La crisis que trajo Pok¨¦mon
Detr¨¢s de las detenciones de pol¨ªticos y empresarios, los ¨²ltimos casos judiciales se traducen en regulaciones de empleo, inseguridad laboral y meses sin sueldo
¡°Nosotros somos la ¨²ltima ficha del domin¨®, y podemos terminar cayendo, pero de momento hacemos lo posible por no contaminarnos, por evitar que lo que est¨¢ pasando fuera nos haga da?o. Y mientras nadie nos diga nada, intentaremos trabajar para sacar el negocio adelante¡±. El director del hotel GH de Santiago, ?ngel Gonz¨¢lez, asegura que en la plantilla del magn¨ªfico edificio de cristal, cerca de 30 personas, nadie sabe que un banco lo ha embargado por impago de las letras, que sobre el inmueble pende una ejecuci¨®n hipotecaria que lleg¨® a los juzgados de Santiago incluso antes de que estallase la Operaci¨®n Caballo de Troya.
El GH es una mole hueca, las habitaciones se reparten a los laterales y dejan en el centro un abismo, como un enorme patio de vecinos. La arquitectura parece una met¨¢fora de las actividades liquidadoras por las que el empresario valenciano ?ngel de Cabo declar¨® esta semana en Santiago. La compra de la cadena hotelera GH, con sedes en Lugo, Ourense y la capital de Galicia por cantidades no mayores de dos euros a la familia Mart¨ªnez N¨²?ez (cuyo patriarca fue investigado en 2000 por un presunto plan para asesinar a Xos¨¦ Cu¨ª?a) fue la que levant¨® las sospechas. Supuestamente el objetivo de uno y otros era desvalijar los negocios para declararse insolventes cuando se presentase el concurso de acreedores.
El Caballo de Troya, sin embargo, ha entrado arrasando el pelo de las alfombras en el GH de Lugo. All¨ª, los socios minoritarios que se encontr¨® De Cabo al llegar son otros, y ¡°alguno de ellos¡±, seg¨²n explican desde la CIG, propuso a los trabajadores rescatar el negocio de una peculiar manera: la plantilla deber¨ªa presentar concurso de acreedores para que los inversores interesados pudiesen optar al hotel y tendr¨ªa, tambi¨¦n, que aceptar un plan de viabilidad que pasar¨ªa por una remodelaci¨®n del edificio (presupuestada en cuatro millones de euros) y un ERE que afectar¨ªa al menos a la mitad de los empleados (45, tras los 14 despidos de enero).
La empresa de Lugo se desmorona por momentos. Los trabajadores, a los que la empresa, seg¨²n el sindicato que los representa, les debe m¨¢s de tres meses (algunos cobraron en enero 900 euros, y el resto del salario, lo mismo que la reposici¨®n de los enseres que consume un hotel, depende del desbloqueo de las cuentas por parte del juez) decidieron en asamblea no pedir el concurso de acreedores. Ante el riesgo de que aquello entre en fase de liquidaci¨®n, una docena solicitaron en el juzgado la extinci¨®n de contrato para poder irse en las mejores condiciones posibles, sin esperar a un desenlace de 20 d¨ªas por a?o.
Por su parte, las v¨ªctimas de la Operaci¨®n Pok¨¦mon contra la corrupci¨®n pol¨ªtica en varios Ayuntamientos de Galicia corren suertes diversas. M¨¢s que de da?os, que tambi¨¦n los hay, aqu¨ª hay que generalizar hablando de efectos colaterales porque en algunas firmas del entramado empresarial investigado el control judicial ha mejorado las condiciones de trabajo. La cruz de la moneda les ha tocado a los empleados de Sermasa en Santiago, una empresa de conserjer¨ªa en el proceloso mar de Vendex, cuyos directivos dentro y fuera de Galicia est¨¢n imputados por comprar supuestamente las concesiones municipales a pol¨ªticos que se dejaban querer (alguno de ellos, incluso, a sueldo en negro de la compa?¨ªa). Los trabajadores no cobran desde hace dos meses.
Su salario depende de una r¨²brica de la concejala de Educaci¨®n, Rebeca Dom¨ªnguez, o del alcalde, ?ngel Curr¨¢s, pero ¡°ninguno de los dos quiere dar la autorizaci¨®n de pago, porque est¨¢n imputados¡±, explica un portavoz de los 55 empleados de pabellones y campos de f¨²tbol, Claudio de la Fuente. Entre la plantilla hay varios casos de matrimonios en los que ¡°ninguno puede llevar dinero a casa¡±. La edil les prometi¨® en una reuni¨®n que la soluci¨®n ser¨ªa ¡°inminente¡±, pero el tiempo corre, las deudas personales apremian y los conserjes, que ya protagonizaron varias protestas, se han dado de plazo hasta este lunes para decidir nuevas acciones.
Mientras tanto, en otras empresas del grupo Vendex (con tal implantaci¨®n en los Ayuntamientos gallegos que suma un millar de trabajadores, unos 400 en A Coru?a, seg¨²n un representante de la plantilla) la Pok¨¦mon les ha sobrevenido ¡°para bien¡±. ¡°Antes hab¨ªa retrasos, y ahora cobramos puntualmente. Como est¨¢n vigilados y ya no tienen que repartir sobres [en referencia a los sobornos a pol¨ªticos] son mucho m¨¢s rigurosos a la hora de pagar las n¨®minas¡±, comenta este trabajador de DOAL (la filial que controla la ORA) en A Coru?a. ¡°Tanto estamos mejor ahora que incluso la polic¨ªa local nos est¨¢ apoyando [con la ratificaci¨®n de multas]¡±.
Sin embargo, en octubre, cuando se desencaden¨® la Pok¨¦mon, saltaron las alarmas porque los trabajadores de Vendex, en toda Galicia, dejaron de cobrar. La empresa no les ingres¨® el mes hasta que la juez desbloque¨® una de las cuentas de la compa?¨ªa que preside el imputado Gervasio Rolando Rodr¨ªguez Acosta. Con sus tres administradores imputados (Manuel Santiso, Demetrio Arias y Jorge Cecchini), el retraso y el posterior desbloqueo se reprodujo asimismo en Cechalva, la empresa de la gr¨²a en Lugo.
El temor a que los casos de corrupci¨®n que salieron a la luz quiten las ganas a las diversas Administraciones gallegas de contratar servicios a las empresas en cuesti¨®n parece medianamente disipado. Al menos en aquellas latitudes donde los pol¨ªticos no pasaron por el calabozo. Tanto Marcos P¨¦rez, coordinador para Galicia del sector de carretera en CC OO, como Suso G¨®mez Botana, portavoz de la plantilla, recuerdan que el Gobierno del popular Carlos Negreira, en A Coru?a, licit¨® hace poco el mantenimiento del Aquarium Finisterrae y del IMCE (Instituto Municipal Coru?a Espect¨¢culos) y se los otorg¨® a Vendex. ¡°Son contratos multimillonarios, muy jugosos¡±, describe uno de ellos, ¡°?todo a lo grande!¡±.
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