La emigraci¨®n del que se queda
¡®Pen¨¦lopes¡¯ cuenta la historia de las andaluzas que esperaron a?os el regreso de los hombres El documental se estrena este viernes en la Filmoteca de Andaluc¨ªa en C¨®rdoba
La historia de la emigraci¨®n siempre se cuenta desde el punto de vista de quien se marcha. Pero rara vez de quien se queda. El director Juan Ram¨®n Barbancho ha querido reconstruir la partida de miles de andaluces a Alemania y otros lugares de Europa y Espa?a durante los a?os 60 y 70, contando la historia de aquellos que lo vivieron en primera persona sin salir de sus casas. Su documental Pen¨¦lopes, guardianas de la memoria. Ocho mujeres de la sierra de Huelva y C¨®rdoba vertebran el relato que dibuja la dureza de aquella sociedad rural, donde el rol femenino quedaba hundido por el peso del var¨®n.
Las protagonistas de estas historias son Escol¨¢stica Mart¨ªn, Carmela Mart¨ªn y Rafaela L¨®pez, de Santa Ana la Real (Huelva); ?ngeles Romero, de La Corte de Santa Ana la Real; Manuela P¨¦rez, de Casta?o del Robledo (tambi¨¦n en Huelva); y Carmen Tapia, Josefa Jim¨¦nez y Elena S¨¢nchez, de Belalc¨¢zar, en el Valle de los Pedroches (C¨®rdoba). ¡°Son esposas e hijas de hombres que se marcharon y cuentan en primera persona c¨®mo fue su vida esperando su regreso. Eran mujeres que, sin la figura del hombre, administraban y gestionaban sus casas. Pero el hombre, pese a estar ausente, segu¨ªa gobernando desde la distancia¡±, explica el director del documental. ¡°El marido siempre ordenaba y ellas hac¨ªan lo que el marido dec¨ªa que hiciesen en sus cartas¡±, prosigue Barbancho.
Una de las mujeres cuenta que, sin el marido, no se asomaba ni al portal Juan Ram¨®n Barbancho, director del documental
En las largas horas de entrevistas, el director encontr¨® testimonios desgarradores. Como el de una vecina que contaba c¨®mo mejor¨® su situaci¨®n. ¡°Explica que, al ser el cambio del marco [antigua moneda alemana] tan beneficioso con respecto a la peseta, empezaron a tener dinero. En sus cartas, el marido le ped¨ªa que no les faltase de nada a sus hijos. Y ella cuenta que as¨ª hac¨ªa: todas las ma?anas ten¨ªan un ¡®colacao¡¯ en el desayuno. Si eso tan sencillo ya era un lujo, imaginemos de qu¨¦ situaci¨®n de miseria ven¨ªan¡±, cuenta.
Miseria. Pero tambi¨¦n un yugo machista que marcaba para siempre las vidas. ¡°Con el rodaje de esta pel¨ªcula, he entendido que algunas frases hechas que yo escuchaba de peque?o, son reales. Una de las mujeres cuenta que, sin el marido, no se asomaba ni al portal. Y es as¨ª, no es una frase hecha. No sali¨® de casa en todos esos a?os¡±, recuerda Barbancho. Una sociedad completamente patriarcal, donde la mujer solo pod¨ªa ser un sujeto pasivo bajo la tutela del padre o del marido. Pero cuya rigidez permit¨ªa tristes paradojas. Como las de estas mujeres que, al permanecer solas, quedaban en un limbo a la espera del retorno. ¡°Una de ellas reconoce que ya no sab¨ªa lo que era, porque no se sent¨ªa ni soltera ni casada ni viuda¡±, prosigue Barbancho.
La pel¨ªcula se estrena este viernes en la Filmoteca de Andaluc¨ªa en C¨®rdoba. La cinta ya se ha proyectado en los pueblos donde se film¨® a las protagonistas. Tambi¨¦n se est¨¢ trabajando en su traducci¨®n al alem¨¢n, para ser exhibida en el Instituto Cervantes de Berl¨ªn. Barbancho reconoce que no realiz¨® Pen¨¦lopes por establecer analog¨ªas con el actual proceso migratorio de miles de espa?oles a Alemania. Pero no hace falta. Las cifras lo hacen solas. Y tambi¨¦n las ¡®pen¨¦lopes¡¯. ¡°Una de ellas, para explicar la miseria de entonces, dec¨ªa: las cosas estaban muy mal, igual que ahora¡±, termina el director.
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