Un paseo entre estatuas
Un recorrido por los rincones de la capital con gusto a productos del mar El mago, en escena con su espect¨¢culo No vengas solo, en el Amaya, nos descubre su Madrid
1. La estatua del ¨¢ngel ca¨ªdo, en El Retiro. Procuro pasear por el parque siempre que el trabajo me lo permite, y esta representaci¨®n del demonio me hipnotiza. Me parece muy curioso que haya una estatua dedicada al ¨¢ngel que se atrevi¨® a ir contra el jefe y lo echaron a la calle. Esta estatua me ha dado buenas tardes de primavera y de oto?o.
2. El museo del Prado. ?C¨®mo no citar la pinacoteca m¨¢s interesante del mundo? Sus cuadros nunca dejan de sorprenderme. En la ¨²ltima visita aprend¨ª que Vel¨¢zquez fue uno de los precursores del impresionismo. Suelo visitarlo en la hora del almuerzo, cuando menos gente hay. Y, por supuesto, me encanta llevar a mis hijos.
El mago que vive en Sanse
Blake, de 54 a?os, lleg¨® de Asturias hace 25 con una maleta cargada de ilusiones. Madrid lo catapult¨® a la fama y ahora reside en San Sebasti¨¢n de los Reyes. En la obra No vengas solo se enfrenta a los fantasmas del miedo.
3. La plaza de Santa Ana. Fue la primera plaza en la que yo me sentaba a leer al poco de llegar a Madrid, en los a?os ochenta. Era un sitio tranquilo y familiar. Cuando acababa la lectura me acercaba a la Cervecer¨ªa Alemana porque me gustaba imaginar a Ernest Hemingway bebiendo cerveza mientras los sublevados bombardeaban Madrid.
4. La plaza de Oriente. Sin duda, es una de las composiciones arquitect¨®nicas m¨¢s alucinantes que hay en Espa?a. Cuando viv¨ªa en el centro, me encantaba pasear a partir de las doce de la noche porque la tranquilidad era absoluta. Recuerdo mis pasos entre la corte de reyes como algo m¨¢gico. Adem¨¢s, cerca de la plaza se encuentra la tienda de cocina El Alambique (Calle del F¨²car, 7), una de las preferidas de mi se?ora.
5. Marisquer¨ªa Airi?os do Mi?o. Llegu¨¦ a Madrid hace 25 a?os con una maleta y una cartera medio vac¨ªa. Viv¨ªa en esta calle y me pasaba a tomar una ca?a, pero Antonio, el due?o, siempre me pon¨ªa un pincho de tortilla aunque no pudiera pagarlo. Recuerdo sus palabras de ¨¢nimo y su cari?o. Desde entonces, somos amigos. (Ponciano, 4)
6. Bar La Barrica. Es el bar donde me escapo a tomar el aperitivo. Me encantan sus tapitas de jam¨®n, queso y lomo que suelo regar con una buena copa de vino. Por las tarde es f¨¢cil encontrarse a los vecinos jugando al mus. (Real, 52. San Sebasti¨¢n de los Reyes)
7. Templo de Debod. Las fantasmagor¨ªas que se crean alrededor del templo al anochecer hacen que este sea uno de los lugares m¨¢s m¨¢gicos de la capital. Recomiendo visitar el interior del templo. Al recorrer sus paredes tengo la sensaci¨®n de que en cualquier momento me va a salir una momia.
8. Estadio Santiago Bernab¨¦u. Si no lo nombro, mi hijo me corta la cabeza. Yo nunca he sido muy futbolero pero este campo me regal¨® una imagen de mi peque?o, de 11 a?os, que nunca podr¨¦ olvidar. Fue la primera vez que lo llev¨¦ al estadio. Al llegar al parco me pregunt¨® incr¨¦dulo: ¡°Pap¨¢, ?Di Mar¨ªa es de verdad?¡±. (Concha Espina, 1)
9. Restaurante La Paloma. Es el mejor lugar para degustar unas setas y un buen pich¨®n asado. Conoc¨ª a su due?o, Segundo Alonso, durante un viaje a Francia, y desde entonces, soy un cliente asiduo. Recomiendo tambi¨¦n los erizos de mar con huevos de codorniz. (Jorge Juan, 39).
10. Teatro Amaya. Me gusta actuar en este antiguo cine reconvertido en teatro porque es un espacio muy familiar ubicado en un barrio muy tranquilo, y eso influye en el espectador. (Paseo del General Mart¨ªnez Campos, 9)
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