Una feria rescatada
Las dificultades de la instituci¨®n obligan a la Generalitat a poner m¨¢s de 68 millones de euros en solo dos a?os para la ampliaci¨®n de un recinto que pierde visitantes
Feria Valencia es otro pozo sin fondo para la Generalitat. Al mismo ritmo que la afluencia de visitantes se desploma, ya que ha ca¨ªdo de los 996.157 de 2008 ¡ªa?o r¨¦cord¡ª a los 345.159 de 2010, seg¨²n la Oficina de Estad¨ªstica Municipal, se suceden las inyecciones de dinero de la Generalitat.
Los valencianos aportaron a trav¨¦s de los presupuestos auton¨®micos de 2012 unos 38 millones de euros al recinto ferial, la gran mayor¨ªa para pagar una macroampliaci¨®n de las instalaciones que cost¨® el doble de lo previsto. En 2013, un a?o de estrictas restricciones presupuestarias, la Generalitat destinar¨¢ m¨¢s de 30 millones de euros al rescate de la instituci¨®n ferial.
Visto lo sucedido, ?era precisa una ampliaci¨®n tan ambiciosa cuando el negocio cl¨¢sico ferial daba se?ales de agotamiento? En Feria de Valencia est¨¢n convencidos: ¡°Si la instituci¨®n no hubiera acometido esa ampliaci¨®n, hoy no ser¨ªa una empresa viable¡±, remachan. Las obras, presupuestadas en principio en 325 millones de euros, se dispararon hasta los 600 millones de euros. Las obras se iniciaron en 1999 y estuvieron listas en 2006, un a?o antes del estallido de la crisis que todav¨ªa dura.
Los empresarios creen que la obra que se acometi¨® fue un error
Los gestores del recinto insisten en su defensa de las obras: el calendario ferial se concentra en los cuatro primeros meses del a?o y en los tres ¨²ltimos y el aumento de superficie en metros les permite simultanear dos ferias, estar desarmando una tercera y montar a la vez una cuarta. ¡°La ampliaci¨®n era necesaria¡±, insisten. De hecho, en 2008, el recinto bati¨® r¨¦cord de ocupaci¨®n al comercializar un mill¨®n de metros cuadrados.
A pesar de lo que se se?ala oficialmente desde la instituci¨®n ferial de Valencia, fuentes empresariales consideran que, vista en perspectiva, la enorme ampliaci¨®n que se acometi¨® hace una d¨¦cada fue un error. Sobre todo porque ya hab¨ªa indicios de que el futuro de la infraestructura no pasaba por ganar tama?o, aunque s¨ª era necesario acometer una reforma para hacerla m¨¢s operativa, m¨¢s adaptable a las necesidades de cada certamen y evento. Crecer tanto en tama?o ha tenido como consecuencia que el coste financiero de las obras ahogue ahora a la Feria y que el propio mantenimiento de las instalaciones resulte muy gravoso.
El declive del negocio ferial ha ido parejo al hundimiento de los sectores industriales tradicionales. La crisis toc¨® de lleno al recinto a partir de 2007 y la instituci¨®n entr¨® en n¨²meros rojos en 2009, con unas p¨¦rdidas de 2,7 millones de euros. Seg¨²n dijo entonces el presidente de Feria Valencia, Alberto Catal¨¢, una quinta parte de los 13.000 clientes hist¨®ricos de la instituci¨®n cerraron o atravesaron un concurso de acreedores.
Los a?os posteriores no fueron mejores. En 2010, uno de los recintos m¨¢s grandes de Europa cerr¨® con nueve millones de p¨¦rdidas y en 2011, con 7,6 millones m¨¢s. La Generalitat, que aval¨® la operaci¨®n, tuvo que salir al rescate de una instituci¨®n que no pod¨ªa hacer frente a sus obligaciones financieras. Las arcas p¨²blicas financian desde entonces lo que le toca pagar por convenio, es decir los intereses, y lo que Feria Valencia no puede sufragar.
Este transatl¨¢ntico comercial hizo aguas y se vio obligado a recortar gastos ¡ªdespidi¨® a 106 trabajadores¡ª y renov¨® la direcci¨®n en febrero de 2012, con la entrada de Enrique Soto, un hombre de la confianza de la patronal de Valencia. Cinco meses despu¨¦s estaba listo un plan de negocio hasta 2020 que pretende devolver la feria a los beneficios en 2015.
Los empresarios reconocen, seg¨²n las mismas fuentes, que el momento econ¨®mico en que se aprob¨® la ampliaci¨®n era muy diferente al actual y que la Comunidad Valenciana recib¨ªa por entonces mucho dinero procedente de los fondos Feder de la Uni¨®n Europea. Pero est¨¢n convencidos de que un adecuado estudio previo habr¨ªa aconsejado un proyecto distinto. Las fuentes defienden, en todo caso, la importancia de la Feria para el tejido productivo valenciano. Aunque plantean la necesidad de adoptar medidas en¨¦rgicas, como ser¨ªa el alquiler de dos de los pabellones que cuentan con aparcamiento propio, y que podr¨ªan acoger, por ejemplo, grandes establecimientos comerciales de productos de consumo. El pabell¨®n 7, uno de los m¨¢s grandes con 40.000 metros cuadrados, se alquilar¨ªa de forma permanente a un grupo de empresas.
El Centro de Convenciones ha reforzado el equipo para competir por el negocio de los congresos, convenciones y eventos.
La Generalitat aportar¨¢ solo entre 2012 y 2013 unos 68 millones al recinto
La profesora de la Universitat de Val¨¨ncia Hayde¨¦ Calder¨®n, especializada en mercadotecnia internacional, coincide en que hace una d¨¦cada ya se intu¨ªa que el futuro de la Feria no pasaba por ganar tama?o. Aunque s¨ª requer¨ªa una remodelaci¨®n, porque la infraestructura era de 1969.
Las ferias mantienen su vigencia, se?ala Calder¨®n, porque ofrecen algunas ventajas esenciales, como el encuentro f¨ªsico entre compradores y vendedores, ¡°que permite interactuar y generar confianza¡±. Tambi¨¦n la posibilidad de que los compradores comparen toda la oferta de un sector en un mismo recinto. O que los vendedores puedan medirse con la competencia.
¡°Lo que s¨ª est¨¢ condenado a desaparecer probablemente es el modelo tradicional¡±, prosigue la investigadora. Hoy tiene mucho m¨¢s sentido, como en alg¨²n caso ya ha hecho Feria Valencia, pasar de las ferias centradas en sectores a otras dedicadas a utilidades: el h¨¢bitat en vez del mueble, o los productos infantiles en vez del juguete. Y ello, a?ade, porque en 2012 lo normal es que una tienda de muebles venda tambi¨¦n alfombras, l¨¢mparas o complementos del hogar. O que a la vez que juguetes se vendan cunas o incluso ropa infantil.
La experta apunta adem¨¢s a la necesidad de aprovechar Internet ¡ªlas llamadas ferias on line¡ª sin abandonar la parte presencial. Y enriquecer ¨¦sta con actividades formativas que sirvan de aliciente a potenciales asistentes. Calder¨®n plantea la conveniencia de avanzar hacia un concierto entre los distintos recintos espa?oles, como ha ocurrido en Alemania, porque en ocasiones programan el mismo tipo de certamen hasta tres veces a lo largo del a?o. ¡°Es entendible que las distintas ferias quieran amortizar sus instalaciones, pero se est¨¢n canibalizando¡±, concluye.
Una instituci¨®n rebelde para dar cuentas
Feria Valencia es una entidad rescatada con dinero p¨²blico que no quiere someterse al control de la Sindicatura de Comptes, responsable de la fiscalizaci¨®n de los fondos p¨²blicos.
No siempre ha sido as¨ª. El tribunal de cuentas auton¨®mico ya radiografi¨® en su informe de 2009 la delicada situaci¨®n en que se hallaba el recinto ferial. Desde el ejercicio de 2007/2008, Feria Valencia no hab¨ªa cumplido con el compromiso adoptado con la Generalitat de dotar el fondo de reserva para hacer frente a la amortizaci¨®n de una emisi¨®n de 227,5 millones de euros de obligaciones. Esta cuenta arrastraba en junio de 2009 ¡°un d¨¦ficit de 5 millones de euros¡±. La instituci¨®n tampoco cumpli¨® con el pago de 0,7 millones de euros para amortizar un pr¨¦stamo obtenido del Banco Europeo de Inversiones por valor de 97,5 millones de euros. La Generalitat se hizo cargo entonces. La instituci¨®n notificaba al Gobierno valenciano que debido a su situaci¨®n econ¨®mica no pod¨ªa hacer frente al pago de sus compromisos. El S¨ªndic ped¨ªa a la Generalitat que informase en las cuentas del riesgo que se mantiene con Feria Valencia y se comprometiese el pago a futuro de los 106,4 millones de euros que, seg¨²n el convenio, la Generalitat se oblig¨® a pagar en esta operaci¨®n en concepto de intereses y comisiones financieras.
Fueron las ¨²ltimas cuentas conocidas. En febrero de este a?o, el ¨®rgano fiscalizador denunciaba que Feria Valencia se negaba a facilitarle datos sobre la situaci¨®n del contrato-programa suscrito en 2002 con la Generalitat para financiar la ampliaci¨®n del recinto. El presidente de la Feria, Alberto Catal¨¢, replic¨® que la instituci¨®n no forma parte del sector p¨²blico valenciano. Da igual las aportaciones de dinero p¨²blico que recibe del Consell. ¡°Feria Valencia est¨¢ obligada a presentar sus cuentas¡± porque su regulaci¨®n es propia del derecho p¨²blico.
La instituci¨®n ferial no ha proporcionado informaci¨®n sobre si ha recibido aportaciones p¨²blicas. El diputado socialista Francisco Toledo ha pedido sin ¨¦xito datos sobre el cumplimiento del contrato.
La Feria dice que su obligaci¨®n es sufragar el 51% de la operaci¨®n antes de que concluya el pr¨¦stamo, por 25 a?os. La Consejer¨ªa de Econom¨ªa solo ha precisado que paga su parte y la que la instituci¨®n no puede cubrir.
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