El crac de la burbuja comercial
Las grandes superficies coru?esas se vac¨ªan ante la sobreoferta y ca¨ªda del consumo
A su paso por el centro comercial Dolce Vita, en A Coru?a, la l¨ªnea n¨²mero 11 de bus urbano ya no se vac¨ªa como hace a?os. Sus usuarios miran de reojo lo que un d¨ªa fue el centro m¨¢s grande de la ciudad, con 63.000 metros cuadrados de Superficie Bruta Alquilable (SBA), pero con la mirada puesta en el megacomplejo comercial que espera dos paradas m¨¢s all¨¢: Marineda City. Dolce Vita, la marca de la red de centros comerciales del grupo portugu¨¦s Chamart¨ªn, aterriz¨® en A Coru?a en octubre de 2008 con la pomposidad de los grandes eventos. Su inauguraci¨®n, presidida por el entonces alcalde, el socialista Javier Losada, y bendecida por un sacerdote cat¨®lico ante cerca de 2.000 invitados, daba el pistoletazo de salida a una nueva generaci¨®n de megacentros comerciales que tendr¨ªa su continuidad con Espacio Coru?a, abierto en octubre de 2009, y con Marineda City, el complejo comercial m¨¢s grande de Espa?a y el tercero de Europa, inaugurado en abril de 2011.
Ahora, cuatro a?os despu¨¦s del inicio de su boom, la burbuja comercial de A Coru?a parece desinflarse. En el ¨²ltimo a?o, Dolce Vita vio c¨®mo algunas de sus marcas m¨¢s importantes echaban el cierre: en mayo se march¨® Sport Zone ¡ªhoy en Marineda¡ª, en junio Sephora y en julio Eroski, este ¨²ltimo dejando libre una superficie de 5.000 metros cuadrados. El golpe m¨¢s significativo lleg¨® el pasado 31 de agosto, cuando las cinco tiendas del grupo textil Inditex ¡ªZara, Pull&Bear, Oysho, Stradivarius y Bershka¡ª pusieron fin a su aventura en Dolce Vita. Hoy, el n¨²mero de tiendas abiertas rivaliza con el de locales desocupados, algunos de los cuales se transforman en improvisados escaparates de muebler¨ªa. Los trabajadores del complejo tambi¨¦n miden el pulso de un negocio que va a menos. ¡°La gente no tiene dinero, las tiendas se van y luego est¨¢ Marineda, que se lo come todo. Por aqu¨ª no viene nadie¡±, apuntan dos empleadas de la limpieza. La direcci¨®n del centro no ha querido manifestarse.
Pero no solo Dolce Vita pone rostro a esta crisis de las grandes superficies. Una imagen semejante ofrecen otros complejos de reciente inauguraci¨®n. Bulevard del Papagayo, ubicado en el antiguo barrio chino y con un SBA m¨¢s modesto de 8.800 metros cuadrados, resiste hoy, tras cuatro a?os en activo, gracias al empuje de un Mercadona al que rodean decenas de carteles de ¡°se alquila¡± colgados sobre las lonas pl¨¢sticas que esconden locales vac¨ªos. En la otra punta de la ciudad, el Centro Comercial de Elvi?a, abierto en 2005, aguanta pese al cierre del que era su principal atractivo hace algo m¨¢s de un a?o: la tienda de PC City, que se traslad¨® a Marineda y que a los d¨ªas de ser inaugurada tambi¨¦n cerr¨® su local all¨ª. Esta ¨¢rea comercial, en la que en 2003 se hablaba de habilitar salas de cine con m¨¢s de 1.000 butacas, capea la sobreoferta de grandes superficies y la ca¨ªda del consumo reconvirtiendo algunos de sus espacios inicialmente comerciales a fines administrativos: desde 2010 la Conseller¨ªa de Traballo tiene all¨ª instaladas sus dependencias en la ciudad ocupando m¨¢s de 2.000 metros cuadrados.
El comercio local, la otra cara de la moneda
Bajo la entusiasta mirada de la Administraci¨®n local y auton¨®mica, las gr¨²as y hormigoneras levantaron moles comerciales en el extrarradio de la ciudad al tiempo que el peque?o comercio colgaba silenciosamente el cartel de ¡°liquidaci¨®n por cierre¡±. En los ¨²ltimos 10 a?os, un total de 4.000 peque?os establecimientos pusieron fin a su aventura empresarial en A Coru?a, destruyendo 6.000 puestos de trabajo. Al menos esos son los c¨¢lculos del presidente de la Federaci¨®n Provincial de Comerciantes de A Coru?a, Miguel Agromayor. ¡°Esto es una f¨¢brica de paro¡±, lamenta el comerciante, para quien, a la sobreoferta de ¨¢reas comerciales se suma la ca¨ªda del consumo. ¡°Hablan de liberalizar horarios pero el problema real es que la gente no tiene dinero¡±.
Si en algo hay consenso es en la necesidad de que el sector se reformule para hacer frente a unas grandes superficies, a priori, m¨¢s atractivas para los consumidores. Para Roberto Pereira, decano del Colexio de Economistas la salida pasa por la especializaci¨®n. ¡°Hay cuestiones contra las que no pueden competir con las grandes superficies como el aparcamiento, la variedad de productos, la oferta de ocio o los precios. Solo tienen una oportunidad de sobrevivir los que se especialicen¡±.
A pie de calle, zonas anta?o comerciales, como el ¨¢rea de la Calle Barcelona, pierden vida tras cortarse el flujo del cr¨¦dito y, sobre todo, el de clientes. Las asociaciones de comerciantes coinciden en un an¨¢lisis: los ¨²ltimos tres grandes centros levantados ¡ªDolce Vita y Marineda City en el pol¨ªgono de A Grela, y Espacio Coru?a en las inmediaciones del Campus Universitario de Elvi?a¡ª han actuado como un cintur¨®n que atrae y bloquea la entrada de clientes en la ciudad. ¡°Los barrios perdieron vida porque ya no hay quien los dinamice. La gente queda en el extrarradio¡±, comenta Antonio Amor, presidente de la Asociaci¨®n de Comerciantes de la Zona Obelisco, quien, pese a todo, conf¨ªa en la potencialidad de la ciudad. ¡°Si se hacen las cosas bien tiene m¨¢s potencial. El reto es dinamizar los barrios y hacer que la gente tenga motivos para entrar en ellos¡±. El dilema ahora es dar con la clave para lograrlo.
¡°Esto es insostenible¡±. Con esa claridad se expresa Roberto Pereira, decano del Colexio de Economistas de A Coru?a. Y es que las cifras, a d¨ªa de hoy, muestran una ciudad de 250.000 habitantes con 12 centros comerciales y 427.596 metros cuadrados de superficie bruta alquilable, lo que sit¨²a la ratio de metros cuadrados comerciales por cada mil habitantes en 1.725, una media que quintuplica la del estado. Todo ello teniendo en cuenta que, desde 2008, la superficie de metros cuadrados comerciales se increment¨® un 257%, con la especial aportaci¨®n de Marineda City, que alberga el 46% de la oferta total de la ciudad. Con este panorama ¡°es l¨®gico que las marcas opten por priorizar su presencia en determinadas superficies, desestim¨¢ndola en otras¡±, arguye Pereira.
El modelo de negocio de las grandes superficies depende directamente de la afluencia de clientes. Precisamente por ello, la huida de las ¡°marcas motor¡±, como denomina Pereira a aquellas que atraen a un gran n¨²mero de consumidores, no solo supone una p¨¦rdida en los ingresos por las rentas del alquiler, si no que puede ser causante de un efecto domin¨® que reduzca la afluencia y por tanto el valor de los espacios disponibles para explotar. ¡°Y teniendo esto en cuenta, que se marchen marcas de importancia puede poner en peligro la supervivencia de algunos centros¡±, aclara.
?ste es el fuerte de Marineda City. Construida en abril de 2011 por Invest Cos ¡ªla sociedad que impulsa el expresidente de Fadesa, Manuel Jove¡ª, la oferta comercial de este complejo de 197.000 metros cuadrados de SBA y la presencia en sus instalaciones de un Ikea de 30.000 metros cuadrados y un Decathlon de 8.000 han hecho de Marineda uno de los polos comerciales m¨¢s importantes del noroeste peninsular, con 15 millones de visitantes en su primer a?o y una ocupaci¨®n del 95%, seg¨²n datos de la direcci¨®n.
Tambi¨¦n la Administraci¨®n local, ahora en manos del PP, empieza a reconocer una realidad que no escapa a ojos de nadie. ¡°Hay demasiadas ¨¢reas comerciales y su crecimiento se hizo sin tener en cuenta los intereses del peque?o comercio¡±, admite la concejala de Empleo y Empresa del Ayuntamiento de A Coru?a, Luisa Cid. ¡°Sobre Dolce Vita hay una profunda preocupaci¨®n porque estamos hablando del trabajo de muchas familias¡±, aclara Cid. En medio de una crisis de consumo que por el momento no tiene visos de remitir, el futuro de algunos centros comerciales queda en el aire. Desde el Ayuntamiento se ofrece ¡°ayuda y apoyo¡± a los complejos si bien se deja parte de su futuro en manos del mercado. Pereira se muestra tajante: Las cuentas de resultados negativas no se pueden sostener indefinidamente, por lo que las opciones son escasas: reconversi¨®n o cierre¡±.
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