La huelga fatiga al pasajero
El conflicto laboral en TMB choca con el d¨ªa a d¨ªa de los barceloneses ¡°La duraci¨®n de una protesta no le quita legitimidad¡±, argumenta un catedr¨¢tico
¡°Otro d¨ªa que llego tarde al trabajo¡±. El que habla es Luis S¨¢nchez, trabajador de origen ecuatoriano de 38 a?os, uno de los miles de afectados ayer por la jornada n¨²mero 16 de irregularidad en el transporte p¨²blico en Barcelona. ¡°Llevo as¨ª todo el mes¡±, explic¨® el obrero de la construcci¨®n mientras buscaba la salida entre la multitud que se agolpaba en uno de los andenes en la estaci¨®n de Sants. Durante todo el d¨ªa solo prest¨® servicio uno de cada tres servicios programados. La protesta tambi¨¦n se extendi¨® a Renfe y a los taxistas aut¨®nomos, que est¨¢n en descontento con el sistema de turnos aprobado en votaci¨®n.
Para llegar a la estaci¨®n de Roquetes, S¨¢nchez tiene que coger un autob¨²s. Los parones de ambos sistemas de transportes desde que comenz¨® el oto?o le han alargado casi 20 minutos su recorrido habitual. ¡°Entiendo que les van a recortar parte del salario, y me parece muy mal, pero a m¨ª sus huelgas me afectan a la vida. Los culpables van en coche, no como una sardina¡±, se quej¨®.
El estoicismo con el que los barceloneses han soportado las huelgas de los empleados de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ¡ªque piden que no se aplique el decreto ley que les recorta la paga extraordinaria de Navidad y que afecta a tres millones de trabajadores p¨²blicos en toda Espa?a¡ª empieza a flaquear. Los servicios m¨ªnimos se cumplieron ayer con normalidad, aunque en varias estaciones se tuvieron que hacer operativos especiales para evitar colapsos en los andenes.
La empresa califica de ¡°abuso¡± la reiteraci¨®n de paros en el transporte
¡°Alguna pasajera me ha re?ido por las huelgas, a veces amistosamente, otras con agresividad. Yo le digo, se?ora, ?usted no pelear¨ªa por lo suyo?¡±, se justifica Jordi, un conductor de la l¨ªnea 7 de autob¨²s. En los andenes se repiten las mismas frases: ¡°Estamos hartos¡±, ¡°no puede seguir as¨ª¡±, ¡°a m¨ª tambi¨¦n me recortan¡±...
Joaquim Forn (CiU), primer teniente de alcalde y presidente de TMB, denunci¨® ayer ¡°el abuso que est¨¢n cometiendo los sindicatos en la utilizaci¨®n de una huelga que puede ser leg¨ªtima pero que en estos momentos creemos que est¨¢n perdiendo la raz¨®n¡±. Forn utiliz¨® el descontento contra los trabajadores. ¡°La gente ya tiene la vida bastante complicada y tiene suficientes problemas como para que se le a?adan m¨¢s¡±, agreg¨®.
La Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona cree que ¡°hay un ambiente que busca desprestigiar una huelga leg¨ªtima¡±, seg¨²n su presidente, Llu¨ªs Rabell. Sin embargo, acepta que ¡°es l¨®gico que haya molestias, y que estas recaigan sobre los colectivos m¨¢s d¨¦biles, pero estas las aumenta el mal estado de la red ferroviaria¡±, agreg¨® el l¨ªder vecinal.
Los usuarios piden alternativas de protesta a estas movilizaciones
Desde CGT, uno de los sindicatos m¨¢s combativos en el tema de la reivindicaci¨®n salarial de los trabajadores de TMB, creen que su causa no ha perdido simpat¨ªa. ¡°La gente debe dejar de ver al manifestante, al trabajador, como su enemigo. Hay que luchar juntos contra el banquero, contra el pol¨ªtico, que son los responsables de que en cuatro d¨ªas nos quedemos sin sanidad, sin educaci¨®n¡±, explic¨® un portavoz del sindicato.
TMB ya ha llegado a un acuerdo con el 45% de la plantilla del autob¨²s para aplicar una f¨®rmula salarial que adelanta futuras pagas y as¨ª no afecta al poder adquisitivo de los trabajadores. Las conversaciones con tres sindicatos de bus y con el comit¨¦ de empresa del metro, sin embargo, est¨¢n encalladas. Los trabajadores del subterr¨¢neo sostienen que el punto de partida para una negociaci¨®n es la no aplicaci¨®n del decreto. La empresa sostiene que es una orden estatal indiscutible.
Enoch Albert¨ª, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UB, explic¨® que desde el punto de vista jur¨ªdico, el establecimiento de los servicios m¨ªnimos es el ¨²nico mecanismo para preservar los derechos del ciudadano y del manifestante. Sin embargo, cree que cabe m¨¢s reflexi¨®n sobre ¡°el ejercicio responsable de la huelga y entender que los intereses del resto de los ciudadanos son tan leg¨ªtimos como los suyos¡±. Albert¨ª subraya, sin embargo, que la duraci¨®n de una huelga no va en detrimento de su legalidad o su legitimidad. ¡°Los trabajadores pueden recurrir los decretos de servicios m¨ªnimos ante el TSJC si consideran que vulneran su derecho a huelga¡±, a?ade.
Desde la Asociaci¨®n para la Promoci¨®n del Transporte P¨²blico critican que no haya un espacio de di¨¢logo entre los sindicatos y los usuarios. ¡°No hay un comit¨¦ de usuarios en TMB como lo hay en Renfe y Ferrocarrils de la Generalitat¡±, asegura su presidente, Ricard Riol. ¡°Las franjas de servicios m¨ªnimos, en el caso del autob¨²s, son muy difusas, por lo cual el pasajero no tiene seguridad de que pueda acceder al servicio. Eso genera roces y le hace un flaco favor al sindicalismo¡±, agreg¨® Riol.
¡°?Por qu¨¦ no nos dejan entrar sin pagar y ya est¨¢? Eso s¨ª que molestar¨ªa a la empresa y no a nosotros¡±, sugiri¨® ayer Isabel Ayaso, una funcionaria tambi¨¦n afectada por la huelga. A falta de un acuerdo, los sindicatos de autob¨²s ya advierten de m¨¢s huelgas escalonadas durante la campa?a electoral.
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