperliderazgo de mayor tama?o en la historia de esta fuerza.
Ahora Arenas es un jarr¨®n chino. En el congreso regional de Granada de este fin de semana la sucesi¨®n de oradores que pas¨® por el plenario se deshizo en elogios y agradecimientos, pero ya empezaba a ser una figura inoportuna y engorrosa, dif¨ªcil de ubicar. Ni siquiera asom¨® por el c¨®ctel que organiz¨® la nueva c¨²pula la noche del viernes para evitar encuentros embarazosos.
?l ha querido facilitar las cosas y, nada m¨¢s anunciar su salida, dej¨® el esca?o de referencia en el Parlamento y se coloc¨® en una tercera fila. Pero no va a bastar con eso. Su presencia es demasiado fuerte para hacer como si no existiera. ?Estar¨¢ all¨ª como un Don Tancredo? Si interviene, ?en qu¨¦ debate lo har¨¢? ?Y si se ausenta y su grupo est¨¢ en condiciones de ganar una votaci¨®n y la pierde por un solo sufragio? Unas fuentes apuntan que conservar¨¢ el acta al menos hasta el inicio del pr¨®ximo curso pol¨ªtico, otras, que esperar¨¢ a final de a?o y, unas terceras, que hasta que encuentre un acomodo satisfactorio en Madrid. En cualquier caso, todos coinciden en que la decisi¨®n es suya y que est¨¢ descartado que se produzcan presiones para acelerar un desenlace r¨¢pido.
Otro hueso es el caso de Antonio Sanz, el n¨²mero dos saliente. La idea es que siga siendo diputado, pero su imagen del final del c¨®nclave en una esquina del plenario augura una complicada convivencia. Sobre todo por las notorias malas relaciones que mantiene con su sustituto y, en general, con el equipo completo de Juan Ignacio Zoido.
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