La Generalitat proyecta el cierre de prisiones como medida de ahorro
Justicia concluye que hasta 2020 no har¨¢n falta m¨¢s plazas. La construcci¨®n de la nueva Modelo parece cada vez m¨¢s lejana.
En tiempos de recortes las prisiones tambi¨¦n valen. El Departamento de Justicia de la Generalitat proyecta el cierre de algunas prisiones que considera obsoletas, as¨ª como no iniciar la construcci¨®n de otras ya programadas con el fin de recortar el gasto p¨²blico. La decisi¨®n definitiva no est¨¢ todav¨ªa tomada, pero el Gobierno catal¨¢n estudi¨® ayer un informe que avala su actuaci¨®n.
Ese documento se basa en un an¨¢lisis estad¨ªstico de la poblaci¨®n penitenciaria y en una serie de factores para concluir que hasta el a?o 2020 no har¨¢n falta m¨¢s plazas penitenciarias de las que ya existen. Justicia argumenta que la capacidad de las prisiones catalanas es actualmente de 11.031 plazas y que, por el contrario, la poblaci¨®n penitenciaria actual es de 10.015. Es decir, en un a?o se ha producido una reducci¨®n de un millar de plazas.
A este factor se suma una suerte de cuentas de la lechera que hace Justicia, al anunciar que a las 1.000 plazas que ya sobran en la actualidad se a?adir¨¢n 2.000 plazas m¨¢s con la puesta en marcha del centro del Puig de les Basses, en Figueres, y de Mas Enric, en El Catllar (Tarragona). Ambas prisiones est¨¢n acabadas desde hace casi un a?o, pero no existe fecha para su supuesta inauguraci¨®n, precisamente por los recortes presupuestarios.
Cada una de esas prisiones tiene capacidad para 750 reclusos, por lo que entre las dos sumar¨ªan 1.500 plazas y no las 2.000 que dice Justicia. Poner en marcha una prisi¨®n implica un gasto importante, derivado principalmente de la n¨®mina de los centenares de funcionarios que hay que retribuir. Sin embargo, una c¨¢rcel vac¨ªa tampoco sale gratis, porque se ha de abonar la mensualidad que se pact¨® para su construcci¨®n, con el llamado derecho de superficie, adem¨¢s de los gastos derivados de su mantenimiento, como la seguridad del centro. Todo eso suma mensualmente un mill¨®n y medio de euros por cada prisi¨®n.
Una portavoz de Justicia explic¨® ayer que la decisi¨®n definitiva a¨²n no est¨¢ tomada y que ¡°todo est¨¢ abierto¡±, pero que la hip¨®tesis que se maneja es cerrar la antigua prisi¨®n de Tarragona y la de Girona. No est¨¢ descartado que la clausura se produzca sin que se hayan inaugurado las nuevas prisiones, de manera que los presos podr¨ªan ser trasladados a otros centros a la espera de la inauguraci¨®n.
Lo que s¨ª tiene descartado por completo el Gobierno de Artur Mas es construir la prisi¨®n de preventivos en la Zona Franca de Barcelona que deber¨ªa sustituir a la vetusta Modelo y la c¨¢rcel de T¨¤rrega (Urgell), ambas planificadas en la ¨¦poca del tripartito.
El Departamento de Justicia argumenta que la poblaci¨®n reclusa catalana se mantendr¨¢ en los pr¨®ximos a?os en torno a los 10.000 presos por varios motivos. Uno de ellos es la llamada Circular de Extranjer¨ªa que puso en marcha el Gobierno y que permite el regreso a sus pa¨ªses de los presos de origen inmigrante.
Durante el primer a?o de aplicaci¨®n de esta circular volvieron a sus pa¨ªses un total de 525 reclusos. De ellos, 261 lo hicieron al finalizar el cumplimiento de la condena y con la correspondiente orden de expulsi¨®n y el resto por decisi¨®n del tribunal.
Para que los jueces autoricen el retorno es necesario que se tenga cumplida la mitad de la condena, con el fin de que la restante se acabe de cumplir en otro pa¨ªs. Pese a que la situaci¨®n en aquellas prisiones no es mejor que en las espa?olas, algunos presos prefieren regresar porque conf¨ªan en poder esquivar la c¨¢rcel utilizando el soborno a funcionarios.
Jaume Asens, abogado penalista, explica que ha tenido m¨¢s de un cliente condenado por tr¨¢fico de drogas que ha optado por esa v¨ªa. El regreso se acuerda a cambio de que no vuelva a Espa?a en el plazo de diez a?os y es habitual que se otorgue cuando se demuestra que el preso no tiene arraigo familiar.
Los cambios en el C¨®digo Penal en los delitos por tr¨¢fico de drogas tambi¨¦n han comportado la excarcelaci¨®n de buen n¨²mero de reclusos por la revisi¨®n de las penas, aunque Justicia no precis¨® ayer las cifras. Y otra de las causas es el estancamiento de los ¨ªndices de delincuencia.
Pero m¨¢s all¨¢ de todos esos datos, la c¨¢rcel Modelo seguir¨¢ abierta y en algunas celdas segurir¨¢n conviviendo hasta seis presos preventivos. La hist¨®rica reivindicaci¨®n vecinal y del Ayuntamiento de Barcelona, por tanto, se antoja cada vez m¨¢s lejana de hacerse realidad. Fue en el a?o 2000, durante la etapa del gobierno de Jordi Pujol, cuando el entonces alcalde Joan Clos y la consejera de Justicia de la ¨¦poca, N¨²ria de Gispert, firmaron un plan de prisiones para sustituir al antiguo presidio situado en el coraz¨®n de Barcelona.
El tripartito redact¨®, de la mano de Albert Batlle, el plan de prisiones m¨¢s ambicioso que se ha hecho en Catalu?a y reserv¨® unos terrenos para la Modelo en el pol¨ªgino de? la Zona Franca. Pero el regreso de CiU a la Generalitat hizo que el plan cayera en el olvido. Bajo el mandato de consejera Pilar Fern¨¢ndez Bozal se anunci¨® que se redise?ar¨ªa la c¨¢rcel y se reducir¨ªa su capacidad y ahora parece que ni siquiera eso por falta de presupuesto.
Lo que no parece cuestionable es que una c¨¢rcel de preventivos no puede situarse muy alejada del centro de Barcelona porque el traslado de presos a los tribunales es continuo.
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