Una buena experiencia
'La bella durmiente sue?a' es un primoroso trabajo de gui¨®n y montaje creativo de Martha Garc¨ªa
Al primoroso trabajo de gui¨®n y montaje creativo de Martha Garc¨ªa hay que unir el tes¨®n de los 11 int¨¦rpretes. Puede hablarse del ¡°milagro de los 11¡±, para con tan magra plantilla, dar la ilusi¨®n de paridad, simetr¨ªa y empaque coral que pide por natural la m¨²sica y el estilo de la obra.
Garc¨ªa ha hecho un encaje tan meritorio como, en su modestia de montaje, muy respetable. Dir¨ªa que en algunos aspectos, ejemplar; es lo que tiene confiar en la experiencia esc¨¦nica y en la sabidur¨ªa que aporta el bagaje en ballet. S¨®lo desde esta perspectiva se puede sintetizar tan bien algo as¨ª como La bella durmiente. Y se ha hilado fino, desde el juego de palabras entre el hada Cara de Hoz y Carabosse, hasta el mantenimiento del papel dual, simb¨®lico y protector del Hada de las Lilas-Madre.
En cuanto a la coreograf¨ªa hay muchos detalles y materiales no por sutiles menos importantes. Lo primero es que la core¨®grafa respet¨® can¨®nicamente el Adagio de la Rosa del primer acto como un emblema (as¨ª tanto que se hecha en falta el cierre del gran?pas de deux final), una noticia informada de que se venera y mucho tanto a Petipa como a lo que representa este t¨ªtulo. Despu¨¦s, con habilidad funcional, los caracteres desgranan sobre variaciones musicales conocidas, lo que era labor muy compleja, y los hace comprensibles a la par que el desarrollo argumental, desde la madre sobre-protectora hasta el petulante core¨®grafo.
En otros aspectos, las luces resultan muy apropiadas y juegan al atractivo colorista, algo que siempre encandila a los m¨¢s peque?os, y esto tiene su punto m¨¢s alto en la entrada del hada mala con sus cuatro maromos (estructura extra¨ªda tambi¨¦n del formato acad¨¦mico precedente) y esa gran tela evanescente que vuela y dibuja espectralmente un escenario fe¨¦rico. Ya hay donde llevar a los ni?os esta vez.
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