Las limpiadoras del Parlamento pierden la ¡®extra¡¯ como si fueran funcionarias

Ni las 13 limpiadoras, ni los tres cristaleros, ni los dos jardineros que se encargan de acondicionar las instalaciones del Parlamento han cobrado este a?o la paga extra de Navidad. Las dos empresas que tienen subcontratado al personal de limpieza y jardiner¨ªa han hecho suyos los recortes del Gobierno central y han dejado a sus trabajadores sin esa parte de su salario. Pero lejos de que el ahorro repercuta en las cuentas p¨²blicas para contribuir a la lucha contra el d¨¦ficit ¡ªcomo argument¨® el Ministerio de Hacienda para adoptar esa medida en el caso de los funcionarios¡ª el dinero se lo han quedado ambas adjudicatarias: Linorsa, que se encarga de la limpieza del Pazo do H¨®rreo donde se ubica la Camara gallega, y Sumil, SL, que se ocupa de sus zonas verdes.

El asunto lleg¨® la pasada semana a la Junta de Portavoces del Parlamento, donde la representante socialista Marisol Soneira, present¨® una queja formal ante la presidenta de la instituci¨®n, Pilar Rojo. En esa reuni¨®n los servicios jur¨ªdicos de la C¨¢mara a trav¨¦s de su oficial mayor alegaron que la discusi¨®n sobre las condiciones laborales de las limpiadoras no compete al Parlamento, que se desentendi¨® del problema. Su departamento de Comunicaci¨®n explica a EL PA?S que solo puede intervenir cuando la adjudicataria incumple lo acordado en el pliego de condiciones y que en este no aparece el detalle de las remuneraciones del personal. La reivindicaci¨®n de Soneira para que al menos las dos concesionarias reintegrasen el dinero ahorrado a la instituci¨®n tambi¨¦n cay¨® en saco roto y no hay noticias de que ninguna de las dos sociedades vaya a devolver la parte proporcional a la bajada de sueldo de sus empleados.

El concurso p¨²blico en el que Linorsa gan¨® la concesi¨®n del servicio de limpieza por dos a?os se celebr¨® en agosto de 2011. Tal y como figura en la documentaci¨®n oficial que resume la adjudicaci¨®n, la suya fue la mejor oferta de las 11 que se presentaron. Y en la decisi¨®n pes¨® sobre todo el factor econ¨®mico. Textualmente el Diario Oficial concluye: ¡°la m¨¢s ventajosa teniendo en cuenta el precio y el valor t¨¦cnico de la oferta¡±.

La mayor¨ªa de limpiadoras acumulaba ya muchos m¨¢s de dos a?os trabajando en la casa cuando Linorsa se hizo con la concesi¨®n. Las empleadas m¨¢s antiguas acumulan dos d¨¦cadas de tarea en la instituci¨®n y en este tiempo han visto pasar a media docena de subcontratas que tienen la obligaci¨®n de emplearlas como personal subrogado. Fue durante el bipartito en la s¨¦ptima legislatura cuando su pelea para equiparar sus condiciones a las del personal laboral de la Xunta de Galicia dio sus frutos. Durante la presidencia de la socialista Dolores Villarino consiguieron algo que ya hab¨ªan logrado antes sus compa?eras que se ocupan de los hospitales, la universidad y los juzgados: tener unos derechos similares a los del personal laboral del Gobierno gallego, lo que le supuso mejorar sensiblemente lo que les garantizaba el convenio de limpieza de la provincia de A Coru?a. En la actualidad, una operaria de limpieza del Parlamento con 37,5 horas semanales de contrato percibe unos 1.100 euros.

Es presuntamente esa homologaci¨®n con el personal de la Xunta esgrimen las dos adjudicatarias, Linorsa y Sumyl, para suprimir unilateralmente la paga de navidad a sus trabajadores. Los responsables de Linorsa declinaron atender las llamadas de este peri¨®dico y se han negado a ofrecer ninguna explicaci¨®n. Desde esta empresa cuando los cuando los sindicatos preguntaron a qu¨¦ se deb¨ªa el impago de la paga extra que nunca se lleg¨® a justificar, , un mando intermedio recomend¨® a la representaci¨®n de los trabajadores que mirasen fuera para ver c¨®mo estaba el resto de la gente y les hizo ver que en la calle hace mucho fr¨ªo.

Desde Samyl, la concesionaria del servicio de jardiner¨ªa del Parlamento, el responsable de Recursos Humanos, Miguel Anxo Rodr¨ªguez, aleg¨® que el convenio de equiparaci¨®n de sus empleadas con el personal laboral ¡°las equipara en todos los sentidos¡±, tambi¨¦n cuando la Administraci¨®n decide bajadas de sueldo a los funcionarios. Y explic¨® que no reintegrar¨¢ el dinero al Parlamento porque la C¨¢mara ¡°tampoco asume el coste de las subidas salariales¡± que la empresa tuvo que asumir cuando la situaci¨®n era a la inversa y las condiciones laborales de los funcionarios mejoraban en lugar de empeorar.