Russian Red hace las Am¨¦ricas
La cantante se despide de su p¨²blico madrile?o antes de poner rumbo a Los ?ngeles All¨ª planea instalarse a vivir y grabar¨¢ su tercer disco
Dice Lourdes Hern¨¢ndez que los conciertos de esta semana, hoy en el Teatro Kapital de Madrid y ma?ana en Barcelona, significan un fin de ciclo: ¡°Estoy en un estado mental de cerrar cosas¡±. Un cierre f¨ªsico que incluye la grabaci¨®n de su tercer disco en marzo (¡°no puedo decir con que productor, pero es alguien muy guay¡±) y un cambio de residencia. Ambas en el mismo destino: Los ?ngeles. ¡°No me voy definitivamente, pero s¨ª a vivir. Tengo en Madrid un piso compartido con una amiga, pero quiero cambiar de aires. En Los ?ngeles tengo amigos. As¨ª que despu¨¦s de Reyes volamos a Argentina y Colombia para dar un par de conciertos y de all¨ª me voy EE UU¡±.
Por partes. Su segundo ¨¢lbum, Fuerteventura, se public¨® en 2011 despu¨¦s de que el primero, I love your glasses (2008), fuera un ¨¦xito inesperado. Su debut, una grabaci¨®n de andar por casa, termina vendiendo 30.000 copias. Lourdes ten¨ªa 23 a?os y nulo conocimiento del negocio. Un contrato firmado con excesiva alegr¨ªa termina en agria separaci¨®n con su primer sello en la que interviene la multinacional Sony, que hace el desembolso para fichar a Russian Red. Se va a Glasgow en enero de 2011 y all¨ª, con el productor Tony Doogan y tres componentes de Belle & Sebastian, registra Fuerteventura, un ¨¢lbum en el que se depositan muchas esperanzas.
Pero, sorpresa, en las entrevistas se desmarca y sostiene que lo que realmente le interesa es ser madre. Que la m¨²sica es un entretenimiento. ¡°Ten¨ªa un ataque de inseguridad tremendo. Resulta dif¨ªcil asumir ciertas responsabilidades. Ahora estoy m¨¢s a gusto, m¨¢s tranquila. Y supongo que he aceptado cosas como que la m¨²sica que hago signifique algo para algunas personas. Pero entonces me daba miedo. Lo que es demasiado bueno asusta. Yo soy muy controladora y aquello se me escapaba¡±.
Superado el v¨¦rtigo se ha convertido en una artista internacional. No es Rihanna, pero la apuesta por colocar el disco en 17 pa¨ªses, en vez de solo en Espa?a, ha salido bien. Ha vendido m¨¢s de 40.000 copias. La famosa ¡°teor¨ªa de la larga cola¡±: es mejor 4.000 en 10 lugares que 40.000 solo en uno. Aparte de librarle, parcialmente, de la dependencia de un mercado raqu¨ªtico ¡ª ¡°yo vivo de lo que hago en Espa?a¡±, aclara¡ª, esto le ha abierto el mundo para irse de gira. ¡°Sobre todo, Asia. Han sido cuatro giras: China, Jap¨®n, Taiwan, Hong Kong, Corea del Sur¡¡±. No ha sido todo un camino de rosas. En mitad de gira cambi¨® de banda. ¡°Yo no soy virtuosa. Tienes que transmitir una emoci¨®n y si no la hay encima del escenario, no funciona. Me di cuenta de que necesitaba gente con la que quisiera toca. Y estaba un poco vendida, en plena gira. Pero aquella pantomima no ten¨ªa sentido¡±.
Sigue pareciendo la misma persona abierta y pizpireta que era hace dos a?os. Una chica de 27 dada a soltar interjecciones como ¡°guau¡±, y a colocar el prefijo ¡°s¨²per¡± cada dos por tres. No se ha endurecido y eso que le han llovido palos. Tras un breve idilio con la intelligentsia indie al poco tiempo empez¨® a recibir cr¨ªticas, fundadas o infundadas, y hoy es uno de los objetivos favoritos de los haters, esa especie internautica que disfruta derramando bilis.
Cada uno de sus ¡°resbalones¡± ha sido aprovechado. Quiz¨¢ el que m¨¢s, aquel en el que se confes¨® de derechas. ¡°?Que si me ha perseguido? Me est¨¢s preguntando sobre ello a un mont¨®n de tiempo vista¡±, dice. A pesar de que se resiste a recordarlo (¡°la verdad es que es un estigma que no me apetece que salga en la entrevista. Y como eso no va a pasar, preferir¨ªa no hablar. Yo lo dije con completa naturalidad porque no pod¨ªa imaginar aquella repercusi¨®n¡±). Pero asombra que no parece endurecida. Habla con naturalidad de todo, ya sea la pareja (¡°hace dos a?os que no estoy enamorada, me da mucha pena¡±), o la g¨¦nesis del que ser¨¢ su pr¨®ximo disco, que ella sit¨²a en dos acontecimientos peculiares. ¡°Uno fue descubrir a Low [veterano tr¨ªo estadounidense de slowcore] Fui a verlos en una semana tres veces: Madrid, Toledo y Londres. El otro, un sue?o en el que sent¨ª el amor como yo lo imaginaba. Y saber que puedo sentir eso me ha dado mucha gasolina. Tener la sensaci¨®n de que soy capaz de sentirlo y pensar, ¡®yo no me puedo morir sin experimentar esto¡¯. Por eso este disco es mucho m¨¢s optimista, m¨¢s hacia afuera. Y no hay ac¨²sticas, son casi todo guitarras el¨¦ctricas¡±.
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