Rodeo
Galicia debe formar con Euskadi y Catalunya la esencia del debate federal
Se han puesto de moda los rodeos. Esa peculiar rapa das bestas que sirve de met¨¢fora al ganado encerrado en el curro parlamentario. Madrid hay momentos que parece Atenas o Buenos Aires, una de esas ciudades con los contenedores quemados y la polic¨ªa dando porrazos en los andenes de las estaciones. Se ve¨ªa venir este oto?o caliente. Hac¨ªa muchos a?os que no ol¨ªan as¨ª las ma?anas de oto?o, las primeras lluvias, los neum¨¢ticos quemados y ese eco que tienen la ciudad cuando se corean las consignas a la ca¨ªda de la tarde. Pero sin duda no sab¨ªamos por donde iba a ir el mensaje. Rodeamos el Congreso tiene algo de apache y al mismo tiempo de cirug¨ªa pl¨¢stica. Encerrar en un c¨ªrculo el ¨®rgano gangrenado es se?alar a fuego algo que la ciudadan¨ªa no entiende, algo que la ciudadan¨ªa interpreta que no realiza la funci¨®n que le ha sido encomendada mientras el precio de la vida sube y las retenciones nos hacen cada vez m¨¢s pobres. ?Pero acaso no han estado siempre encerrados sus se?or¨ªas en la c¨¢psula? ?Acaso se asoman a la calle para entender qu¨¦ est¨¢ pasando?
Hay que operar. Eso est¨¢ claro. Rodear el Congreso es un western por las bravas, la soluci¨®n John Ford del problema, con el s¨¦ptimo de caballer¨ªa trotando por la carrera de San Jer¨®nimo. Atr¨¢s quedan los debates filos¨®ficos de la Puerta del Sol; los huertos sostenibles, las guarder¨ªas infantiles de aquel falansterio de oradores atenienses disc¨ªpulos de la indignaci¨®n. La gram¨¢tica del foro se ha vuelto ahora parda y el cuerpo a cuerpo abre los telediarios cada d¨ªa con el resplandor de las alarmas policiales y los rostros ensangrentados o esos anuncios que anta?o se pon¨ªan en los balcones de los tiempos del ladrillo visto: Se Vende. Se Vende a grandes parcelas este reino preocupado ¨²nicamente de atajar el d¨¦ficit y no parar esta fractura social, esa hemorragia del capitalismo especializado en preferentes. Por vueltas que le damos, no sabemos a ciencia cierta c¨®mo hemos llegado a esta situaci¨®n en la que se rescata a los que han causado el naufragio y se ahoga a los que han tratado de evitarlo, en los que se condena el robo en los supermercados y se mantiene en el congelador el juicio a los que han quemado 23.000 millones de euros en productos t¨®xicos.
Ni el mismo Rajoy, pero tampoco Rubalcaba, ni unos ni otros se dan cuenta que el borr¨®n y cuenta nueva parece haber llegado a sus m¨¢ximos en esta democracia espa?ola que ha sido modelo de muchas cosas pero que ahora se quiebra en una dif¨ªcil parodia de s¨ª misma. Pierde peso el alcalde de Ourense, se?ores, pero todos, qui¨¦n m¨¢s, qui¨¦n menos, deber¨ªa emprender una dr¨¢stica cura de adelgazamiento. ?Por qu¨¦ Rodr¨ªguez pero no esos que todos sabemos que han construido un monumento a su desfachatez y que siguen campando por sus respetos en nuestros concellos? Deber¨ªa ser el momento. Ahora.
Y ya s¨®lo faltaba que el nacionalismo catal¨¢n escogiera la ¨²ltima Diada para decir que mejor les ir¨ªa en solitario. Parece ser de momento una postura del hijo que se marcha de la casa paterna, que amaga con marcharse cada 11 de setiembre. ?Por qu¨¦ ahora? ?Por qu¨¦ Catalunya? Seguramente la cosa se entienda en clave de pesetas, el antiguo patr¨®n, o, como siempre con CiU, con la reforma fiscal en la rec¨¢mara del toma y daca. M¨¢s calladito se lo tiene el PNV y por supuesto el frente abertzale que ve por fin un carril abierto para el proyecto independentista. Otegi ya se asoma al p¨²lpito de la reconciliaci¨®n?Y nuestra Galicia qu¨¦? Conforme pasan los d¨ªas parece que Feij¨®o se va dando cuenta de que no puede ser el adalid de los ajustes de Rajoy, ni tampoco permanecer a la deriva en el debate federalista que parece haber llegado a un punto de ebullici¨®n adecuada.
Por supuesto que Feij¨®o cree en los programas de su se?orito y no apuesta por una Galicia en un Estado federal. Y Galicia debe formar, sin rodeos, con Euskadi y Catalunya la esencia de ese debate y no permanecer al margen. Siempre fue as¨ª. Nadie lo niega. Eso tambi¨¦n lo sabe, Feij¨®o. Galicia debe estar con su historia y su cultura en esa definici¨®n de un futuro constitucional que apremia. Hablemos sin rodeos. Las cosas est¨¢n mal, pero se abren muchas posibilidades para reformar la casa. Es la hora de los valientes.
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