Esa se?ora es todo un caballero

Durante nuestra posguerra existi¨® una Orquesta F¨¦mina (donde tocaba el viol¨ªn Olga Ramos, luego famosa cupletista) no muy diferente de la que Jean Anouilh recrea en L¡¯Orchestre (La orquesta de se?oritas), drama que lleg¨® a Espa?a en los albores de la democracia, interpretado por Los Comediantes de San Telmo, compa?¨ªa masculina porte?a que lo trat¨® con esa mezcla de respeto y de distancia humor¨ªstica con que los bailarines travestidos de Les Ballets Trockadero de Monte Carlo tratan los ballets cl¨¢sicos.

Juan Carlos P¨¦rez de la Fuente, director al que gusta poner en escena espect¨¢culos que le fascinaron cuando era jovencito (La visita de la vieja dama, Angelina o el honor de un brigadier, El tiempo y los Conway¡­) ha decidido recuperar la obra de Anouilh a la manera de la troupe bonaerense, con un rasgo de originalidad a?adido: en vez de tocar, o de hacer que tocan, estas se?oritas de barba creciente cantan, acompa?adas al piano, un repertorio sical¨ªptico que abarca desde la dieciochesca Tirana del Tr¨ªpili hasta La regadera, de Vicente Lle¨®, cupl¨¦ en el que Juan Rib¨®, vestido con un descocado modelito de vedette con cola de p¨²as inspirado en un original de ?lvaro Retana, compensa con arrobas de desparpajo lo muy justito de sus cualidades canoras.

Sustituir las melod¨ªas por canciones ha sido un acierto. Poner actores en los papeles femeninos seguramente fue liberador para unos y perturbador para otros en 1977, reci¨¦n desaparecida la dictadura: hoy es un recurso hartas veces usado que en esta ocasi¨®n desplaza el sentido del texto (frases como ¡°Mis pechos son todav¨ªa tersos y mi vientre, plano¡± tienen un car¨¢cter muy diferente en boca de var¨®n) y sobredimensiona gratuitamente el matizado tinte grotesco del drama original.