La televisi¨®n da fe de la nueva era de paz

Ninguno lleva un guion. Su propia experiencia les sobra para sentarse a pelo, frente a frente, en la mesa redonda. A un lado, Oscar Terol, humorista, escritor y uno de los art¨ªfices de Vaya Semanita, el programa televisivo que en 2003 rompi¨® moldes y tab¨²es dentro y fuera de Euskadi. Al otro, Hernan Zin, compa?ero de Jon Sistiaga, con el polvo de 40 pa¨ªses recorridos en sus botas, c¨¢mara al hombro, filmando el terror y la injusticia durante 18 a?os. Dos buenas ¨®pticas para analizar el tiempo en que se adentra Euskadi sin la amenaza del terror de ETA, y desde el prisma de la televisi¨®n como canal de convivencia; es lo que ofrece el encuentro abierto al p¨²blico que se celebra hoy en Vitoria, en el marco del FesTVal.

Y es que, como dice el propio Terol, ¡°a¨²n es pronto, estamos reubic¨¢ndonos¡±. Con cierta autoridad como observador de la sociedad vasca, Terol opina que ¡°por el alto el fuego las personas no cambian sus ideas ni piensan diferente¡± y tiene la sensaci¨®n de que la sociedad est¨¢ esperando ¡°ver quien es el gu¨ªa que marca los nuevos tiempos¡±. Porque para Terol es fundamental escuchar ¡°el sentir de la calle¡±. As¨ª lo entendi¨® el equipo de creativos, guionistas y c¨®micos que impuls¨® el nacimiento de Vaya Semanita, un programa que enfrent¨® a los vascos a su propio reflejo y que, a trav¨¦s del humor, fue capaz de tocar temas inimaginables hasta entonces. ¡°No es que tuvi¨¦ramos ganas de normalizar nada, es que fuimos h¨¢biles para entender el tiempo que est¨¢bamos viviendo y ser contundentes con ello¡±, cuenta. Al principio iban poco a poco, para no herir susceptibilidades, pero vieron que ¡°desde el cari?o y el respeto¡±, la sociedad les daba ¡°permiso para meterte con temas espinosos¡±.

Terol: ¡°Por el alto el fuego la gente no cambia sus ideas ni piensa diferente¡±

Vaya Semanita se concibi¨® como un producto local, hecho por y para gente del Pa¨ªs Vasco. Pero enseguida dio el salto a las cadenas generalistas a trav¨¦s de programas de zapping. ¡°En 2003 nos pill¨® por sorpresa, era diferente, ahora sabes que cualquier producto televisivo es susceptible de dar vueltas, de difundirse en internet y llegar todav¨ªa a m¨¢s gente¡±, explica Terol, que dej¨® el programa en 2005 aunque nunca se desvincul¨® del todo.

Hernan Zin conoce muy bien la globalizaci¨®n sufrida por los medios de comunicaci¨®n. Reci¨¦n llegado de 15 duros d¨ªas retratando el hast¨ªo de la guerra en Afganist¨¢n, este reportero argentino se ha adaptado a todos los formatos desde que empez¨® a recorrer mundo con 21 a?os: ¡°Tuiteo, tengo un blog, hago fotos y v¨ªdeos¡±. Cada uno tiene sus ventajas y su p¨²blico, pero reconoce que con los documentales y reportajes en televisi¨®n ¡°llegas a much¨ªsima m¨¢s audiencia¡±. Aunque hoy en d¨ªa, afirma, ¡°hay muchos recursos¡± y ¡°el que no se entera es porque no quiere¡±.

Zin: ¡°No sirve de nada censurar la televisi¨®n, es poner puertas al campo¡±

El cambio tecnol¨®gico es universal, asegura Zin: ¡°En ?frica hay tantos m¨®viles como en occidente, han pasado de no tener nada a tener un smartphone, sin etapas intermedias¡±. La cantidad de informaci¨®n a la que permiten acceder esos dispositivos, cuenta, ha influido en los niveles de censura de la televisi¨®n de reg¨ªmenes autoritarios. ¡°Se est¨¢n dando cuenta de que no sirve de nada controlarla, es como poner puertas al campo¡± y a?ade que ¡°los dirigentes de TVE deber¨ªan tomar nota porque ahora dan ganas de llorar¡±. Herman Zin lamenta que los reportajes period¨ªsticos de calidad no tengan m¨¢s cabida en la oferta televisiva actual: ¡°Esta es la mejor profesi¨®n del mundo y no la cambio por nada, pero el entretenimiento nos est¨¢ ganando la partida¡±, dice resignado, aunque con las maletas preparadas para su siguiente destino.

La mesa redonda de hoy ¡ªCasa de Cultura de Vitoria, 18.00¡ª ser¨¢ un buen indicador de hacia donde va la sociedad vasca, seg¨²n Terol: ¡°El tema econ¨®mico ha cobrado un nuevo protagonismo en Euskadi¡±, gracias tambi¨¦n a la televisi¨®n. ¡°La esperanza de un tiempo sin violencia se ha visto empa?ada por un conflicto a?adido, la crisis¡±, concluye.