Disc¨ªpulos de muleta y capote
En Madrid hay cuatro escuelas con un centenar de alumnos que entrenan para ser diestros La presencia femenina sigue siendo testimonial entre los alumnos de estos centros
Andr¨¦s Manrique, de 22 a?os, lleg¨® a Madrid hace uno y medio procedente de Bogot¨¢ (Colombia) porque quiere ser torero, como su padre, Pepe Manrique, uno de los maestros taurinos m¨¢s c¨¦lebres de Am¨¦rica Latina. Aunque este ¨²ltimo puede presumir de haber compartido cartel con El Juli en la Plaza de Toros de Manizales (Colombia), capital taurina de Los Andes, Manrique hijo ya ha cumplido uno de los sue?os del progenitor: torear en Las Ventas.
Fue el pasado 7 de octubre. "Solo hab¨ªa un tercio del aforo, pero yo estaba muy nervioso", recuerda. Aunque tuvo mala suerte porque le sali¨® un novillo "muy malo" ¡ªpoco bravo y dif¨ªcil de torear¡ª expone que "salir a Las Ventas es muy importante" porque "triunfar en Espa?a es el triple de complicado que en Colombia". Despu¨¦s de tres a?os entrenando junto a su padre, Andr¨¦s consigui¨® entrar en la Escuela taurina de Arganda del Rey de la Fundaci¨®n El Juli, donde entrena junto a otros 25 talentos, todos ellos entre los 9 y los 22 a?os, y entre los que figuran tres j¨®venes mexicanos, un peruano y un franc¨¦s.
Adem¨¢s del centro de Arganda, en la Comunidad de Madrid hay otras tres escuelas de este tipo: en Colmenar Viejo, en Moralzarzal y en la capital. Entre las cuatro, y haciendo una estimaci¨®n, hay inscritos aproximadamente un centenar de alumnos. Esta ¨²ltima, la Escuela de tauromaquia de Madrid?Marcial Lalanda, tambi¨¦n tiene un programa de intercambio, especialmente con alumnos de Latinoam¨¦rica, como Jes¨²s Colombo, de 15 a?os y nacido en San Crist¨®bal, en el estado de T¨¢chera, en Venezuela. "He toreado tres a?os como novillero por toda Am¨¦rica, pero aqu¨ª en Espa?a no tengo la edad, la ley no me da permiso". Enjuto, de poca estatura, habla serio, eligiendo las palabras minuciosamente. "He matado m¨¢s de cien toros de casta", cuenta. ?Pena? "Estos animales est¨¢n para esto, si no desaparecer¨ªan".
El centro presume de formar, m¨¢s que toreros, hombres. Los chavales siempre llaman "maestro" al profesor y le piden permiso en todo momento. Se respira una disciplina casi militar y se dir¨ªa que, en vez de adolescentes, son adultos prematuros.
De los 51 alumnos que asisten a las clases, apenas un par provienen de una familia con lazos con este mundillo. Es el caso de Daniel Men¨¦s, de 16 a?os e hijo de banderillero. Ha perdido la cuenta de las becerradas en las que ha participado, aunque asegura que ha matado unos 15 becerros. Est¨¢ en 4? de ESO y asegura que seguir¨¢ con los libros hasta la universidad. "Una de las condiciones para estar aqu¨ª es que no abandonen sus estudios", explica Joaqu¨ªn Bernad¨®, director del centro. "En alguna ocasi¨®n, cuando alg¨²n alumno no iba bien en el colegio se le ha castigado sin torear". En la escuela de Arganda saben que las cualidades del aspirante a torero son muchas. "Es casi imposible que uno de ellos llegue a ser una figura y, sin quitarles la ilusi¨®n, se lo recordamos" afirma Ignacio L¨®pez, quien dirige el centro. Por este motivo, explica, "se cuida mucho que estudien y hagan algo. Hacemos tutor¨ªas cada dos meses con los padres porque no podemos permitirnos que piensen solo en los Toros¡ Si no llegan, ?qu¨¦ hacen?".
Entrar en una de estas escuelas cuesta entre 60 y 180 euros al a?o
Entrar en una de estas escuelas cuesta entre 60 y 180 euros al a?o. Las clases son diarias y duran entre 2 y cuatro horas, dependiendo del centro. En los toros, como en el f¨²tbol, existe un mercado y ojeadores que recorren las plazas en la b¨²squeda permanente de promesas. Un Miguel Abell¨¢n o un Jos¨¦ Tom¨¢s que vigorice la fiesta nacional, de capa ca¨ªda los ¨²ltimos a?os, aunque las vocaciones taurinas no hayan disminuido, seg¨²n los profesores. "Lo que pasa es que ahora hay cuatro escuelas donde antes hab¨ªa una, as¨ª que est¨¢n m¨¢s repartidos".
La presencia femenina en este mundillo es casi testimonial. En la escuela madrile?a s¨®lo hay una chica, la primera en cuatro a?os. Se llama Cristina Regueira y su afici¨®n le viene de peque?a, de cuando su abuelo la llevaba a las corridas y de cuando ve¨ªa los sanfermines por televisi¨®n. "Los compa?eros me tratan como a otro igual", asegura. Aunque solo tiene 16 a?os ya ha participado en tres tientas. "Al principio tienes miedo, pero luego te olvidas. Si ¡ªel toro¡ª te coge, te levantas. Lo malo es si no te levantas", cuenta. Al principio su familia no se lo tom¨® muy bien, sobre todo su madre, que a¨²n hoy es incapaz de verla torear. "A mis amigos les result¨® raro al principio, pero luego me animaron, aunque siempre hay alguno que todav¨ªa no lo entiende". "La mujer ahora mismo se ha hecho un hueco merecido", asegura Jos¨¦ Luis Bote, torero retirado y profesor de la escuela desde hace ocho a?os.
Compaginar los estudios con la escuela taurina supone un gran sacrificio. Javier Ayuso vive en Colmenar de Oreja y recorre 60 kil¨®metros al d¨ªa para entrenar en Arganda. Tiene 17 a?os y estudia primero de Bachillerato. A las ocho y media de la tarde termina de entrenar, enfunda cuidadosamente su espada y su capote y se va a casa pensando en el examen de Econom¨ªa que tiene al d¨ªa siguiente. "Esto es muy sacrificado. Toca estudiar por las noches y casi no se puede salir de fiesta como los chicos de tu edad, ni beber. Hay que cuidar mucho la alimentaci¨®n", explica el joven, que hace una dieta consistente en "muchas prote¨ªnas y muy pocas grasas".
"El torero es muy dado a dedicarse exclusivamente al oficio", explica el matador Jos¨¦ Mar¨ªa Plaza, que fue figura del toreo entre los a?os 1989 y 1995 y que desde hace a?o y medio ejerce de profesor. "El torero es un atleta, pero se requiere todav¨ªa m¨¢s fortaleza mental que f¨ªsica. Cuando est¨¢s delante de un astado, en la tensi¨®n del momento se te va el 75% de la fuerza. De ah¨ª, la madurez que exige". No le preocupa que sus pupilos no lleguen a ser figuras del toreo porque, dice, con "la madurez y la fuerza de voluntad que desarrollan seguro que saldr¨¢n adelante".
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