Ser¨¢ que no lo necesitan
Los tres toreros dejaron pasar una oportunidad ante un aprovechable encierro de La Quinta
?Qu¨¦ poca ambici¨®n! Tres toreros que est¨¢n lejos del c¨ªrculo de las grandes ferias y que dejaron pasar la oportunidad de reivindicarse. La corrida no fue para cantar alabanzas, pero los seis toros fueron para cortarles orejas y llamar a las puertas de otras ferias.
Es cierto que en el toreo moderno los contratos se hacen en los despachos y luego se cumplen en el ruedo, pero la condici¨®n de los espadas de ayer, tres toreros que deben abrirse paso, no concuerda con lo que hicieron en la arena. Y se fueron satisfechos, con la sensaci¨®n del deber cumplido.
Un apoderado de anta?o habr¨ªa desatado una tormenta con su torero a la llegada al hotel. Ayer, no sabemos si hubo tempestad, pero no es de recibo la pasividad de estos actuantes en las Corridas Generales.
Y la gente, sufrida parroquia de Vista Alegre, buena, ben¨¦vola, hasta hizo saludar al final de algunos trasteos. Debieron saludar, pero para despedirse y que usted no vuelva.
LA QUINTA / FERRERA, GALLO Y MORENITO
Seis toros de La Quinta, bien presentados, justos de fuerza, pero con calidad. Antonio Ferrera, estocada ca¨ªda (saludos) y pinchazo, estocada corta y descabello (saludos). Eduardo Gallo, estocada haciendo guardia y estocada desprendida (saludos) y estocada y descabello (silencio tras aviso). Morenito de Aranda, pinchazo bajo y dos descabellos (silencio) y tres pinchazos y estocada desprendida (silencio).
Plaza de Bilbao. 19 de agosto de 2012. Menos de media entrada. Segunda de las Corridas Generales.
Los santacolomas de La Quinta lo fueron de hechuras. Corrida bien presentada, en tipo, seria de cara y con el problema de estar escasos de fuerzas, pero embistiendo y queriendo meter la cara; con poquitos problemas que resolver salvo el quinto. Ninguno sac¨® ese tan denostado picante del encaste que asusta a las denominadas figuras.
Toros para ponerlos de lejos. Como hizo Ferrera en el caballo, all¨ª respondieron para acudir al cite a pesar de que no recibieran excesivo castigo. Toros para darles sitio y citarlos de lejos con la muleta, que vinieran con alegr¨ªa y no abochornados en la corta distancia.
Pues en los cinco primeros nadie quiso reparar en ello y optaron por las cercan¨ªas, donde los de La Quinta se sent¨ªan impotentes. Alguien se lo debi¨® advertir a Morenito de Aranda en el sexto, tambi¨¦n de nombre Morenito, y lo llam¨® de lejos. A pesar de que las series no fueron limpias, hubo muletazos buenos. Tuvieron que pasar dos horas para darse cuenta de d¨®nde estaban las claves del triunfo.
El lote de Antonio Ferrera fue bueno; el primero con fijeza y noble, mientras que el cuarto tuvo una gran calidad tanto por su alegr¨ªa para arrancarse como para meter la cara. Se fue con media faena para adentro. S¨®lo quedar¨¢ para el recuerdo la original manera de interpretar el tercio de banderillas, en el que altern¨® el uso del capote y las banderillas sin necesitar para nada a su cuadrilla.
El extreme?o es ya un veterano y est¨¢ curtido en mil batallas, pero Eduardo Gallo y Morenito de Aranda tendr¨¢n que pensarse mucho las razones por las que no aprovecharon las condiciones de sus enemigos, aplaudidos en el arrastre. El salmantino nunca se puso de verdad en su primero, a pesar de sufrir un revolc¨®n sin consecuencias, y en el quinto fue incapaz de estar con solvencia, desarme incluido, ante el ¨²nico astado que mostr¨® ciertas complicaciones.
Por todo ello, la tarde fue sosa. Los espadas se empe?aron en torear bonito, pero deb¨ªan haberse propuesto hacerlo bien y no como en otras anodinas tardes. Con los tendidos abandonados en cierto n¨²mero por la competencia del f¨²tbol liguero, los aficionados estaban remisos a aplaudir el toreo f¨¢cil y los silencios protagonizaron una tarde que debi¨® ser importante para los acartelados ayer, que se dejaron pasar una gran oportunidad. Ellos sabr¨¢n por qu¨¦, quiz¨¢s no la necesiten.
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