El incendio en un t¨²nel de la M-30 destapa graves fallos de seguridad
El sistema antifuego, que llevaba dos a?os sin revisi¨®n, estaba desconectado Dos responsables de la empresa de mantenimiento murieron el 26 de octubre
La investigaci¨®n interna del incendio accidental en unas bater¨ªas el¨¦ctricas del baip¨¢s sur de la M-30, el pasado 26 de octubre, ha destapado graves fallos de seguridad en las instalaciones de la v¨ªa m¨¢s transitada de la capital. El suceso, comunicado por el Ayuntamiento de Madrid con una escueta nota a ¨²ltima hora de aquel viernes, acab¨® con el fallecimiento de dos empleados de la empresa Emesa, responsable del mantenimiento de la Calle 30. Gregorio Camacho, encargado de los t¨²neles, y Sergio Mart¨ªnez, ingeniero responsable del ¨¢rea de mantenimiento, fueron hallados sin vida por los bomberos en una habitaci¨®n pr¨®xima a las instalaciones afectadas por el fuego cuando las tareas de extinci¨®n ya hab¨ªan concluido, tras cuatro horas de presencia ininterrumpida de bomberos, polic¨ªa municipal y equipos sanitarios.
El parte de intervenci¨®n elaborado por el Departamento de Extinci¨®n de Incendios del Ayuntamiento de Madrid, al que ha tenido acceso EL PA?S, recoge hasta cinco ocasiones en las que los bomberos desplegados para atajar el siniestro impidieron el acceso a las zonas afectadas a distintos trabajadores de Emesa no identificados. El documento recoge que una y otra vez trataron de llegar al recinto burlando el cord¨®n de seguridad establecido. ¡°Esta situaci¨®n se repite por la reticencia del personal de Calle 30 a acatar nuestras indicaciones¡±, llega a detallar el informe de los bomberos.
Otra cosa que los servicios de extinci¨®n comprobaron, casi desde el principio, es que ninguna de las medidas de detecci¨®n y control del fuego funcionaron. Para empezar, fueron ellos mismos quienes notificaron por tel¨¦fono al centro de control de Calle 30 que hab¨ªa un ¡°incendio de envergadura en una instalaci¨®n subterr¨¢nea¡±. ¡°Tras repetidas conversaciones, no reconocen ninguna incidencia en sus instalaciones¡±, destaca el informe.
La alerta lleg¨® al cuerpo de bomberos a las 17.00 porque un transe¨²nte avis¨® de lo que le pareci¨® una papelera ardiendo en las inmediaciones del n¨²mero 96 de la calle de Valderribas. Nueve minutos despu¨¦s, el equipo desplazado comprob¨® que se trataba de una rejilla de ventilaci¨®n del t¨²nel de la M-30 en el parque pr¨®ximo, lo que activ¨® el protocolo de emergencia. A medida que avanzaban, los trabajos de extinci¨®n se toparon, no solo con la presencia no controlada de trabajadores de mantenimiento desde las 17.20, sino con una cadena de deficiencias de seguridad encabezada por una ¡°alarma de fallo en las centralitas¡± del sistema de control de incendios. Al no funcionar el dispositivo de detecci¨®n de humo, tampoco se activ¨® la vaporizaci¨®n de agua sobre las bater¨ªas incendiadas, que deb¨ªa ser propulsada por el nitr¨®geno almacenado en unas bombonas que los bomberos hallaron desconectadas de las conducciones. El sistema contra incendios llevaba sin revisarse dos a?os cuando es obligatorio un chequeo anual. Otro de los frentes no previstos que los bomberos tuvieron que afrontar fueron las deficiencias en el sistema de extracci¨®n de gases del incendio, que se propagaron por la escalera de emergencia aunque sin afectar a la zona de paso de veh¨ªculos al encontrarse en una altura superior.
Fallos anteriores
El delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, revel¨® ayer algunos detalles de la intervenci¨®n municipal en el siniestro, incluidas las graves deficiencias en la detecci¨®n del fuego. Explic¨® que, anteriormente, se hab¨ªan registrado fallos en abril, junio y septiembre en el sistema el¨¦ctrico de la zona de la M-30 en la que se produjo el incendio, en concreto en los t¨²neles de ventilaci¨®n 1 y 4, lo que en su momento oblig¨® a cortar el tr¨¢fico. A ra¨ªz de esos episodios, Madrid Calle 30 exigi¨® a Emesa que ¡°pusiera en marcha las medidas necesarias para solucionarlo¡±, siempre seg¨²n el relato municipal. Las obras hab¨ªan comenzado poco antes del incendio del d¨ªa 26.
Madrid Calle 30 es una empresa mixta creada durante el mandato de Alberto Ruiz-Gallard¨®n (2003-2011) para asumir las obras de soterramiento de esta autov¨ªa (y la deuda que gener¨®). El Ayuntamiento posee el 80% de las acciones; el 20% restante pertenece a Emesa, participada mayoritariamente por Ferrovial (50%) y Dragados (33%). Esta empresa gan¨® en 2005 el contrato p¨²blico para conservar la autov¨ªa durante 35 a?os. A partir de entonces, el Ayuntamiento deleg¨® la gesti¨®n de la carretera en Madrid Calle 30, y esta dej¨® ¡°ciertos servicios de conservaci¨®n¡± en manos de Emesa en virtud de esa concesi¨®n. Madrid Calle 30 cuenta con 13 empleados; Emesa tiene 273. Su trabajo es auditado por el Ayuntamiento semestralmente.
La investigaci¨®n sobre las causas de los dos fallecimientos, en manos del Juzgado n¨²mero 21 de la plaza de Castilla, est¨¢ pendiente del informe definitivo de autopsia. Seg¨²n fuentes judiciales, el forense ha remitido muestras de tejidos de las v¨ªctimas al Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa para que analice qu¨¦ sustancias inhalaron antes de morir. Estos an¨¢lisis suelen tardar varios meses y hasta el resultado definitivo no se puede determinar la causa exacta de la muerte, informa F. J. Barroso.
Deficiencias clave
- Los bomberos reciben el aviso de un transe¨²nte que vio humo a la altura de una rejilla de ventilaci¨®n en un parque. Ning¨²n sistema interno de alerta registr¨® la incidencia en el centro de control de Calle 30.
- Diversos trabajadores de mantenimiento circulan por las zonas afectadas por el incendio pese a las reiteradas ¨®rdenes de los servicios de extinci¨®n de que abandonen los recintos de la planta -1.
- Los servicios de extinci¨®n comprueban poco despu¨¦s de llegar que se ha activado la alarma de fallo en las centralitas del sistema de detecci¨®n de fuego.
- El sistema de extinci¨®n por agua nebulizada no se pone en marcha, lo que permite que se propague el fuego fortuito en unas bater¨ªas de emergencia.
- Tampoco funcion¨® correctamente el sistema de ventilaci¨®n en la planta incendiada. El humo se extendi¨® por la escalera de emergencia, lo que habr¨ªa complicado la evacuaci¨®n en caso de que hubiera personas afectadas tratando de huir.
- Las botellas de nitr¨®geno que deb¨ªan activar la vaporizaci¨®n estaban desconectadas del circuito de canalizaci¨®n.
- Se comprueba, asimismo, que el sistema de protecci¨®n contra incendios lleva dos a?os sin ser revisado por un t¨¦cnico.
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