Por las verdes colinas y las altas monta?as

Tiene un car¨¢cter caprichoso, en su enfoque multidisciplinar, el ciclo Las noches del Real, actividad complementaria al n¨²cleo oper¨ªstico del coliseo de la plaza de Oriente. La presencia de Bychkov con las hermanas Lab¨¨que ven¨ªa despu¨¦s del magn¨ªfico recital de flamenco de Ca?izares y su grupo el mes pasado, y entre lo pr¨®ximo el abanico de propuestas se extiende desde la mezzosoprano Joyce DiDonato al pianista Maurizio Pollini. Es, qu¨¦ duda cabe, una programaci¨®n atractiva en su diversidad.

Bychkov afront¨®, con la Sinf¨®nica de Madrid, nada menos que la Sinfon¨ªa Alpina, de Richard Strauss, una obra compleja en la orquestaci¨®n y erizada de dificultades en su trazado. El director ruso ya hab¨ªa trabajado con la orquesta a comienzos de la pasada temporada en la ¨®pera Elektra, de Strauss, con el montaje de Anselm Kiefer. Entonces sali¨® m¨¢s que airoso del desaf¨ªo art¨ªstico. Ahora, tambi¨¦n. Bychkov posee una gran capacidad de comunicaci¨®n con los m¨²sicos gracias a una componente en cierto modo did¨¢ctica en su manera de plantear las obras que acomete. Adem¨¢s no se anda con florituras. Su mensaje es claro, sin adornos superfluos, subrayando lo fundamental. La orquesta respondi¨® con una actuaci¨®n brillante y, a la vez, sobria. Hubo tensi¨®n, continuidad en el equilibrio del discurso, contrastes, s¨ª, pero todo ello con un sello de humildad, trat¨¢ndose de una obra tan de ¡°alta monta?a¡± como ¨¦sta. Un detalle: ?Se fijaron en la intensidad con la que los m¨²sicos de la orquesta aplaudieron a su director ocasional? Estos gestos no se producen casi nunca por casualidad.

Antes, y como clima preparatorio a la ascensi¨®n sinf¨®nica, se interpret¨®, en atm¨®sfera de verdes colinas, el bell¨ªsimo concierto para dos pianos n¨²mero 10 de Mozart, con las hermanas Lab¨¨que. Orquesta y director pasaron m¨¢s a segundo plano por el protagonismo de las pianistas. Y ellas se desenvolvieron a su aire. Con libertad, espontaneidad, alegr¨ªa. Es su manera de tocar. Los amantes de la precisi¨®n disfrutaron seguramente menos que en la segunda parte del concierto. En la combinaci¨®n de dos estilos interpretativos para Mozart y Strauss transcurri¨® la agradable tarde musical. Perd¨®n, la noche. Que estamos en el Real.