Feij¨®o regresa a Old Sarum
Con absoluto desprecio a la democracia, Feij¨®o tiene decidido, en v¨ªsperas de las elecciones, alterar unilateralmente las reglas que rigen la contienda electoral
Uno nunca sabe en qu¨¦ momento y de qu¨¦ manera va a pasar a la Historia. Cuando en el a?o 1076 el rey Guillermo El Conquistador nombr¨® obispo de Salisbury a su medio primo Osmundo, era casi imposible que pudiera adivinar que su pariente llegar¨ªa a santo. M¨¢s dif¨ªcil a¨²n resultaba que Osmundo sospechase que cinco d¨ªas despu¨¦s de consagrar la Catedral reci¨¦n construida en la colina de Old Sarum, ¨¦sta iba a ser destruida por un rayo en 1092. En 1221 la di¨®cesis fue trasladada a Salisbury, lo que provoc¨® el abandono del asentamiento de Old Sarum.
Desde luego, ni al rey ni al obispo se les pas¨® por la imaginaci¨®n que Old Sarum acabar¨ªa formando parte de la historia del Reino Unido. Porque hasta el a?o 1832 fue el m¨¢s singular de los burgos podridos (rotten borough). Solo dispon¨ªa de tres casas y siete electores, pero como en tiempos le hab¨ªa sido otorgada una royal charter ¡ªCarta real¡ª ten¨ªa derecho a nombrar a dos miembros de la C¨¢mara de los Comunes.
Tampoco Elbridge Thomas Gerry, quinto vicepresidente de los Estados Unidos, entre 1813 y 1814, pudo predecir que pasar¨ªa a la historia de la ciencia pol¨ªtica. Fue uno de los tres delegados que en la Convenci¨®n Constitucional se neg¨® a firmar la Constituci¨®n de los Estados Unidos de Am¨¦rica por carecer de una carta de derechos. Pero su mayor legado, en los tiempos que gobern¨® en Massachusetts, fue el gerrymander, una maniobra de manipulaci¨®n de las circunscripciones electorales con el prop¨®sito de conseguir un resultado favorable a su partido.
Consciente de que la ca¨ªda del voto en los distritos del norte y el oeste lo conduc¨ªa a la derrota, decidi¨® fusionarlos, reduciendo de este modo el n¨²mero de esca?os. El distrito resultante pose¨ªa, para un dibujante gr¨¢fico de la ¨¦poca, la forma de una salamandra (salamander, en ingl¨¦s). Un periodista con retranca uni¨® el apellido del gobernador con el nombre del animal, y acu?¨® la expresi¨®n gerrymandering, que desde entonces es la manera de referirse a las trampas para modificar las reglas que fijan los distritos electorales con el fin de asegurar la victoria.
El presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feijoo, pretende convertir Galicia en su particular burgo podrido. Con absoluto desprecio a la democracia tiene decidido, en v¨ªsperas de las elecciones, alterar unilateralmente las reglas que rigen la contienda electoral como ¨²ltimo recurso para garantizarse la permanencia en el Gobierno. Un dem¨®crata sabe que la democracia es algo m¨¢s que la simple aplicaci¨®n del principio de la mayor¨ªa. Es, por encima de todo, la defensa de unos valores y un estatus colectivo de dignidad y respeto a la comunidad pol¨ªtica a la que se pertenece. Por eso, no hay democracia cuando la mayor¨ªa ¡ªaunque sea absoluta¡ª vulnera sistem¨¢ticamente los derechos que corresponden a toda persona por el solo hecho de serlo (derechos humanos). O cuando, sin di¨¢logo ni consenso, se modifica a conveniencia, con inexplicable urgencia y alevos¨ªa, el sistema que determina el proceso de elecci¨®n popular de los ¨®rganos de gobierno, que es pieza esencial para su legitimidad. Para que un gobierno resulte leg¨ªtimo no puede ser impuesto. Quien impone un sistema electoral sin contar ni hablar con los dem¨¢s traiciona la democracia y traiciona al pueblo.
Feijoo practica la democracia como lo hac¨ªan algunos pol¨ªticos del primer tercio del siglo XIX. Pero su t¨¦cnica es distinta de la salamandra de Elbridge T. Gerry. Feijoo prefiere algo mucho m¨¢s enraizado en la cultura de los gallegos, algo m¨¢s nuestro y enxebre: la denosi?a.
En la tradici¨®n popular gallega la mordedura de una denosi?a supone una muerte segura (¡°se te morde unha denosi?a colle o mantelo e vai para misa¡±). Feijoo utiliza la crisis econ¨®mica y la dif¨ªcil situaci¨®n del pa¨ªs para esconder bajo una apariencia de ¡°ahorro¡± una reforma electoral que muerde y envenena los fundamentos de la democracia y de nuestra dignidad ciudadana. Apunt¨¢ndose al discurso del ¡°sobran pol¨ªticos¡±, lo que verdaderamente quiere hacer es ajustar la democracia que a ¨¦l le sobra, es decir, aquella que puede expresar la pluralidad pol¨ªtica de Galicia y hacerle perder el Gobierno.
Si es necesario reducir el n¨²mero de miembros del Parlamento ¡ªy ser¨ªa bueno que alguien nos explicara razonablemente por qu¨¦¡ª, conviene hacerlo procurando el acuerdo, y garantizando la mayor igualdad en el valor del voto de todos los electores. Pero, por encima de cualquiera otra cosa, hay que hacerlo despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones, por respeto a la democracia y por respeto a Galicia.
En el pasado fueron muchos los que defendieron la dignidad de nuestro pa¨ªs, incluso pagando un alto precio personal. Ahora le toca a la generaci¨®n presente asumir esa defensa. No permitamos que Feijoo y su denosi?a conviertan Galicia en el Old Sarum del siglo XXI.
Francisco Caama?o es Catedr¨¢tico Derecho Constitucional y diputado del PSOE
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