Iberia, Bankia, Orizonia
Repasemos la vida m¨¢s reciente: nos hemos ido acostumbrando a vivir golpeados
Los amantes pasajeros no vuelan en Iberia. C¨®mo van a hacerlo, si la l¨ªnea parece a punto de caer, en picado y sin alfombras de aire, hacia su propia espiral de desmantelamiento, camuflada de reestructuraci¨®n. Mientras las huelgas surgen, se atemperan, y las mediaciones se convierten en una nota m¨¢s del conflicto infinito, recordamos el plan de vuelo adverso: aunque primero fueron 4.500, ahora la empresa tiene previstas 3.800, que no es poco, por prejubilaciones. Son 3.800 despidos, como los 5.000 de Orizonia o los de Bankia. Si recordamos que la indemnizaci¨®n por los 5.000 despidos de Bankia fue casi la misma cantidad que se pag¨® a 50 directivos que salieron de la entidad, y hacemos n¨²meros, esta ruta celeste no pude presentarse m¨¢s oscura: sobre todo, si tenemos en cuenta que esos directivos fueron los causantes del desastre.
Se baje o no se baje el salario un 7% para el personal terrestre y un 14% para tripulantes de vuelo y pilotos, Iberia present¨® en febrero un ERE que afectaba a 3.800 empleados, casi el 20% de la plantilla, adem¨¢s de los consabidos recortes salariales para quienes no fueran despedidos. Pero seguramente ser¨¢ poco, porque siempre es poco y es lo mismo, y esta historia nos suena demasiado y nos recuerda el poema Apolog¨ªa y petici¨®n, de Jaime Gil de Biedma: ¡°De todas las historias de la Historia / sin duda la m¨¢s triste es la de Espa?a, / porque termina mal. Como si el hombre, / harto ya de luchar con sus demonios / decidiera encargarles el gobierno / y la administraci¨®n de su pobreza¡±. Algo as¨ª parece que ocurre en Iberia, en Espa?a y en el mundo: que todo acaba mal, aunque se vea venir, porque hemos abandonado nuestros asuntos econ¨®micos en manos depredadoras. Porque c¨®mo explicar que, mientras se especula con la posibilidad ¡ªya casi una certeza¡ª de 3.800 familias en la calle ¡ªesa misma calle que acoge ya, tambi¨¦n, a las de Orizonia o Bankia¡ª, IAG, el holding que integra a Iberia y British Airways desde que se fusionaron, haya anunciado que repartir¨¢ 2,657 millones de acciones entre ocho consejeros ejecutivos y altos directivos mediante dos planes de opciones, con un valor actual en el mercado de 7,57 millones de euros, o sea, 1.256,2 millones de pesetas. El consejero delegado Willie Walsh se embolsa 684.647 acciones, con un valor de 1,95 millones de euros, pero el asunto no acaba ah¨ª: en 2012, el Consejo de Administraci¨®n de IAG cobr¨® 6,12 millones de euros ¡ª1.020 millones de las antiguas pesetas¡ª, de los que los dos m¨¢ximos directivos espa?oles, Antonio V¨¢zquez ¡ªel mismo Antonio V¨¢zquez que anunci¨®, tras la fusi¨®n de Iberia con British Airways, que no habr¨ªa despidos masivos¡ª y Rafael S¨¢nchez-Lozano, ganaron 1,5 millones. Total, calderilla: la misma calderilla que quebr¨® nuestras cajas de ahorros.
As¨ª, el consejero Willie Walsh gana 323,7 millones de pesetas mientras defiende la necesidad de reestructurar Iberia: o sea, despedir a miles, culpando al Sepla: ¡°Los que intentan parar el ajuste est¨¢n intentando destruir Iberia. Prefieren ver a Iberia morir que reestructurarse¡±. Por mucho que se asegure en ING que desde los fondos de Iberia no se ha pagado ni un c¨¦ntimo de los planes de pensiones de British Airways, tal y como est¨¢ el patio sulfuroso del entresijo mercantil, nadie puede poner la mano en el fuego por las declaraciones de nadie. Mientras, ?qu¨¦ sucede con el 15% del Estado espa?ol en Iberia, resultado del 3% de la SEPI y el 12% nacionalizado de Bankia? ?Y la inversi¨®n de los espa?oles en Barajas, como puerta de entrada de Am¨¦rica en Europa? ?Qu¨¦ aeropuerto ser¨¢? Madrid puede quedarse sin vuelos directos a los pa¨ªses hispanohablantes, esa patria abierta en la palabra humana, comercial y po¨¦tica.
Pero tampoco se puede culpar de todo ni a British ni al Gobierno. Miremos hacia Iberia, como antes a Bankia o a Orizonia. Repasemos la vida m¨¢s reciente, c¨®mo nos hemos ido acostumbrando a vivir golpeados. Pregunt¨¦monos por qu¨¦ se privatizan siempre los beneficios, mientras se socializan ¡ªtambi¨¦n siempre y brutalmente¡ª las p¨¦rdidas. As¨ª, cuando toca ganar, grandes primas para unos pocos consejeros. Pero si toca perder, se despiden a 5.000 familias y se le llama reestructuraci¨®n. Iberia, Orizonia, Bankia: no estamos saliendo de la crisis, sino haci¨¦ndola c¨ªclica. Los mismos altos directivos de empresas deficitarias, con primas millonarias, que nos trajeron aqu¨ª, no pueden dar ninguna lecci¨®n de austeridad, criminal en sus labios. Hay que recuperar, a todos los niveles, la fuerza de la ¨¦tica social.
Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre es escritor.
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