El rescate nacional
La petici¨®n del rescate catal¨¢n ha ca¨ªdo en las mismas estupideces ret¨®ricas que la de la banca espa?ola
Algunos nacionalismos tienden a enardecer a sus incondicionales con gestas, ¨²nicamente posibles para aquellos que han nacido dentro de unas fronteras a las que no es ajena la mano de la providencia. El episodio del rescate de la banca espa?ola ha ofrecido ejemplos de esta ¨¦pica patria. Los hasta 100.000 millones de la l¨ªnea de cr¨¦dito (un 10% del PIB) que la Uni¨®n Europea brind¨® a Espa?a fueron eufem¨ªsticamente bautizados como ¡°pr¨¦stamo incondicional¡±. ¡°Las condiciones ser¨¢n para los bancos, no para los ciudadanos¡±, se afirmaba. M¨¢s listos y m¨¢s h¨¢biles que nadie. ¡°Frente a Europa, con la cabeza alta¡±, ¡°no se pierde soberan¨ªa¡± o ¡°no vamos a cambiar la Constituci¨®n¡±, que, por cierto, PP y PSOE ya hab¨ªan cambiado. Incluso el presidente del Gobierno central tuvo su arranque de furia espa?ola asegur¨®: ¡°Fui yo el que presion¨®¡±. Europa ca¨ªa a los pies de Espa?a. Luego, Rajoy se fue al f¨²tbol.
Muchas salvas se dispararon aun sabiendo desde el primer momento que era el Gobierno ¡ªes decir los ciudadanos¡ª quien acabar¨ªa pagando la fiesta. Mientras la Espa?a oficial entonaba su canci¨®n de gesta, la reforma laboral segu¨ªa generando m¨¢s paro; la sanidad dejaba de ser universal y los impuestos que nunca iban a ser tocados se disparaban¡ Tras la ret¨®rica se escond¨ªan los recortes y los incumplimientos de programa electoral.
En Catalu?a no se es inmune a ese virus de la apariencia que se disfraza de patriota o de eficaz. La petici¨®n del rescate catal¨¢n ha ca¨ªdo en las mismas estupideces ret¨®ricas que se le reprochan a la de la banca espa?ola. Cuando en el mes de julio se esboz¨® la petici¨®n de ayuda, en la Generalitat nadie quer¨ªa llamarle rescate. Era un rev¨¦s para el propio presidente Mas que hab¨ªa recorrido Estados Unidos o las instituciones europeas subrayando el hecho diferencial, dibujando una Catalu?a que en nada se parece a la Espa?a tan castiza como en crisis.
La petici¨®n de rescate catalana trascendi¨® el d¨ªa antes de que el Parlament debatiera el pacto fiscal, que CiU ha sabido magistralmente convertir en el remedio a todos los males. Los mejores momentos para las mejores decisiones. Con el paisaje apocal¨ªptico de cierre de plantas de hospitales, la ca¨ªda en picado de la recaudaci¨®n fiscal, los despidos de trabajadores p¨²blicos, los recortes en la educaci¨®n y el aumento sin freno del paro, CiU toma la bandera del derecho a decidir para acabar con el d¨¦ficit fiscal y defiende ¡ªcomo buena parte de los catalanes¡ª que este es el momento adecuado para plantearlo y avanzar hacia el Estado propio.
Por eso cuando la Generalitat pide a Espa?a el rescate de 5.000 millones lo hace en nombre del ¡°expolio fiscal¡±. Y por eso exige que el Fondo de Liquidez Auton¨®mico se lo entregue ¡°sin condiciones¡±. Una petici¨®n que sorprende pues, fuera del mundo de los grandes principios ideol¨®gicos, el ejercicio de la pol¨ªtica cotidiana ha situado a CiU y a PP votando conjuntamente una ley ¡ªla de Estabilidad Presupuestaria¡ª que pone esas ahora detestables condiciones y obliga a un objetivo de d¨¦ficit tan duro como inalcanzable.
As¨ª, las ideas chocan con la realidad. Y para remachar el clavo, el pasado viernes, Standard & Poor's rebajaba la calificaci¨®n crediticia a largo plazo de Catalu?a al nivel del bono basura. Y a?ad¨ªa que ello era debido a las tensiones que puede crear la negociaci¨®n del pacto fiscal. La Generalitat sali¨® al paso y calific¨® de ¡°desacertados¡± y ¡°pol¨ªticos¡± los criterios de S&P. Descubrir a estas alturas que las agencias de calificaci¨®n crean sus realidades y tienen intereses resulta de tal candidez como sorprenderse de que el dinero y los inversores no quieran ruido pol¨ªtico. As¨ª las cosas, mejor mantener la cabeza fr¨ªa y no dejarse arrastrar por la ret¨®rica. El diputado convergente Carles Campuzano escrib¨ªa esta semana en su blog: ¡°Har¨¢ bien el Gobierno catal¨¢n y CiU en no librar una batalla sem¨¢ntica alrededor de la palabra rescate, que nos har¨¢ tan rid¨ªculos como Rajoy hace unos meses¡±. Un consejo atinado que llega tarde.
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