¡®On s¨®n els diners?¡¯
No hay presunci¨®n de culpabilidad, sino de inocencia. Por tanto, no son presuntos ladrones, sino probables ladrones
Navega por los correos electr¨®nicos un v¨ªdeo que reproduce una parte de la gala del IV Premio Gaud¨ª. Alba Florejachs y Xavi Mira cantan una mordaz canci¨®n titulada On s¨®n els diners?, dedicada a personajes notables, conocidos autores de sustracciones clamorosas. Es generalmente aceptado que los periodistas tengan que utilizar el t¨¦rmino presuntos para referirse a esa gente, para evitar que esos notables se sientan ofendidos y pongan una querella contra el medio que ha dado la noticia de su inculpaci¨®n. Pero presuntos no es un t¨¦rmino apropiado. No existe la presunci¨®n de culpabilidad, sino de inocencia. Por tanto, no son presuntos ladrones. Son probables ladrones, porque, desde que empieza el proceso judicial, su latrocinio pende de las pruebas que, alg¨²n d¨ªa, se presentar¨¢n ante un tribunal.
Como es natural, la canci¨®n que ironiza sobre los probables ladrones ha disgustado a unos y ha gustado a otros. Los que han puesto a navegar por la red el v¨ªdeo son estos ¨²ltimos. Contiene ¨¢cidas iron¨ªas y hasta insultos, que yo no usar¨ªa. Pero expresa la rabiosa denuncia y la indignaci¨®n general ante una realidad incuestionable.
La noticia de las m¨¢s clamorosas sustracciones no va seguida de la noticia de la recuperaci¨®n de lo sustra¨ªdo. Los probables ladrones permanecen en libertad o superan sin mayor esfuerzo una breve situaci¨®n de prisi¨®n provisional. No se percibe una disminuci¨®n significativa de su nivel de vida. Esperan sin inmutarse un lejano juicio, seguido de m¨¢s lejanos recursos, y un horizonte final, en el peor de los casos, de eventuales indultos. Pero el dinero no lo devuelven y la justicia no parece capaz de conseguir que lo hagan.
Los protagonistas de la canci¨®n no son como el desdichado electricista de la catedral de Santiago. No guardan lo sustra¨ªdo en su garaje, envuelto en bolsas de basura. No apuntan las cifras de su bot¨ªn en libretas escolares. No disponen, ¨²nicamente, de la complicidad de su familia m¨¢s inmediata. No cuentan solo con la falta de vigilancia, por incompetencia o desidia, de un de¨¢n que, en el mejor de los casos, se dedica al cuidado de las almas, m¨¢s que de los tesoros catedralicios.
Los probables ladrones tienen para¨ªsos fiscales, ingenier¨ªa financiera, profesionales cualificados? e instituciones responsables de la vigilancia de incompetencia tambi¨¦n probable
Los probables ladrones cantados por Alba y Xavi tienen para¨ªsos fiscales, inextricable ingenier¨ªa financiera globalizada, profesionales de alta cualificaci¨®n y de leal complicidad, e instituciones y funcionarios responsables de la vigilancia, de incompetencia o desidia tambi¨¦n probable. Por todo ello, no se les ve inquietados, en absoluto, por la eficacia de la m¨¢quina legal. Y porque no sabemos on s¨®n els diners.
La misma m¨¢quina legal parece que desconf¨ªa de su propia eficacia. Por eso, a veces la ley premia con una disminuci¨®n de la pena, o hasta con la exenci¨®n de pena, si el culpable colabora. Por ejemplo, se perdona la pena al particular que soborna a un funcionario cuando este ha exigido el soborno, si el particular lo denuncia antes de que empiece el proceso. O al defraudador de la hacienda p¨²blica que regularice su situaci¨®n tributaria antes de conocer que ha empezado su persecuci¨®n. La ley, desconfiando de la eficacia de su simple amenaza del castigo, busca un medio complementario para descubrir al funcionario corrupto o conseguir que el defraudador cumpla con Hacienda. Es el juego del palo y la zanahoria, quitando palo y a?adiendo zanahoria.
Otras veces quita zanahoria y a?ade palo. Por ejemplo a ese ladr¨®n de coche, que lo coge para usar y dejar, se le castiga con multa o trabajos comunitarios. Pero si no lo devuelve o lo deja en 48 horas, se le pena como si lo hubiera robado para siempre, con severas penas de c¨¢rcel. Nuestros probables notables deber¨ªan recibir el trato de menos zanahoria, como los ladronzuelos de coches. Si no devuelven lo sustra¨ªdo, y pronto, la pena deber¨ªa ser a¨²n mayor que la que les espera. Y si les llegara en tiempo razonable, otro gallo nos cantara. Y no tendr¨ªan que seguir cantando, con toda la raz¨®n, Alba y Xavi.
Jos¨¦ Mar¨ªa Mena es exfiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a.
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