En busca de una Apple catalana

Carles Ferreiro fomenta el desarrollo de aplicaciones y Xavier Carrillo crea videojuegos. Ferran Laguarta dirige Sensofar. Los equipos de medici¨®n que crea esta empresa mejoran los productos de otras compa?¨ªas. Pau Garcia-Mil¨¤ se invent¨® eyeOS, un escritorio de ordenador libre para tener los archivos en la nube.

Todos son emprendedores catalanes que triunfan en el mundo. Saben qu¨¦ tiene Catalu?a de potencial y en qu¨¦ debe mejorar para convertirse en un puntal tecnol¨®gico. Coinciden en que tiene buenas universidades y escuelas de negocio y, tambi¨¦n, grandes centros de investigaci¨®n. Pero carece de tejido empresarial. Y el que hay es peque?o. Catalu?a necesita empresas de mayor tama?o y m¨¢s potentes para sobrevivir en un mundo globalizado donde la competencia llega de cualquier compa?¨ªa de cualquier pa¨ªs.

La tecnolog¨ªa ha transformado el mundo. Y lo cambiar¨¢ mucho m¨¢s en el futuro. ¡°Podemos jugar a ser motores del cambio o ser meros espectadores¡±, sostiene Francesc Subirada, director asociado del Barcelona Supercomputing Center (BSC). Los superordenadores del BSC ayudan a las empresas a mejorar su ventaja competitiva. De Repsol a Microsoft. Tambi¨¦n dan servicio a proyectos de todo el Estado para estudiar ¡°cualquier ¨¢rea de la ciencia¡±, ya sea el genoma, el cambio clim¨¢tico... ¡°Lo que me gustar¨ªa¡±, prosigue Subirada, ¡°es que Apple fuera catalana. Pero para ello hay que crear compa?¨ªas innovadoras. Lo fundamental es convertir en econom¨ªa real la investigaci¨®n que ya se realiza aqu¨ª¡±. Es decir, pasar del entorno acad¨¦mico al de la producci¨®n industrial, centr¨¢ndose en la innovaci¨®n. Su apuesta: la uni¨®n entre biolog¨ªa y tecnolog¨ªa.

Las instituciones han apostado por centros como el BSC o el Instituto de Ciencias Fot¨®nicas. Sus resultados han colocado a Catalu?a en el mapa tecnol¨®gico. ¡°Sin embargo, no generan empresas a corto plazo¡±, dice Laguarta. Su empresa, Sensofar, comercializa per?l¨®metros ¨®pticos, instrumentos topogr¨¢?cos para observar los objetos a escala nanom¨¦trica. Como cada vez se construyen productos m¨¢s peque?os, fabricantes de led, instrumentos m¨¦dicos, semiconductores, m¨®viles y hasta de discos duros los usan para comprobar que durante la fabricaci¨®n cada unidad tiene la forma exacta para realizar su funci¨®n. La clientela, de la NASA a Sony.

Sensofar, Visiometrics y Snell Optics, entre otras, han salido del centro de desarrollo de sensores, instrumentaci¨®n y sistemas CD6, creado a ?nales del siglo pasado en la sede de la UPC en Terrassa (Vall¨¨s Occidental). Su objetivo, ayudar a las empresas a crear productos innovadores. ¡°Es importante fomentar estos centros orientados a la innovaci¨®n porque al ?nal son estas empresas innovadoras las que generan la riqueza de un pa¨ªs¡±, sostiene Laguarta.

Catalu?a tambi¨¦n necesita m¨¢s esp¨ªritu emprendedor. Algo complejo de adquirir, seg¨²n Subirada, porque supone un cambio cultural: no temer al riesgo. Garcia-Mil¨¤ coincide: ¡°Pasa por incorporar el fracaso a nuestras vidas y que las instituciones no pongan palos en las ruedas¡±.

Al escaso esp¨ªritu emprendedor se a?ade que hay poca inversi¨®n en capital riesgo. Y la extranjera llega con cuentagotas. Antes incluso de la crisis, costaba encontrar ?nanciaci¨®n. ¡°Siempre piden activos materiales cuando lo que tienes es inmaterial. ?C¨®mo creas una industria tecnol¨®gica potente si la banca carece de mecanismos para dejar el dinero a los innovadores? Est¨¢n dise?ados para ?nanciar el ladrillo y la industria pesada, cuando nosotros tenemos capital intelectual¡±, dice Carrillo. ?l dedica su vida a los videojuegos. ¡°El modelo de negocio m¨¢s desarrollado y sostenible del sector digital¡±. Su actividad no es, pues, ning¨²n juego. Solo Call of Duty, el ¨²ltimo superventas ha recaudado m¨¢s que la pel¨ªcula Avatar.

Ferreiro y Carrillo coinciden en algo: el futuro es el m¨®vil. Y no solo porque Barcelona sea su capital mundial. El mercado es inmenso y las posibilidades de crecimiento a¨²n son mayores: Hay 5.000 millones de tel¨¦fonos circulando y 1.000 millones de ellos son tel¨¦fonos inteligentes.

¡°El m¨®vil es la puerta de entrada al mundo digital y facilita la innovaci¨®n horizontal. Hasta 2005, ten¨ªas que estar en Silicon Valley. Ya no es as¨ª. Las aplicaciones han invertido la situaci¨®n¡±, considera Ferreiro, impulsor de App Circus, un concurso itinerante de aplicaciones que siguen cinco millones de personas y que entrega sus premios durante el Congreso Mundial del M¨®vil. Esta plataforma global, de apoyo gratuito a la innovaci¨®n en el desarrollo de aplicaciones, ha organizado m¨¢s de 100 eventos en 50 ciudades de 30 pa¨ªses. ¡°Las aplicaciones son una industria, no solo en el sector de entretenimiento, sino en cualquier otro, que Catalu?a debe potenciar¡±.

La empresa que fund¨® Carrillo en 2001, Digital Legends, pas¨® de dise?ar videojuegos para ordenadores y consolas a hacerlo para el m¨®vil. Ahora, adem¨¢s de seguir licenciando su tecnolog¨ªa a terceros, desde Disney a Electronic Ars, quieren centrarse en generar valor. Es decir, en dise?ar, producir y distribuir su capital intelectual desde Catalu?a, como ya hiceron con el juego Kroll. ¡°Debemos centrarnos en la innovaci¨®n y la calidad para mirar al futuro con optimismo¡±, concluye Carrillo.

Cuenta con el apoyo de Devicat, la asociaci¨®n catalana de desarrolladores de videojuegos que impulsa junto a Social Point y Ubisoft, entre otros, y que fue creada con un doble objetivo: potenciar el desarrollo de un sector que ha visto alumbrar al menos a 70 compa?¨ªas en los ¨²ltimos cinco a?os, que facturan 50 millones y da empleo a 700 personas, para plantar las semillas que permitan ?orecer las grandes multinacionales del sector en Catalu?a.

Daniel S¨¢nchez, fundador de Novarama, es otro de los casos de ¨¦xito de este sector en Catalu?a gracias a su Invizimals. La clave del ¨¦xito, asociar el videojuego a la realidad aumentada. Este fen¨®meno lo siguieron con las peleas gamberras de Reality Fighters, un juego en exclusiva para la Playstation Vita de Sony.