¡®Delendum est¡¯ Consell Valenci¨¤ de Cultura (por ejemplo)
"Si se suprimiera el CVC se podr¨ªa hacer algo con los barracones en los que estudian una parte de los ni?os valencianos o mejorar el transporte escolar"
Al calor de los recortes en la administraci¨®n p¨²blica como soluci¨®n para hacer frente a la crisis, se multiplican las propuestas de eliminaci¨®n de empresas p¨²blicas, organismos e instituciones superfluas. Recientemente, el d¨ªa 11 de septiembre, se public¨® en EL PA?S una tribuna de un profesor norteamericano, que ilustraba a los lectores sobre cu¨¢l es el verdadero problema pol¨ªtico de la Espa?a actual. Al hilo de tan trascendente aportaci¨®n, sostiene el autor que es prioritario y necesario adelgazar Ministerios. Y puestos a concretar, propone la supresi¨®n del de Sanidad (basta una direcci¨®n general, como en la Segunda Rep¨²blica, asegura) y aconseja a Rajoy ¡°suprimir o adelgazar¡± el Ministerio de Educaci¨®n, comenzando por la eliminaci¨®n del ¡°Consejo de Rectores¡± (sic).
Es comprensible que, desde la altura de sus m¨²ltiples y relevantes funciones, ocupaciones y m¨¦ritos, el Profesor Em¨¦rito Distinguido Sam Roberts de Bioqu¨ªmica (que as¨ª firma el autor, por cierto, originario de Valencia), no haya tenido tiempo de leer que el Consejo de Rectores, fundado en 1935, ya no existe y que la Conferencia de Rectores de las Universidades espa?olas (CRUE) es una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro fundada en 1994 y que no depende del Ministerio. Quiz¨¢ se refer¨ªa al Consejo de Universidades. Vaya Vd a saber. Pero bueno, pelillos a la mar. Se ve que segu¨ªa pensando en la Segunda Rep¨²blica espa?ola.
Lo que resulta curioso es que se trata de la misma persona, el profesor Grisolia, que preside ininterrumpidamente desde hace 16 a?os el Consell Valenci¨¢ de Cultura, organismo consultivo de la Generalitat Valenciana cuyas memorables aportaciones son de todos conocidas. Por ejemplo, su supuesto informe sobre las Universidades valencianas, Estudios universitarios y mercado laboral, aprobado en el pleno del d¨ªa 30 de enero de 2012. Las Universidades contestaron en t¨¦rminos muy duros ese ¡°informe¡±, mostrando que carec¨ªa del menor fundamento emp¨ªrico, pues ignoraba a la torera todos los estudios y estad¨ªsticas realizados no ya por las propias Universidades sino por instituciones ajenas a ellas, de ¨¢mbito auton¨®mico, estatal, de la UE o de la OCDE. Por no tomarse trabajo, ni siquiera utilizaba el estudio La universidad espa?ola en cifras, el informe anual de COTEC, ni los datos del INE y del INEM. Literalmente, la r¨¦plica de las Universidades p¨²blicas denunciaba que ¡°la ausencia de metodolog¨ªa lo convierte en un conjunto de elementos inarticulados, donde las opiniones, las inexactitudes y la desinformaci¨®n han ocupado el espacio que se tendr¨ªa que haber destinado a la presentaci¨®n y la evaluaci¨®n de datos, a su an¨¢lisis riguroso y t¨¦cnico, a la selecci¨®n de los m¨¢s pertinentes y a la construcci¨®n de una argumentaci¨®n consistente¡±. Y por ello consideraban que el documento de marras es completamente impropio de lo que la ciudadan¨ªa valenciana ¡ªy las universidades particularmente¡ª pueden admitir como un informe o un dictamen de un ¨®rgano estatutario de la naturaleza del Consell Valenci¨¤ de Cultura. Su falta de rigor, de m¨¦todo, de informaci¨®n objetiva y contrastable, su construcci¨®n a partir de opiniones subjetivas ¡ªapoyadas en suposiciones o prejuicios¡ª no es admisible".
No se trata de poner en duda el prestigio cient¨ªfico como investigador de fama internacional del profesor Grisol¨ªa. Me parece indiscutible que es una de las glorias valencianas (de origen). Pero parece claro que no se toma mucho trabajo en enterarse de la realidad de la Universidad acerca de la que opina, sobre todo para permitirse se?alar la paja en el ojo universitario. Antes de eso, podr¨ªa considerar el viejo proverbio valenciano Li diu el mort al degollat, Qui t¡®ha fet eixe forat?, o, dicho de otro modo, podr¨ªa detenerse un momento en contemplar la viga en la instituci¨®n que preside, cuyo presupuesto rodea los dos millones de euros (algo m¨¢s de 1.800.000). Si suprimi¨¦ramos ese prescindible organismo, con ese dinero se podr¨ªa hacer algo para cambiar los barracones en los que estudian una parte de los ni?os valencianos, o mejorar el transporte escolar. O mejorar el programa de becas para investigadores para que puedan formarse en Kansas o en Singapur. O ampliar la dotaci¨®n para proyectos de investigaci¨®n en las Universidades valencianas. No es mucho, pero, como decimos tambi¨¦n en Valencia, tota pedra fa paret, y para m¨ª que estar¨ªan mejor empleados esos eurillos. Por eso, desde el suelo de un corriente y moliente profesor universitario, entono una modesta proposici¨®n: delendum est Consell Valenci¨¤ de Cultura!
Javier de Lucas. Institut de drets humans. Universitat de Val¨¨ncia.
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