La juerga que acab¨® en crisis pol¨ªtica
Los dos ¨²ltimos alcaldes de Santiago est¨¢n imputados por supuestas represalias contra un agente que ratific¨® un atestado por alcoholemia de un cargo del PP
La ¨²ltima pesadilla que mantiene en vilo al gobierno de Santiago arranc¨® en una juerga. El viernes 11 de marzo de 2011 el concejal ?ngel Espadas se lanz¨® a celebrar su ascenso definitivo en el PP compostelano. Tras a?os de intrigas y peleas internas desde los tiempos de Nuevas Generaciones, de mucho trabajo sucio en la fontaner¨ªa del partido, por fin hab¨ªa sido encumbrado: n¨²mero tres en la lista para las municipales. Lo acababa de ratificar el PP que por primera vez en 20 a?os acariciaba la alcald¨ªa de la capital de Galicia seg¨²n las encuestas internas. Espadas, que siempre hab¨ªa acompa?ado al candidato, Gerardo Conde Roa, incluso en sus horas m¨¢s bajas, estaba llamado a ser el hombre fuerte del gobierno. Era su momento, iba a dejar atr¨¢s el papel de malo que le hab¨ªan asignado, de implacable fiscal que no pasaba una en el Ayuntamiento de Santiago y tanto recopilaba documentaci¨®n para denunciar al bipartito en los juzgados como se infiltraba en el botell¨®n para denunciar la tolerancia de la polic¨ªa local con los excesos de los universitarios.
Aquel viernes de celebraci¨®n, Espadas se fue a una comida y ya empalm¨® la sobremesa con el concierto de Miguel Bos¨¦, donde ten¨ªa sitio reservado como concejal en la zona VIP. Despu¨¦s a¨²n estir¨® la fiesta por varios locales de moda. Quienes se cruzaron con ¨¦l aquella noche retratan a un personaje euf¨®rico. Un personaje euf¨®rico que cometi¨® el error de tomar el coche para volver a casa.
Fue una pareja de la guardia civil la que golpe¨® en su ventanilla para despertarlo a las seis de la madrugada. Su coche estaba parado ante un sem¨¢foro verde a las afueras de Santiago. Los agentes llamaron a la Polic¨ªa Local y el atestado constat¨® lo evidente: el final de la carrera pol¨ªtica del concejal compostelano. Fue entonces cuando Conde Roa decidi¨® presionar a la polic¨ªa para hacer desaparecer el expediente, seg¨²n figura en la denuncia que present¨® en el juzgado un agente.
El relato de la querella que ha supuesto una segunda imputaci¨®n para los dos ¨²ltimos alcaldes de Santiago, para un concejal y para la responsable de seguridad del Ayuntamiento, alega que una vez en el poder el gobierno del PP se dedic¨® a degradar al agente denunciante en sus funciones y a someterlo a un continuo ¡°acoso moral¡± por no haber querido eliminar las diligencias contra Espadas, que a ra¨ªz del esc¨¢ndalo tuvo que dimitir y se qued¨® fuera de la Corporaci¨®n. El gobierno local, sin embargo, asegura que se limit¨® a abrir expediente al polic¨ªa por varias conductas irregulares, entre ellas usar el veh¨ªculo oficial para desplazarse fuera del municipio a hacer tareas que nada tienen que ver con el cuerpo.
Todo eso es sobre lo que est¨¢ indagando la responsable del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 1 de Santiago, Ana L¨®pez Suevos, quien, pese a los intentos del actual regidor, ?ngel Curr¨¢s, por negarlo, ha dictado un auto en el que imputa tanto al propio Curr¨¢s como su antecesor, Gerardo Conde Roa ¡ªpendiente de juicio tambi¨¦n por fraude fiscal¡ª, al edil de seguridad, Albino V¨¢zquez Aldrey, y a la responsable de ¨¢rea, Mar¨ªa del Mar Hinojosa, una teniente de la Guardia Civil que fue fichada a bombo y platillo con la llegada del PP al poder para poner orden en la polic¨ªa del Ayuntamiento. Lo que trata de saber la juez es si todos estos cargos p¨²blicos incurrieron en prevaricaci¨®n y se saltaron la Lei de Coordinaci¨®n de Polic¨ªas Locais, que obliga a que las sustituciones del jefe de polic¨ªa local las asuma el agente con m¨¢s rango en el cuerpo. El denunciante sostiene que tras desempe?ar esa funci¨®n durante a?os, el nuevo gobierno decidi¨® quitarle esa encomienda que pasaron a desarrollar agentes que estaban por debajo en el escalaf¨®n. Seg¨²n ¨¦l, al hacerlo, tanto el anterior como el nuevo alcalde y el edil de seguridad cometieron prevaricaci¨®n, dieron ¨®rdenes injustas a sabiendas de que lo hac¨ªan. El actual regidor defiende que no sabe nada del caso, que conoce ¡°de vista¡± al polic¨ªa y que decidi¨® abrir un expediente sancionador al funcionario siguiendo ¨®rdenes de su edil V¨¢zquez Aldrey. Este, a su vez, explica que fue el propio agente tras el cambio de gobierno el que pidi¨® pasar a un segundo plano sin desempe?ar tareas de responsabilidad.
La segunda pata de la querella se ocupa de un asunto todav¨ªa m¨¢s turbio. Pone en duda una serie de supuestas denuncias ciudadanas contra el polic¨ªa municipal realizadas a trav¨¦s de la p¨¢gina web del Ayuntamiento y que motivaron la apertura de varios expedientes disciplinarios contra el agente, uno de ellos ya concluido y que solicita la suspensi¨®n de un mes de empleo y sueldo. El polic¨ªa sostiene que los correos electr¨®nicos se remitieron a trav¨¦s de identidades falsas con el objetivo de perjudicarle. Y ofrece datos concretos, como la queja de una hipot¨¦tica vecina de Ames que se presenta como Josefa y cuyo DNI corresponde en realidad a un hombre censado en el ayuntamiento de X¨¢tiva, en Valencia. O una segunda denuncia ciudadana tambi¨¦n contra el mismo polic¨ªa que se present¨® con un DNI falso domiciliado en el n¨²mero de una calle que, seg¨²n el funcionario, no existe.
Para dar credibilidad a su relato y tratar de probar el presunto acoso moral, el polic¨ªa tambi¨¦n cuenta c¨®mo la jefa de ¨¢rea de Seguridad, Mar¨ªa del Mar Hinojosa, ¡°salt¨¢ndose todos los protocolos de actuaci¨®n y de cooperaci¨®n entre los diferentes cuerpos de polic¨ªa¡±, se dedic¨® a investigarlo fuera del t¨¦rmino municipal, donde la polic¨ªa local no tiene competencias. Y cita un episodio del 31 de mayo de 2012 cuando, seg¨²n el relato del agente, la jefa de seguridad del Ayuntamiento ¡°haciendo uso caprichoso de los medios con los que cuenta¡± requiere al personal de Protecci¨®n Civil para que la trasladen al vecino ayuntamiento de Ames, donde el funcionario tiene un domicilio familiar.
En el Ayuntamiento circulan versiones de todo tipo, la m¨¢s extendida, que se ha juntado el hambre con las ganas de comer: la complicada personalidad de un polic¨ªa que es perro viejo y se las conoce todas con las ansias de poder de unos pol¨ªticos reci¨¦n llegados que han querido hacer de la instituci¨®n su propia casa.
Guerra sucesoria abierta
De c¨®mo se resuelva el nuevo entuerto judicial depende la alcald¨ªa. La direcci¨®n del PP gallego, muy desmoralizada con lo que sucede en Santiago, ha optado por mantener a Curr¨¢s y esperar acontecimientos tanto en este sumario como en el Pok¨¦mon, que persigue una presunta trama de concesiones irregulares en varios ayuntamientos. Lo contrario implicar¨ªa descabalgar al segundo alcalde en solo nueve meses y abrir otra guerra sucesoria en un grupo municipal fracturado. Aparte del esc¨¢ndalo que supondr¨ªa la dimisi¨®n del sucesor de Conde Roa, la c¨²pula no ve claro un plan B.
La opci¨®n de Paula Prado, rival irreconciliable del actual alcalde, ser¨ªa una maniobra arriesgada. Implicar¨ªa admitir que el PP se equivoc¨® en abril cuando la forz¨® a renunciar pese a que era la n¨²mero dos y la llamada a heredar la alcald¨ªa para que Curr¨¢s pudiese hacerse con el bast¨®n de mando, la condici¨®n que hab¨ªa puesto Conde Roa para marcharse cuando estall¨® el caso de su presunto fraude a Hacienda. El pasado domingo en el congreso del PP gallego, Feij¨®o aup¨® a Prado a la portavoc¨ªa del partido, un ascenso que de paso deb¨ªa servir para alejarla del Ayuntamiento y pacificar los ¨¢nimos en Raxoi. El lunes el propio Curr¨¢s deslizaba que lo mejor ser¨ªa que Prado dejase ya el Ayuntamiento para dedicarse a su nueva tarea y al Parlamento, donde es diputada. Pero luego lleg¨® el segundo sobresalto judicial en menos de un mes.
La inc¨®gnita se despej¨® ayer en el comit¨¦ ejecutivo del PP. Prado abandona el Pazo de Raxoi. El partido decide jug¨¢rsela a la carta de Curr¨¢s, sus dirigentes asumen que la decisi¨®n implica riesgos y exponerse a lo que revelen los sumarios. A fin de cuentas, pocos en el partido creen que el regidor pueda repetir como candidato.
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