¡®Honoris causa¡¯ al pintor que solo fue a clase dos semanas

¡°No he preparado nada para decir porque estaba en el taller pintando¡±. Con la franqueza que le es connatural y que de alguna manera desprende su propia obra, inici¨® el artista mallorqu¨ªn Miquel Barcel¨® (Felanitx, 1957) su discurso de aceptaci¨®n del t¨ªtulo de doctor Honoris causa, que le otorg¨® ayer la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona.

?En lo que fue una ceremonia trufada de elogios a su trayectoria, el artista mismo se encarg¨® de poner humor e iron¨ªa al hacer constar la paradoja de recibir el grado de doctor dada su limitada experiencia en el mundo acad¨¦mico: ¡°Asist¨ª tan s¨®lo dos semanas a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona¡±, admiti¨®, dejando descolocado al selecto auditorio, con toda la comitiva de autoridades acad¨¦micas de la UPF.

Fuertemente marcado por sus recurrentes visitas a ?frica, Barcel¨® explic¨® que en ese continente comprendi¨® ¡°la importancia de despintarlo todo, de desaprender todo lo aprendido¡±. El artista tambi¨¦n mencion¨® la pol¨¦mica c¨²pula de la Sala de los Derechos Humanos de la ONU, que remodel¨® en 2008 y que result¨® hiperb¨®lica tanto por su apariencia (saturada de estalactitas de colores) como por su precio (20 millones de euros): ¡°He llegado a leer a cr¨ªticos que dec¨ªan que se estaba cayendo a trozos. Pero a estas alturas caer¨¢ antes la ONU que la c¨²pula¡±, volvi¨® a ironizar entre risas. Imbuido por el escenario, Barcel¨® quiso ser did¨¢ctico y habl¨® hasta del uso que da a cer¨¢micas y relieves en su obra: ¡°El barro y la pintura son los materiales m¨¢s antiguos y m¨¢s modernos a la vez, para m¨ª son lo mismo¡±, apostill¨®.

¡°Es un honor reconocer a un artista cuya obra siempre cautiva, hace viajar a un tiempo y a un lugar donde querr¨ªas quedarte¡±, le elogi¨® Josep Joan Moreso, rector de la UPF, que coment¨® que fue ¨¦l mismo quien propuso el nombre de Barcel¨®, al que calific¨® de ¡°genio contempor¨¢neo¡±, como receptor de la m¨¢xima distinci¨®n acad¨¦mica. El encargado de leer el elogio al doctorando, la laudatio, fue el catedr¨¢tico de Econom¨ªa y Empresa de la UPF, Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo. ¡°Cuando era joven me dec¨ªan que la pintura hab¨ªa muerto y me lo cre¨ª. Pero al ver la obra de Barcel¨® me di cuenta de que hab¨ªa revivido de golpe¡±, rememor¨® el catedr¨¢tico, que se declar¨® fan incondicional del artista. ¡°Su obra contiene una desconcertante valent¨ªa, inconsciente en cierto modo, pues va al rescate de un arte desahuciado¡±. Y a?adi¨®: ¡°es an¨¢rquico en lo superficial y met¨®dico en lo esencial¡±.

La ceremonia de investidura fue a su vez un homenaje a la cultura mallorquina en todas sus dimensiones. El escritor Biel Mesquida ley¨® dos poemas de autores baleares, Una vegada encara¡­, de Miquel Bau?¨¤, y Gaspar Hauser n¨²m. 2, de Blai Bonet. Tambi¨¦n de este ¨²ltimo era el poema musicado que interpret¨® Maria del Mar Bonet, Cants de Setmana Santa, con Dani Espasa al piano.

Barcel¨®, aunque c¨®modo, pareci¨® descansado. Ratificando as¨ª la cita del pintor catal¨¢n Joaquim Mir con la que remat¨® su intervenci¨®n: ¡°Jo pinto i prou¡±.