Apretando a las comunidades
Diga lo que diga la Generalitat, los rescates suponen una cesi¨®n de soberan¨ªa financiera
Para conseguir que las Comunidades Aut¨®nomas (CCAA) participen y cumplan en la hoy dif¨ªcil tarea de la estabilidad presupuestaria existen dos posibles rutas. La primera de ellas es la que se desprende de una perspectiva federal de las relaciones intergubernamentales y que se concreta en recomendaciones como una mayor autonom¨ªa y responsabilidad fiscal para las CCAA, m¨¢s lealtad y compromiso con los acuerdos, m¨¢s di¨¢logo, negociaci¨®n y pacto en los objetivos. La segunda va justo en el sentido contrario: centralizar el dise?o, ejecuci¨®n, vigilancia y control de esa estabilidad; fijar objetivos unilateralmente; amenazar con sanciones que pueden llegar a la suspensi¨®n del autogobierno regulada en el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. El Gobierno central se ha decantado por el segundo camino, sin que parezca importarle mucho perder por ello el apoyo del principal partido de la oposici¨®n y sin ocultar su enfoque partidista. Francamente, me parecen una aberraci¨®n en las formas y en el fondo las reuniones con los responsables pol¨ªticos de las comunidades que gobierna el PP el d¨ªa antes de la celebraci¨®n de cada Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera.
?Por qu¨¦ ha optado por este camino? Una hip¨®tesis es que la ideolog¨ªa de sus votantes y los propios cuadros del PP no sea avanzar m¨¢s en la descentralizaci¨®n, sino m¨¢s bien centralizar, y lo que hace el Gobierno central es reflejar esa preferencia. Los estudios demosc¨®picos muestran reiteradamente esa relaci¨®n inversa entre apoyo al PP y grado de descentralizaci¨®n deseado. Lo que est¨¢ haciendo la presidenta Cospedal en Castilla La-Mancha avala esta interpretaci¨®n.
Una segunda hip¨®tesis es que el Ejecutivo central no se f¨ªa de las CCAA. No faltan razones para esa desconfianza. Son varias las CCAA que han sido desleales con el Gobierno central en el pasado, incumpliendo ampliamente lo pactado y ocultando el incumplimiento. El caso paradigm¨¢tico es la desviaci¨®n de la Comunidad de Madrid en 2011, confesada meses despu¨¦s de haberse cerrado el ejercicio y tras haberse erigido en paladines de la austeridad y ejemplo de cumplimiento.
La tercera hip¨®tesis es que lo que hace el Gobierno central es replicar lo que hace Bruselas con ¨¦l. Porque siente que es lo justo y porque es lo que m¨¢s le gusta a las autoridades comunitarias (y alemanas).
Existen motivos para pensar que el nuevo gobierno y la nueva legislaci¨®n van a ser eficaces en el proceso de consolidaci¨®n fiscal. El Ministerio de Hacienda est¨¢ manteniendo una posici¨®n firme en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera y en sus declaraciones p¨²blicas; ha amonestado ya a m¨¢s de la mitad de las CCAA de r¨¦gimen com¨²n; y ha aprovechado el desarrollo normativo del Fondo de Liquidez Auton¨®mica (FLA) para dar una nueva vuelta de tuerca al control sobre las haciendas auton¨®micas. Porque, sin duda, el FLA anticipa la aplicaci¨®n de recortes de gastos y subidas de impuestos bajo la cercana tutela de la Administraci¨®n central, ampl¨ªa las obligaciones informativas referidas a la gesti¨®n presupuestaria, y contempla el aterrizaje de misiones de control con plenos poderes para revisar la gesti¨®n en las Comunidades Aut¨®nomas en una fase m¨¢s temprana que en el caso de comunidades con plan de ajuste pero que no recurrran al FLA. Diga lo que diga la Generalitat, la legislaci¨®n vigente hace que los llamados rescates financieros a las CCAA supongan una cesi¨®n importante de soberan¨ªa financiera.
Sin duda, lo que ocurra en lo que resta de 2012 ser¨¢ determinante en la credibilidad de la nueva legislaci¨®n. Dentro de unos meses sabremos si el grado de eficacia en el control compensa lo que se ha perdido (o no se ha ganado) en otros frentes importantes de un Estado descentralizado.
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