Ilustrum, el trivial de los cromos
La red social combina coleccionismo y juegos de preguntas y respuestas
El intercambio de cromos no es un juego del pasado. La afici¨®n sigue vigente a trav¨¦s de la red social Ilustrum, que engancha a 53.000 internautas, da empleo a 11 personas y ya es rentable. Su autor, Albert Abell¨®. A sus 25 a?os, este ingeniero de telecomunicaciones de Tarragona prepara su partida hacia el californiano Silicon Valley. El objetivo, conquistar al mercado estadounidense.
Ilustrum, de registro gratuito, es una red social donde podr¨¢ intercambiar cromos, si antes responde correctamente a determinadas preguntas. Como m¨¢s r¨¢pido conteste, m¨¢s posibilidades tiene de llevarse los cromos deseados. Adem¨¢s, reparte cada d¨ªa entre sus usuarios la moneda virtual sestertius, que sirve para desbloquear las preguntas que no ha conseguido contestar.
¡°Hemos unido el cl¨¢sico juego de Trivial de toda la vida con el coleccionismo de cromos, la pedagog¨ªa y el mercadeo. Estos factores enganchan. Intercambias los cromos repetidos con internautas de todo el mundo, as¨ª vas completando las colecciones¡±, explica el joven ingeniero, que est¨¢ terminando un m¨¢ster en Finlandia y ultima un proyecto para Google, Mozilla y Angry Birds.
Colecciones de cromos y cuestionarios son creados por los participantes. Un factor que, seg¨²n Abell¨®, es el principal aliciente para los socios de Ilustrum. Despu¨¦s el resto de la comunidad decide cual se activa cada d¨ªa para empezar a jugar con ella. Su tem¨¢tica, variada: f¨²tbol, besos de la historia del cine, maravillas del mundo, ciudades, fotograf¨ªas Lomography, armas, guerras, carnavales, hechos hist¨®ricos, comidas...
¡°El negocio de los cromos siempre ha funcionado, aunque ahora est¨¢ en horas bajas porque las grandes empresas no saben como dar el salto al mundo digital¡±, dice Abell¨®, que empez¨® esta aventura de la mano de su padre, del mismo nombre, y presidente de la C¨¢mara de Comercio de Tarragona. Ambos buscaban oportunidades de negocio, se les ocurri¨® la idea y certificaron que ¡°no exist¨ªa este tipo de p¨¢gina en Internet¡±. Y se lanzaron a la aventura con un presupuesto inicial de 250.000 euros de capital familar. ¡°Ning¨²n banco me habr¨ªa dado un cr¨¦dito¡±, asegura el joven empresario. Con el tiempo, la consultora a la que acudieron para asesorarse empez¨® a creer en Ilustrum y decidi¨® participar en la empresa, adquiriendo el 25% con una inversi¨®n de 600.000 euros.
Los inicios no fueron f¨¢ciles, recuerda Abell¨®. ¡°El primer d¨ªa que subimos Ilustrum al ciberespacio estaba en la estaci¨®n de Sants (Barcelona). Iba a la universidad y llam¨® mi padre para decirme que nadie entraba en la p¨¢gina¡±. Entonces el joven envi¨® ¡°de una manera poco legal¡± un correo electr¨®nico a todos los estudiantes de la Universidad Rovira i Virgili explicando que hab¨ªa creado un juego, que estaba en fase de pruebas y necesitaba usuarios. ¡°En may¨²sculas puse que regalar¨ªamos iPads¡±, sonr¨ªe.
A las pocas horas le volvi¨® a llamar su padre escandalizado: En solo un d¨ªa 1.500 personas hab¨ªan ingresado en Ilustrum. Al cabo de poco tiempo organizaron una fiesta para ellos en una discoteca. ¡°Regalamos las tabletas prometidas, suscripciones premium al servicio musical Spotify... Fue mucho m¨¢s barato que una campa?a de marketing. El ¨²nico requisito para entrar en la fiesta era responder a un cuestionario. Al final tuvimos 150 hojas repletas de consejos sobre c¨®mo ten¨ªa que evolucionar Ilustrum. Esa pas¨® a ser nuestra hoja de ruta. El trabajo de 18 meses ya estaba planificado¡±.
Tras haber invertido en la red social casi un mill¨®n de euros, Ilustrum empieza a ser rentable. El 15% de los usuarios pagan una cuota mensual por tener facilidades en el juego y otros abonan micropagos. Sus 11 empleados, que trabajan desde casa, ¡°son los primeros jugadores de Ilustrum. Es m¨¢s provechoso que contratar a trav¨¦s de curr¨ªculo porque est¨¢n tan implicados como nosotros¡±.
El pr¨®ximo objetivo es abrir sede de captaci¨®n de usuarios en Estados Unidos, alcanzar los 500.000 euros de facturaci¨®n y dar el salto a las escuelas para que los ni?os aprendan jugando con Ilustrum. ¡°Si lo conseguimos, ser¨¢ la bomba¡±.
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