Entre alianzas y amagos
La matem¨¢tica electoral aconseja una alianza de la otra izquierda y el otro nacionalismo
Las derrotas disciplinan la imaginaci¨®n. La advertencia de Jorge Riechmann explica la mezcla de escepticismo, curiosidad y confusa ilusi¨®n con la que fue acogida la oferta que Anova hizo a Esquerda Unida (EU) para formalizar una alianza transfronteriza entre organizaciones de la izquierda nacionalista y no nacionalista. La f¨®rmula no es in¨¦dita, la ensayaron con poca fortuna electoral Unidade Galega y EU en 1993, e inspir¨®, en la segunda mitad de los a?os noventa, la Posici¨®n Sotocon la que la Frente Popular Galega pretendi¨®, sin ¨¦xito, coaligar en una plataforma amplia a EU, al BNG y a la izquierda independentista. Propuestas a contracorriente del nacionalismo dominante, siempre refractario a todo acuerdo estrat¨¦gico con partidos con lealtades que trascendiesen las fronteras de Galicia, que hizo de la autoorganizaci¨®n nacional un principio activo del Proxecto Com¨²n con el que el BNG, liderado por Xos¨¦ Manuel Beiras, logr¨® sus mayores ¨¦xitos.
Ya se sabe que, en pol¨ªtica, las alianzas nacen tanto de las m¨¢s generosas convicciones como de los m¨¢s cicateros c¨¢lculos. Conocedor del pa?o, a Carlos V¨¢zquez, uno de los dirigentes hist¨®ricos de Esquerda Galega, le gustaba recordar que, antes de hacer p¨²blica cualquier propuesta de acci¨®n unitaria, hab¨ªa que decidir si era ¡°para que s¨ª¡± o ¡°para que no¡±. Quiz¨¢s sea innecesario insistir en que la arqueolog¨ªa pol¨ªtica permite exhumar m¨¢s ofertas de alianzas publicitadas para no hacerse nunca efectivas que aquellas otras ideadas para materializarse.
Hay ejemplos pr¨®ximos. M¨¢is Galiza y el Encontro Irmandi?o, antes aliados en la lucha interna contra la UPG en el BNG, tras la cita de Amio no dejaron de hacer votos de confluencia pol¨ªtica en un Novo Proxecto Com¨²n mientras que se dedicaban, con toda su pasi¨®n, a sumar masa cr¨ªtica para diferenciarse y cuajar dos nuevas marcas pol¨ªticas: Compromiso por Galicia, engalanada con gui?os al centrismo galleguista, y Anova, discursivamente instalada en el independentismo.
A la demanda de su confluencia electoral, Anova respondi¨® con un llamamiento a EU, acogido c¨¢lidamente por los correligionarios de Cayo Lara, para convocar la izquierda anticapitalista en una versi¨®n aut¨®ctona de Syriza, y Compromiso firm¨® un protocolo de acci¨®n electoral con Terra Galega, que aprovech¨® la ocasi¨®n para felicitarse por que la convergencia del nacionalismo moderado permitir¨¢ tomar el relevo de lo que fue Coalici¨®n Gallega. Causa no poca sorpresa que las alianzas atiendan m¨¢s a la estrategia de diferenciar las marcas que a dar cuenta de algunos empecinados datos de la realidad.
La reforma de los 61 diputados ser¨¢ protestada, pero no impedida. Feij¨®o tendr¨¢ m¨¢s f¨¢cil repetir mandato; no obstante, PSdeG y BNG recibir¨¢n un premio de consolaci¨®n: las formaciones de la otra izquierda y del otro nacionalismo ver¨¢n incrementadas sus dificultades para obtener esca?os. Los entusiasmos militantes de Anova, EU y Compromiso, que dan por segura su presencia (por separado) en O H¨®rreo, se medir¨¢n con los votos: para ser viables electoralmente tendr¨¢n que vencer la llamada al voto ¨²til del PSOE y del Bloque y superar (muy sobradamente) el m¨ªnimo del 5% de los sufragios imprescindible para poder sentarse en el Parlamento.
No solo la matem¨¢tica electoral aconseja una alianza de la otra izquierda y el otro nacionalismo, tambi¨¦n la exige la ofensiva neoconservadora que aspira a minimizar el Estado de bienestar, desactivar los autogobiernos auton¨®micos e institucionalizar una democracia endeble y de libertades condicionales. Para resistir el tsunami conservador, muchos gallegos, afiliados al Partido de la Abstenci¨®n y no identificados con el BNG y el PSdeG, demandan una izquierda de izquierdas que ensaye nuevas relaciones con los movimientos sociales y haga de la radicalidad democr¨¢tica un elemento central de una nueva pol¨ªtica para enfrentar la crisis econ¨®mica y recuperar el autogobierno como garant¨ªa de bienestar y ejercicio de soberan¨ªa.
Son muchos tambi¨¦n los ciudadanos que piden la superaci¨®n de las viejas etiquetas y una alianza entre las izquierdas m¨¢s afines y su cooperaci¨®n con el PSdeG y el BNG para sumar una mayor¨ªa que haga posible la derrota del PPdeG. Anova, Esquerda Unida y Compromiso pueden ser las organizaciones que, coaligadas, triangulen esa alternativa renovadora para la izquierda y el galleguismo capaz de movilizar a los abstencionistas. Queda por saber si la decisi¨®n de sus dirigentes es ¡°para que s¨ª¡±. Hasta entonces, la oferta de alianzas seguir¨¢ instalada en una clarificadora confusi¨®n en el mejor estilo de Groucho Marx: ¡°No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo¡±.
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