El Empord¨¤ se prepara para recuperar sus bosques tras el gran incendio
Un jefe de bomberos sostiene que la teor¨ªa de las colillas ¡°es un cuento chino¡±
![Bomberos y forestales, ayer, en Terrades controlando los últimos focos del incendio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CSXTKMGM24MVQIDE3LVJTWQXFI.jpg?auth=345b96da32dd8fcee5361e5e6457aae7d3d650b266f2ec2b677bccb6565009d2&width=414)
Hace seis d¨ªas empezaba en La Jonquera el gran incendio que ha arrasado el Alt Empord¨¤. Lo hac¨ªa con una fuerza descomunal: las llamas llegaron a quemar 1.200 hect¨¢reas por hora. Una barbaridad. ¡°Ning¨²n servicio de bomberos del mundo puede con esto¡±, reconoci¨® Enric Cano, experimentado jefe del cuerpo en la provincia de Girona. El fuego qued¨® ayer controlado no sin antes dejar exhausta a la poblaci¨®n y a los servicios de extinci¨®n. Los alcaldes de los 17 municipios afectados por el gran incendio se reunieron con la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, para empezar la reconstrucci¨®n de la zona y la regeneraci¨®n de los bosques.
A Cano se le vio estos d¨ªas dando ¨®rdenes con los ojos enrojecidos, sin dormir durante horas, en medio del traj¨ªn, instalado en el centro de mando en Figueres. Poco pudieron hacer los bomberos el domingo, el d¨ªa que prendi¨® el fuego, salvo intentar poner a salvo a los vecinos. Pero dos personas murieron por el incendio de La Jonquera y otras dos en otro fuego, m¨¢s peque?o, en Portbou. Cano se siente impotente cuando piensa en los muertos. ¡°Nunca hab¨ªa visto un incendio como este¡±, afirma. Las llamas arrasaron bosques, (de las 14.000 hect¨¢reas, aproximadamente la mitad eran de alcornocales), cultivos, granjas y se llevaron por delante algunas casas.
Ortega anunci¨® ayer que la Generalitat implantar¨¢ l¨ªneas de ayudas para los vecinos y para que los Ayuntamientos puedan reparar las infraestructuras da?adas. El Consistorio de La Jonquera ha contabilizado 90.000 euros de p¨¦rdidas, de los cuales una gran parte corresponde a las horas extra que han trabajado los polic¨ªas municipales. El cementerio se ha quemado ¡°todo¡±, seg¨²n la alcaldesa S¨°nia Mart¨ªnez. En Capmany ha ardido el 90% del bosque y un c¨¢mping ha quedado totalmente calcinado. ¡°Al salir del pueblo se ve la cat¨¢strofe¡±, resume el alcalde, Jes¨²s Figa. Tambi¨¦n ha quedado afectado el cementerio de Biure. Su alcalde, Albert Camps, ped¨ªa ayer que la Generalitat acuerde una subvenci¨®n para el ganadero del pueblo que perdi¨® todo su reba?o de 500 ovejas.
El Gobierno catal¨¢n, ya desde el primer d¨ªa, dirigi¨® el foco de las reprobaciones hacia los fumadores que lanzan colillas a los m¨¢rgenes de las carreteras. Primero fue el presidente Artur Mas y luego su consejero de Interior, Felip Puig, quienes descargaron toda responsabilidad por los incendios en los ¡°imprudentes¡± fumadores. Los Mossos d¡¯Esquadra investigan a los incautos que lanzaron las dos colillas que originaron ambos fuegos. Pero hay quien cree que hay que ir m¨¢s all¨¢ para encontrar la verdadera causa del desastre: una deficiente gesti¨®n agr¨ªcola y forestal que hace que los bosques catalanes sean un ¡°polvor¨ªn¡±.
La cr¨ªtica la lanza un veterano jefe de bomberos que ya trabajaba en el gran incendio que afect¨® a la misma comarca en 1986. ¡°Lo de las colillas¡±, afirma, ¡°es un cuento chino, una maniobra para que no se hable del problema real¡±. Tambi¨¦n han salido a la palestra los representantes sindicales de CC OO del cuerpo de Agentes Rurales, que lamentaron que con ¡°los medios humanos y materiales actuales¡± no pueden abarcar todas las acciones preventivas necesarias en materia de incendios. Los agentes recordaron que corresponde a la Generalitat limpiar de vegetaci¨®n los m¨¢rgenes de las carreteras que son de su titularidad.
Los expertos insisten estos d¨ªas en que los bosques, con las actividades agr¨ªcola y ganadera en retroceso desde hace d¨¦cadas, se han convertido en enormes dep¨®sitos de materia combustible.
En las zonas afectadas ya no se observa la fren¨¦tica actividad de d¨ªas pasados. Un pu?ado de retenes de agentes de los bomberos hac¨ªan ayer guardia cerca de Terrades, en una de las zonas m¨¢s castigadas. El fuego ha dejado a su paso un paisaje de muerte. La ceniza forma un manto de color gris blanquecino a ambos lados de la carretera. Los olivos que han resistido al fuego se han te?ido de amarillo, chamuscados por el paso de las llamas. El olor a tierra quemada persiste y qui¨¦n sabe por cu¨¢nto tiempo. Aparece una t¨ªmida lluvia que arrastra la suciedad acumulada en el aire y pronto cesa. En el bosque abrasado, todo es silencio.
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