Los indicios pesan, pero no basta

Los indicios policiales no bastan. Para que una investigaci¨®n prospere es vital que el juez vea claro el delito. Ese axioma acaba a menudo con a?os de trabajo de polic¨ªas, frustrados ante los requerimientos garantistas de los magistrados. La unidad de Asuntos Internos comenz¨® a seguir y escuchar las conversaciones de un oficial de la Udyco (Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado) de Algeciras en el verano de 2010. Sospechaban que recib¨ªa 30.000 euros de unos narcotraficantes cada vez que alertaba de que un alijo pod¨ªa desembarcarse en la costa sin ser interceptado. Pinchazos, seguimientos, interrogatorios y paciencia infinita fueron sus armas de trabajo.

Sin embargo, dos a?os despu¨¦s la Fiscal¨ªa Antidroga opina que las pruebas recabadas son insuficientes. ¡°Seg¨²n las manifestaciones de algunos presos (...) F. cobr¨® (sin que se haya podido concretar cu¨¢ntas veces) por colaborar con la mencionada organizaci¨®n dirigida por M. H. O. en los desembarcos de hach¨ªs. F. recibi¨® los pagos de 30.000 euros en la discoteca Weekend de mano del l¨ªder de la organizaci¨®n¡±, destacan los agentes en un informe enviado al juez instructor, Miguel del Castillo, en junio de 2011.

El caso caus¨® gran revuelo en c¨ªrculos policiales andaluces porque el oficial, hoy en activo y destinado en Barcelona, es hijo de un comisario destinado en Sevilla y que entonces era el jefe de la Brigada de Polic¨ªa Judicial en Algeciras. Por tanto, su hijo actuaba bajo su mando, lo cual no le hizo inhibirse y mientras estaba de vacaciones en 2010 elev¨® a su superior un informe exculpatorio sobre su hijo y subordinado. Las investigaciones ulteriores derivaron en un cruce de querellas entre polic¨ªas y el juez llam¨® a declarar como testigos al excomisario provincial de C¨¢diz, Jos¨¦ Mar¨ªa Deyra, y al antiguo n¨²mero dos de la polic¨ªa en Andaluc¨ªa Occidental, Juan Santano. Adem¨¢s, las acusaciones paralizaron una condecoraci¨®n al agente por parte de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa.

Los investigadores de Asuntos Internos subrayaban en su informe los delitos de tr¨¢fico de drogas, cohecho y revelaci¨®n de secretos despu¨¦s de interrogar a los 13 encarcelados en la Operaci¨®n Lunares, que desarticul¨® una banda de traficantes de hach¨ªs, y cuyos comentarios levantaron las sospechas sobre el agente. ¡°Las declaraciones son enormemente esclarecedoras, tanto por la espontaneidad con la que se produjeron, como por la cantidad de detalles que aportan¡±, indicaba el informe reservado de Asuntos Internos.

La organizaci¨®n adopt¨® las medidas de cautela usuales para ocultar sus movimientos, interceptadas en las conversaciones del agente: ¡°Se detecta la utilizaci¨®n de palabras codificadas, o jerga propia del mundo del narcotr¨¢fico: papa como coca¨ªna, bist¨¦ como hach¨ªs, recursos como suministradores de coca¨ªna¡±.

Ahora la fiscal¨ªa justifica el archivo de las actuaciones, decretado por el juez el pasado julio, en que los indicios m¨¢s importantes contra el agente eran las declaraciones de los detenidos, pero estas hab¨ªan quedado desvirtuadas durante la instrucci¨®n. ¡°Una de las declaraciones m¨¢s contundentes, ahora, en sede judicial, solo dice vaguedades. Dice que vio al acusado recibir un sobre de los otros (los traficantes), pero no sabe de qui¨¦n porque ese d¨ªa estaba bastante tomado¡±, apuntan fuentes del ministerio p¨²blico.

En el procedimiento se incluy¨® una declaraci¨®n testifical de otro agente de la Udyco, en la que se se?ala que la actuaci¨®n del imputado fue siempre correcta y que las operaciones en las que ¨¦l ha intervenido siempre tuvieron ¨¦xito, lo que desmonta la tesis de que pod¨ªa alertar a los traficantes de que estaban siendo vigilados por la polic¨ªa.

Otro indicio es que desde el tel¨¦fono del oficial se hab¨ªan realizado dos llamadas a dos m¨®viles pinchados por la polic¨ªa porque estaban relacionados con la banda de narcos. Pero las llamadas fueron anteriores a que los m¨®viles estuvieran pinchados. ¡°En las ¨¦pocas m¨¢s sensibles, es decir, en aquellas en las que los tel¨¦fonos estaban intervenidos, no hubo llamada alguna¡±, puntualiza la fiscal¨ªa.

Uno de los testigos relat¨® que en una de los desembarcos surgi¨® un problema con los mencionados pagos al agente, ya que estos quisieron reducir el soborno. ¡°Y el enfado del polic¨ªa motiv¨® la detenci¨®n de los miembros de la cuadrilla y la intervenci¨®n del hach¨ªs¡±.

La fiscal¨ªa resalta que las supuestas relaciones del agente en zonas de ocio con narcotraficantes no se han podido acreditar. ¡°Son solo rumores¡±, apunta el ministerio p¨²blico. Las acusaciones de los testigos inclu¨ªan sobornos ¡°en tacos de mil metidos en sobres de color blanco (...) El polic¨ªa estaba en el reservado contiguo presenciando la entrega del dinero¡±, indicaba uno de los testigos. Pero el juez despreci¨® los testimonios y destac¨® la debilidad de los mismos y las contradicciones de los testigos.