Golpe en una empresa de relojes de lujo
Los ladrones sustrajeron entre 10 y 12 millones de euros utilizando una lanza t¨¦rmica La Polic¨ªa investiga las conexiones con empleados de la empresa dado lo impecable del robo
El sector joyero de Madrid sufri¨® el pasado domingo uno de los peores golpes de 2012. Entre 10 y 12 millones de euros en relojes de lujo fueron robados a plena luz del d¨ªa en el edificio de la distribuidora Diarsa, situada en los n¨²meros 245-247 de la calle L¨®pez de Hoyos, en el distrito de Hortaleza, en el noreste de la capital, seg¨²n ha informado un portavoz de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid.
Dos d¨ªas despu¨¦s de este robo multimillonario, la Polic¨ªa Judicial sigue sin explicarse por qu¨¦ transcurri¨® tanto tiempo desde que saltaron las alarmas, a las cinco y cuarto de la tarde, hasta que los agentes recibieron el aviso, hacia las nueve y media de la noche. Fuentes de la investigaci¨®n apuntan a que fue planeado minuciosamente, hasta el ¨²ltimo detalle, y que lo perpetr¨® un grupo organizado que conoc¨ªa de alg¨²n modo la ubicaci¨®n de los objetos robados y la frecuencia exacta con que el servicio de seguridad hac¨ªa rondas de vigilancia.
Los ladrones forzaron las dos puertas de acceso al edificio de Diarsa pasadas las cinco de la tarde. La primera ten¨ªa los bombines rotos, mientras que en la segunda la cerradura estaba destrozada. Una vez dentro, fueron directos a la caja fuerte del almac¨¦n de la primera planta, donde utilizaron una lanza t¨¦rmica para abrir un agujero de 50 cent¨ªmetros de di¨¢metro. De esta, sustrajeron ¡°una gran cantidad de relojes de gran valor¡±, seg¨²n M? Pilar Mata Garc¨ªa, administradora de la sociedad Diarsa Alta Relojer¨ªa S.L. Acto seguido los ladrones dirigieron sus pasos al taller de reparaci¨®n, en la segunda planta, donde tambi¨¦n vaciaron una caja fuerte. Esta ¨²ltima, sin embargo, no parece forzada, lo que indica que los delincuentes ten¨ªan la clave o bien, la caja ya estaba abierta.
En su periplo de tres horas por la empresa, tambi¨¦n pasaron por un despacho de la tercera planta, donde revolvieron cajones y armarios, aunque aparentemente no se llevaron nada de valor. Antes de marcharse dejaron partas arriba la recepci¨®n, donde cortaron los cables del disco duro conectado a las m¨²ltiples c¨¢maras de seguridad del edificio, y lo sustrajeron, para despu¨¦s huir por la puerta trasera.
Ni la polic¨ªa ni los empleados se explican c¨®mo la red de grabaci¨®n no estaba conectada a una central externa de alarmas donde llegasen las im¨¢genes. Al llevarse el disco duro, los ladrones eliminaron cualquier imagen del robo. Tampoco exist¨ªa un vigilante permanente, pero s¨ª una patrulla que hac¨ªa rondas peri¨®dicas. Los ladrones las ten¨ªan estudiadas, ya que abordaron el edificio cuando acababa de terminar la patrulla de las cuatro de la tarde y se marcharon antes de que volviesen en torno a las ocho y media. Uno de los encargados recibi¨® el avis¨® de que hab¨ªan saltado las alarmas a las 17.15, pero hasta pasadas las nueve de la noche la empresa no denunci¨® los hechos. Un lapso de tiempo en que la vigilancia fue nula o nadie se percat¨® de los movimientos en el interior del edificio.
La Polic¨ªa Cient¨ªfica se person¨® en el lugar de los hechos la medianoche del domingo para realizar una inspecci¨®n ocular. Sus agentes pasaron todo el d¨ªa de ayer en la sede de Diarsa buscando pruebas. Por su parte, el grupo XXIV de la Brigada Judicial de la Polic¨ªa contin¨²a tomando declaraci¨®n a posibles testigos, empleados y extrabajadores de la empresa de relojer¨ªa de alta gama. Las l¨ªneas de investigaci¨®n apuntan a la presencia de un ¡°santero o chivato¡± que ayud¨® a los delincuentes, pero no descartan ninguna posibilidad.
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