?Pa¨ªs este!
'La familia irreal' es un musical forzado con chistes que van de lo tonto a lo zafio, pasando por lo escatol¨®gico
Hace mucho que no veo Pol¨°nia ni, por tanto, ninguno de sus gags sobre la familia real espa?ola pero imagino que, en la medida que interpretan la realidad inmediata, seguir¨¢n funcionando. Esa es su gracia: son una representaci¨®n en clave de burla de acontecimientos recientes. Parte del ¨¦xito de esos gags reside en las versiones que incluyen de temas musicales conocidos con nuevas letras que inciden en la s¨¢tira; otra es su duraci¨®n, aquello de lo bueno si breve, por lo que est¨¢ muy bien que los episodios sean cortitos. Intentar traspasar ese ¨¦xito al escenario supone, como se ha demostrado, acabar directamente con ella y tener que inventarse otra. Y la nueva f¨®rmula, que firman la productora de la serie televisiva, Minoria Absoluta, y Dagoll Dagom, obliga a urdir una trama ficticia que es un aut¨¦ntico descalabro; no hay por d¨®nde salvarla a no ser que sea le¨ªda en otra clave, la del oportunismo electoral.
LA FAMILIA IRREAL
Idea original: Minoria Absoluta.
Autores: Jordi Ventura, Joan Llu¨ªs Bozzo, Joan Rufas, Pau Escribano, Jaume Buix¨®.
Direcci¨®n: Joan Llu¨ªs Bozzo y Joan Rufas.
Int¨¦rpretes: Toni Alb¨¤, Mireia Portas, Queco Novell, Agn¨¨s Busquets, Anna Bertran, M¨°nica P¨¦rez, David Olivares, Xavier Serrano.
Teatre Vict¨°ria
Barcelona, 12 de noviembre.
?La familia irreal mantiene a los personajes de Pol¨°nia y a sus int¨¦rpretes pero, en tanto que espect¨¢culo teatral de dos horas, es ahora un musical forzado, rocambolesco y muy dilatado donde los acontecimientos reales son puro relleno. Y es que, como hay mucho por rellenar, la consigna parece ser la de ¡°todo cabe¡±. Versiones musicales de todo g¨¦nero insertadas en la historia de cualquier modo conviven en escena con chistes y bromas que van de lo tonto a lo zafio pasando por lo escatol¨®gico. Qu¨¦ nivel. Sorprende que Dagoll Dagom, con larga experiencia en el g¨¦nero, est¨¦ detr¨¢s de este subproducto tan torpe.
La noche del estreno unos cuantos aprovecharon la media parte para salir del teatro y no volver y algunos manifestaron una profunda verg¨¹enza ajena por lo visto y o¨ªdo; sin embargo, muchos de los que siguieron el show hasta el final acabaron, parece, aplaudiendo de pie. El amiguismo es un elemento a valorar en estas veladas, pero me temo que el ¨¦xito que pueda alcanzar La familia irreal, si lo tiene, cosa que tampoco me sorprender¨ªa tal y como est¨¢ el patio, se deber¨¢ al fervor soberanista que vivimos. Qui¨¦n sabe, a lo mejor de tan irreal se convierte en la tara de humor que corone (!) la voluntad de un pueblo.
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