La cantera de la piedra del Gai¨¢s arras¨® parte de un paraje protegido
El fiscal pide cinco a?os para cada uno de los tres acusados de un delito ambiental
La cuarcita que seg¨²n la Xunta de Fraga iba a ser ¡°para la Cidade da Cultura como el titanio para el Guggenheim¡± llega hoy a juicio en la Audiencia Provincial de Lugo. La cantera que eligi¨® el arquitecto Peter Eisenman para forrar la que considera su obra suprema de un tono rosado que torna a rojizo cuando cae el sol se trag¨®, seg¨²n el fiscal, 1,2 hect¨¢reas del Lugar de Inter¨¦s Comunitario (LIC) Serra do Xistral.
La empresa Piedra Natural de Muras, SL, propiedad del exalcalde de Ortigueira Antonio Campo Fern¨¢ndez y su hermano Pablo, en sociedad con otros dos hermanos, Siro y Alberto Vega Rodr¨ªguez, ¡°se dedic¨® entre los a?os 2003 y 2006 a la explotaci¨®n de la cantera Angelita Fracci¨®n Segunda en estado de m¨¢xima actividad incumpliendo¡±, seg¨²n la fiscal¨ªa, ¡°de un modo voluntario y consciente¡± los l¨ªmites fijados por la Declaraci¨®n de Impacto Ambiental (DIA). El frenes¨ª extractivo ¡°descontrolado¡±, sigue el escrito de acusaci¨®n remitido al juzgado de Instrucci¨®n de Vilalba, se llev¨® a cabo ¡°sin contar con autorizaci¨®n municipal de apertura, sin autorizaci¨®n auton¨®mica para el desarrollo de la actividad y sin autorizaci¨®n de Augas de Galicia¡± para usar los manantiales o arroyos afectados.
La declaraci¨®n de impacto aprobada por la Xunta se refer¨ªa a una superficie de 13,46 hect¨¢reas que limitaban, pero no invad¨ªan, el actual LIC Serra do Xistral. Pero la empresa del exregidor popular engull¨® 19,4 hect¨¢reas, de las que m¨¢s de una ¡°se internaron directamente¡± en la zona protegida. Las mayores tropel¨ªas cesaron a partir de 2006, y en enero de 2007, con el gobierno bipartito, la Direcci¨®n Xeral de Urbanismo inici¨® el expediente de reposici¨®n de legalidad que establec¨ªa la paralizaci¨®n de la cantera. Ese mismo a?o, la asociaci¨®n ecologista Adega, ahora personada en la causa, present¨® una denuncia al Seprona.
El fiscal de Mondo?edo pide una pena de cinco a?os de prisi¨®n, inhabilitaci¨®n especial para el ejercicio profesional y multa de 13.500 euros para cada uno de los tres acusados: Pablo Campo (socio), Siro Vega (socio) y Manuel Paj¨®n (director facultativo de la cantera). Considera que los dos primeros eran ¡°quienes tomaban todas las decisiones¡± mientras que sus respectivos parientes (Antonio Campo y Alberto Vega) ¡°ten¨ªan un car¨¢cter capitalista¡±.
Seg¨²n denunci¨® Adega en 2007, la cuarcita extra¨ªda en el municipio lucense de Muras tambi¨¦n sirvi¨® para recubrir una parte de la residencia oficial de Monte P¨ªo que estren¨® Fraga Iribarne. El colectivo de defensa ambiental defend¨ªa que exist¨ªa un ¡°trato de favor¡± del Gobierno del PP hacia la empresa del alcalde, entre otras cosas porque en 2002 la Xunta retir¨® de la Red Natura la parcela en la que se ubicaba el yacimiento despu¨¦s de haber propuesto su inclusi¨®n en 1999. Pese a todo ello, en el a?o 2000 la explotaci¨®n empez¨® a funcionar sin ning¨²n tipo de permiso y en 2003 la compa?¨ªa de los hermanos Campo se hizo con el contrato para suministrar la piedra a la Cidade da Cultura por 6,6 millones tras un concurso que no se public¨® en diarios oficiales.
En su informe sobre el Gai¨¢s, el Consello de Contas critic¨® los retrasos en los que incurr¨ªa la empresa a la hora de servir las losas al mastod¨®ntico complejo y la culpabiliz¨® de los incumplimientos en el plazo de ejecuci¨®n de las obras. Forzada probablemente por el ritmo de demanda del proyecto, Piedra Natural de Muras apur¨® la extracci¨®n y exprimi¨® m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites una cuarcita que al final result¨® insuficiente para tanto edificio. En tiempos de ?nxela Bugallo, la Conseller¨ªa de Cultura acab¨® buscando un mineral parecido en Brasil.
Entre los testigos que hoy han sido llamados a prestar declaraci¨®n, se cuentan el exalcalde de Ortigueira y varios agentes del Seprona. Seg¨²n el ministerio p¨²blico y tal y como adelant¨® ayer El Progreso, la explotaci¨®n pr¨¢cticamente lo incumpli¨® todo: no respet¨® los l¨ªmites establecidos, no instal¨® balsas de decantaci¨®n, no construy¨® las escombreras previstas en la DIA y no levant¨® el necesario cierre perimetral. Pero, sobre todo, da?¨®, sin reparar, h¨¢bitats protegidos en una zona delicada, de ¡°alto valor paisaj¨ªstico¡± e ¡°imposible recuperaci¨®n del equilibrio ecol¨®gico¡±.
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