Nuevo concierto ben¨¦fico en la Real Academia Galega de Belas Artes
La Sonata de Shostak¨®vich fue la culminaci¨®n de un concierto digno de dejar huella
El viernes se ha celebrado un nuevo concierto del ciclo que la Real Academia Galega de Belas Artes organiza a favor de ONG locales a propuesta del Artemis Ensemble. Protagonizado por Berthold Hamburger, chelo, y Daniel del Pino, estuvo sembrado de sugerencias visuales y profundos sentimientos.
Brahms titul¨® su op. 38 como Sonata n? 1 para piano y violonchelo, advirtiendo que ¡°el piano debe ser compa?ero, a veces l¨ªder, otras socio atento y amable, pero nunca asumir un rol de simple acompa?amiento¡±. Desde el sereno canto inicial del chelo retomado por el piano, hubo una alternancia sin¨¦rgica de serenidad y pasi¨®n que solo puede lograrse por una perfecta unanimidad en la visi¨®n del car¨¢cter de la obra.
En el Allegro quasi minuetto, el contraste legato-stacato marc¨® a fuego la dualidad entre recuerdos felices y dolorosos sentimientos que Brahms sinti¨® a la muerte de su madre. Apenas un gesto y leves miradas de soslayo entre ambos m¨²sicos desencadenaron todo el ¨ªgneo vigor del fugado Allegro final en el que las frases brahmsianas fueron las llamas de una esplendorosa hoguera musical.
Fue un acierto amortiguar la luz de la sala y pedir que no se aplaudiera al final de Spiegel in spiegel de Arvo P?rt; esa breve, que no peque?a, obra maestra del let¨®n. El piano de Del Pino, con un sutil¨ªsimo juego de pedal, extrajo sus esencias l¨ªquidas con tal y tan hermosa tensi¨®n expresiva que convirti¨® sus arpegios en una cristalina superficie de tersura apenas rizada por la sueve brisa del largo y sentido canto del chelo, las breves y profundas ondas conc¨¦ntricas de ese fa en el registro grave o el leve crujir, como de guijarro en la orilla de una laguna, de un do sobreagudo.
Las Piezas de fantas¨ªa de Schumann, originales para clarinete y piano, toman una nueva dimensi¨®n est¨¦tica y t¨¦cnica en la que ¨¦l mismo arregl¨® para chelo de chelo. Hamburger y Del Pino, desde las escalas de notas duplicadas para el chelo, dieron su sentido m¨¢s estricto al t¨ªtulo de la tercera, Rasch und mit Feuer (R¨¢pidamente y con fuego).
La Sonata para chelo y piano, op 40, de Dmitri Shostak¨®vich fue la culminaci¨®n de un concierto de los que dejan una profunda huella en quienes lo escuchan. Y lo fue por la profundidad conceptual y estil¨ªstica del d¨²o, que supo mostrar desde la ternura inicial del primer movimiento al dinamismo juguet¨®n de esos arpegios en falsos arm¨®nicos del chelo en el segundo. O desde el dolor indisimulado y sereno del Largo al sarcasmo, ardiente como sal sobre una herida, del Allegro final.
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